La Ateneo Grand Splendid, una de las joyas de Buenos Aires.
La Recoleta es uno de esos barrios tranquilos de Buenos Aires en el que se alternan zonas residenciales con palacetes, embajadas y mansiones. Pero sin duda lo más destacado de este barrio es su famoso cementerio.
En realidad es el antiguo camposanto de la iglesia del Pilar que destaca desde lejos por su color blanco y su campanario. Y que es de lo poco que queda en Buenos Aires de la época colonial. Aquí es donde están enterrados muchos personajes ilustres de la historia argentina. Y entre las de esos próceres de la patria, está la tumba más visitada del cementerio, la de Evita Perón. Podemos pasar un buen rato leyendo las estelas funerarias y demás dedicatorias y, de paso, fisgonear morbosamente entre los cristales rotos y las flores marchitas de algún mausoleo para ver en su interior los nichos con sus polvorientos féretros.
De nuevo en el exterior hay una serie de restaurantes y terrazas justo enfrente del cementerio, sobre todo en la peatonal Ortiz. Algunos de ellos tienen premios gastronómicos pero en general son caros y demasiado enfocados al turista. Por la noche es una zona frecuentada para cenar y después tomarse la primera copa en alguno de los locales que también abundan por aquí.
Pero no se acaban aquí los encantos de este barrio porque entre otras cosas Buenos Aires es bien conocida por su intensa actividad cultural y en consecuencia, por la sorprendente cantidad de librerías que pueblan sus calles. Me acerco en este mismo barrio de La Recoleta hasta la que quizás es la librería más grande y sin duda la más impresionante de Buenos Aires, la librería Ateneo ubicada dentro del antiguo teatro Grand Splendid.
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La verdad es que nada más traspasar las puertas de esta librería situada en la Avda. Santa Fé 1860, me encuentro dentro de un teatro con toda su decoración intacta, sus palcos y columnas, sus lámparas y su cúpula decorada. Pero aquí el espacio de las butacas ha sido sustituido por estanterías repletas de libros. Tanto el patio de butacas como las dos zonas de palcos inmediatamente superiores conforman una especie de paraíso de la lectura, un sueño hecho realidad con sus anaqueles, estantes y tranquilos rincones con sillones donde pararse a leer o a hojear alguno de los más de 100.000 libros que esta librería tiene en stock.
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Pero eso no es todo. En el escenario donde a principios del siglo XX actuó entre otros grandes del tango Carlos Gardel, ahora me encuentro con un bar confitería con sus mesas y sillas donde puedo sentarme a tomar algún café con alfajores en una mano y un libro en la otra. Y todo ello enmarcado por unos grandes cortinajes de terciopelo encarnado y amenizado con música de piano en directo.
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No es de extrañar que por todo ello el periódico inglés The Guardian en una selección de las mejores librerías del Mundo, le haya dado el puesto nº 2 hace unos pocos años. Y es que este puede ser el lugar ideal para dejar pasar la horas interminables de esas tardes grises y frías del invierno bonaerense.
Quizás el único elemento que desentona, para mi gusto, son esas escaleras mecánicas que descienden hacia la sección infantil…¿será porque los niños se cansan? Afortunadamente hacer fotografías del interior no está prohibido y pude explayarme a gusto apretando el disparador para hacer algunas panorámicas, aunque eso sí, a pulso y sin trípode. Desde otras zonas de Buenos Aires se puede llegar hasta aquí en la línea D del metro, aquí llamado Subte, y bajando en la estación Callao. Al salir podéis preguntar a cualquiera que pase y sólo queda caminar un poco para entrar en este edén de la lectura, paraíso del bibliófilo y Olimpo de la lectura todo en uno. Sencillamente imprescindible en cualquier visita a Buenos Aires.
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