Petra: «la gallina de los huevos de oro» del turismo de Jordania

Petra, la ciudad soñada.

Petra, la ciudad rosada, el sueño de infinidad de viajeros, Patrimonio de la Humanidad y una de las maravillas del mundo. Uno de esos lugares que por sí solos justifican un viaje. Y es que pocas veces se experimentan las sensaciones que se tienen cuando “El Tesoro”, imagen icónica de la ciudad nabatea y de Jordania, aparece entre las altas paredes que lo ocultan.

Esas sensaciones van “in crescendo” a medida que recorremos el kilómetro y medio del siq, el estrecho sendero que conduce hasta la monumental fachada. Y es que “El Tesoro”, Al Khazneh en árabe, no está construido, sino excavado en la pura roca como el resto de Petra. Y es que a los nabateos se les dio por tallar en la roca sus tumbas, palacios, cisternas y demás edificaciones que se extienden por un área gigantesca. Algo que resulta asombroso cuando vemos el tamaño de algunas fachadas y pensamos en la rudimentaria tecnología de la época.

Aunque los nabateos se establecieron aquí a partir del S.III a.C., hay constancia de que esta zona estaba habitada desde siglos antes por pueblos como los edomitas. Los nabateos consolidaron las rutas comerciales que comunicaban el Mediterráneo con la península arábiga y decidieron instalar aquí la capital de su reino. Por aquí pasaron las tropas de Alejandro Magno y posteriormente los griegos intentaron conquistar el rico reino nabateo. Pero fracasaron.

Por eso la influencia cultural griega es patente en la mayor parte de las edificaciones de Petra. Algo evidente, por ejemplo, en las impresionantes columnas de estilo corintio de “El Tesoro”. De hecho, el nombre de la capital nabatea proviene de la palabra griega πέτρα, que significa “piedra”. Esta influencia griega se prolongó tras la desaparición del imperio romano, cuando se levantaron en Petra varias iglesias ortodoxas griegas de las que se conservan sus magníficos mosaicos.

La antigua ciudad se levantó entre las paredes de roca rosada de la montaña Jabal Al-Madbah, y se abre hacia un amplio valle. El lugar elegido por los romanos para establecerse en Petra en el S.I d.C. tras conquistar al reino nabateo. Se calcula que en su momento de mayor esplendor aquí vivían más de 20.000 personas. Hay que decir que los nabateos eran unos expertos haciendo canalizaciones y depósitos de agua, algo imprescindible en un entorno desértico como este.

Sin embargo, Petra fue paulatinamente abandonada con la decadencia del imperio romano y el cambio de rutas comerciales. A lo que se sumaron varios terremotos entre el S.IV y el VI d.C. que destruyeron muchos edificios y la mayor parte de las infraestructuras hidráulicas.

Petra, la ciudad olvidada (que no perdida)

A día de hoy, cuando uno piensa en Jordania, Petra nos viene inmediatamente a la cabeza. Lo más curioso es que la antigua capital nabatea permaneció olvidada para el mundo occidental en lo más profundo de este entorno desértico del interior de Jordania. Sus imponentes paredes rocosas y el silencio de los beduinos que la habitaban mantuvieron el secreto de su ubicación durante siglos.

De hecho, Petra sólo se dio a conocer en Occidente cuando el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt la encontró en 1812. El periplo de este hombre por los desiertos de Oriente Medio y su vida con los beduinos da para escribir varios libros de aventuras.

Pero Petra fue «descubierta» para el gran público en 1989 cuando se estrenó la película “Indiana Jones y la última Cruzada” de Steven Spielberg. Las imágenes de Harrison Ford-Indiana Jones frente al Tesoro y adentrándose a caballo por el siq despertaron un inmenso interés por conocer este remoto y misterioso lugar. Hoy los beduinos siguen cabalgando por este desierto, pero ya no los verás por el siq. Hace años que los caballos y los carros a caballo ya no corretean por el estrecho desfiladero.

Petra la mayor atracción turística de Jordania

Desde entonces Petra es la “gallina de los huevos de oro” del turismo de Jordania, un país empobrecido y desmembrado en parte por las guerras con Israel. Ya en 1985 la UNESCO había inscrito a Petra en su listado de lugares Patrimonio de la Humanidad por su importancia cultural, patrimonial e histórica. Y los jordanos se dieron cuenta de que tenían todo un “tesoro” entre sus manos. Por todo esto  Petra ocupa un lugar de preferencia en esta ruta que os propongo de entre 7-10 días por Jordania a tu aire. 

Visité Petra por primera vez hace más de 25 años cuando todavía la mayoría de los beduinos vivían en las cuevas de la ciudad nabatea. Y cuando los carritos a caballo trasportaban por el siq a los pocos turistas que se aventuraban a conocerla. Ya entonces Petra se convirtió en uno de mis lugares favoritos de Jordania, y en una de las ciudades de la Antigüedad que más me ha impactado.

