La Chascona, el nido de amor de Pablo Neruda.
Semioculta entre la vegetación que cubre la ladera de las colinas de Bellavista, Pablo Neruda comenzó la construcción de ésta, su tercera casa. Su intención era ocultar la relación amorosa con Matilde, la que fue primero su amante durante cinco años y después su tercera esposa.
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La entrada a La Chascona, expresión chilena que quiere decir despeinada, se adquiere por 3.500 pesos en la pequeña tienda de recuerdos traspasado el muro de entrada. Allí nos darán a escoger la hora de la visita guiada, tanto en inglés como en español. Los guías y la casa en sí forman parte de la llamada «Fundación Pablo Neruda» que comprende también las casas de Isla Negra y la de Valparaíso llamada La Sebastiana. Desde la tienda, una escalinata nos conduce hacia un bar y una terraza exterior donde podremos esperar el inicio de nuestro tour.
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Empieza la visita de nuestro pequeño grupo formado por gente que admira la obra de Neruda. Expectantes comenzamos a recorrer la casa que un día planificó casi en secreto descendiendo a un patio cubierto por una gran parra de vid que un día dio sombra al poeta. Nada más entrar en la primera estancia nos encontramos con un bar decorado con tallas de madera. La barra del bar proviene de un viejo barco frances y por aquí y por allá lo que Neruda llamaba sus «juguetes», los objetos que coleccionaba de forma convulsiva, junto a vidrios y botellas de colores y pinturas de amigos famosos. El bar es de techo bajo y el lugar angosto intentando recrear el interior de un barco, porque cuando Neruda conoció el mar a los 8 años, cambió su vida. Pero se mareaba cuando navegaba por lo que acabó convirtiéndose en un marinero en tierra.
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Al lado está la sala del comedor con techos bajos abovedados y una gran mesa decorada con una vajilla inglesa y cristalería de colores portuguesa. En esta especie de nave, Neruda era el capitán y sus invitados eran los tripulantes. En una alacena se guarda la loza inglesa y justo al lado hay una puerta secreta por la que Neruda aparecía de manera repentina, casi siempre disfrazado, para sorprender a sus amigos. Desde esa puerta secreta se accede a la planta superior por una estrecha y retorcida escalera de caracol por la que subimos en fila india.
Arriba está el pequeño comedor usado a diario decorado en el estilo de los años 60 con sillas blancas de plástico y una mesa redonda estilo arte pop muy al gusto de Matilde. Ella fue la creadora de la Fundacion Neruda tras la muerte por un cáncer del poeta en el 73 e intentó en los años sucesivos restaurar las 3 casas arrasadas por los golpistas de Pinochet.
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Pasamos por un escritorio en el que destaca entre otras pinturas un cuadro de Jose Caballero, el escenógrafo de poeta español García Lorca. La pequeña mesa del escritorio también proviene de un barco y sobre el un ejemplar del libro «Los versos del Capitán«, el preferido de Matilde y obra que la enamoro de Neruda. Al lado está el dormitorio de los invitados que Matilde ocupó tras la muerte de Neruda decorado con un collage de fotos de estilo sesentero-pop con retratos suyos y de sus amigos. En el baño destaca una maquina de hacer masajes típica de la época con banda vibradora de cintura.
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La casa esta dividida en 3 partes y hay que salir al exterior para pasar de una estancia a otra. Desde un pequeño patio en el exterior se sube por una escalinata de madera hacia uno de los espacios mas grandes de la casa iluminado por un gran ventanal abierto. Estamos en el living o salón construido de forma redondeada, como un faro. Las paredes están cubiertas con pinturas de amigos famosos de todo el mundo como el muralista mexicano Siqueiros. Muchas de las obras mas importantes de la casa, por ejemplo obras de Picasso, desaparecieron tras el asalto y saqueo de la casa por parte de los militares golpistas en el 73.
Aquí hay un curioso cuadro del pintor mexicano Diego Ribera, un hombre enorme como Neruda y con mas afición a las mujeres que él si cabe. Ribera retrató a Matilde con la dualidad de 2 caras, representando su cara pública tras el matrimonio y la anterior como su amante secreta. Neruda está oculto en el cuadro en el perfil del cabello de Matilde. Curioso cuadro que se suma a las cajas de música la mesa con un mascaron de popa o el gran sofá. Desde aquí se sube al dormitorio común pisando un suelo de madera crujiente y chirriante y lamparillas en forma de fanal de barco, tal cual si estuviéramos en una nave en alta mar. En una de las paredes destaca un póster con fotos de los dos en Capri y sobre los muebles la bisutería de Matilde.
De nuevo salimos al exterior para ascender por un camino empedrado a otro bar situado dentro de una casita de piedra y madera amarilla. Es el bar de verano o el bar de los poetas. Justo al lado está la puerta de acceso a la biblioteca arrasada casi totalmente en el 73 y presidida por un cuadro de la escuela de Caravaggio, muñecas matrioskas rusas y un astrolabio en el que Neruda se inspiró para crear su sello en el que unió las esferas armilares con un pez. Ahora este es el símbolo de la Fundación Neruda. En la biblioteca están la Legión de Honor, el Premio Nobel, el premio Lenin de la Paz recibido con Picasso además de otros premios y medallas como reconocimiento a su obra diplomática y literaria. En el saloncito contiguo el piso de madera tiene sonido de madera de barco antiguo y las paredes están decoradas con viejos mapas de navegación holandeses junto a fotografías de la casa destrozada tras el asalto del 73.
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Llega el fin de la visita con la que termino de completar la trilogía de las casas de Neruda en Chile, la Chascona, La Sebastiana e Isla Negra. Las tres conforman un paisaje personal moldeado por los particulares gustos del genial poeta y son irremediablemente una parte esencial de su obra escrita. Esos entornos particulares, reflejo de la personalidad de su creador, fueron al mismo tiempo inspiradores de su obra. En ellas vivió amores y éxitos, respiró esperanzas, entabló amistades y escribió muchos de sus trabajos. Pero como en toda singladura también sufrió de desencantos, personales y políticos, y del dolor de la enfermedad que lo llevó a la muerte.
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