Tras su nombramiento como una de las “Nuevas 7 maravillas del Mundo” en el 2007, el interés por visitarla aumentó todavía más. Aunque tengo que decir que este es un listado que nuca me ha entusiasmado. Mira que incluir al Cristo Redentor de Río de Janeiro entre auténticas joyas de la Humanidad como Chichén Itzá, el Taj Mahal o Machu Picchu… El caso es que con toda esta publicidad Petra recibió un nuevo impulso turístico con lo bueno, y también lo malo, que conlleva convertirse en objeto del deseo del turismo de masas.

Pero volvamos a Petra, donde a día de hoy siguen las excavaciones. Y es que se calcula que sólo se ha descubierto entre un 20 y un 30% de la antigua ciudad nabatea, ya que el resto permanece oculto por las arenas del desierto. Aparte, hay zonas que antes no se conocían y que hoy se pueden visitar como la “Pequeña Petra”, ubicada a unos 10 km. Además de muchas pequeñas construcciones dispersas en los 250 kilómetros cuadrados que ocupa el Parque Arqueológico de Petra.

Organizando un viaje a Petra

Petra es enorme. Así que le tendremos que dedicar de 2 a 3 días para descubrir sus monumentos más interesantes, asomarnos a sus miradores y adentrarnos por sus senderos y escalinatas. Si además de Petra vas a recorrer Jordania visitando el desierto de Wadi Rum, Jerash, la Ciudadela de Amman, el castillo de Karak, etc., te aconsejo comprar el JORDAN PASS. Con el te ahorrarás hacer colas en las taquillas, y bastante dinero a la hora de pagar entradas. Fíjate si es importante Petra que el precio final del Jordan Pass dependerá de cuántos días quieras dedicar a visitarla. Yo adquirí el mío incluyendo la entrada a Petra durante 3 días, lo que me permitía salir y entrar cuando me apetecía.

Evidentemente la peor época para visitar Petra es el verano debido sol abrasador que se abate sobre el desierto en las horas centrales del día. Diciembre y enero son meses de frío, y también de lluvias torrenciales que pueden estropearte el viaje. Por lo tanto, quedan la primavera y el otoño como los mejores momentos para venir a Jordania.

La mejor opción para moverse por Jordania es en coche, así que llegar a Petra desde Amman te llevará unas 3 horas por carretera. Y tanto desde el Wadi Rum como desde Aqaba tardarás un par de horas.

Para tu tranquilidad, no lo dudes y viaja a Jordania con el respaldo del mejor seguro de viajes. Con el seguro de HEYMONDO tendrás las más amplias coberturas y la más completa asistencia para todo tipo de viajes, aventuras y contingencias viajeras. Además, contratando tu seguro desde aquí, obtendrás un 5% de descuento.

Wadi Musa, el lugar donde quedarse

Aunque se puede visitar lo más importante de Petra en un día, te quedarás con ganas de más. y te arrepentirás por no haberte quedado al menos una noche. A la entrada de la zona arqueológica se encuentra la población de Wadi Musa. Una población sin ningún interés especial donde se concentra toda la oferta hotelera, comercial y de restauración de la zona. Has de tener en cuenta que aunque la oferta es muy amplia, lo mejor es reservar con antelación porque los precios son los más caros de Jordania.

Wadi Musa está dividida en dos partes. La inferior, con algunos de los hoteles más caros, está frente al Centro de Visitantes y el Museo de Petra. La zona superior, a un par de km., tiene más ambiente de pueblo y cuenta con hoteles más económicos. En los alrededores de Wadi Musa también encontrarás pequeños hoteles y alojamientos familiares regentados mayormente por familias beduinas, más asequibles que los de Wadi Musa. Si tienes vehículo propio podrás moverte hasta la entrada de Petra en coche. Allí hay aparcamientos gratuitos, así que este no es un problema. Ahora, prepárate para entrar en uno de esos lugares que no olvidarás jamás.    

Recomendaciones a la hora de visitar Petra

* 1.- Si no sabes nada de la historia de Petra ni de los nabateos, te recomiendo visitar el Petra Museum que se encuentra junto al Centro de Visitantes. No es muy grande y te permitirá entender mejor la importancia y significación de lo que vas a ver.

* 2.- Vente con el calzado más cómodo y resistente que tengas. Vas a andar mucho sobre piedras y arena. Trae también protección solar y algo para cubrirte la cabeza, además de bebida. Y si vienes en invierno, también algo de abrigo ya que las temperaturas invernales suelen estar por debajo de los 10ªC.

* 3.- Infórmate de los horarios de apertura y cierre. Aprovecha para visitar Petra a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde. Encontrarás mucha menos gente, escaparás de las excursiones organizadas de un día, y te ahorrarás el circo de vendedores, guías improvisados, excursiones de camellos y demás que se monta frente al Tesoro.

 * 4.- Aunque encontrarás bares donde tomar algo (no te pierdas esos maravillosos zumos de granada y naranja) y algún restaurante, no está de más llevar algo de comer. Sobre todo si vas a hacer alguno de los trails. Ten en cuenta que aquí es normal caminar entre 15 y 20 km. al día… o más.  

* 5.- Cuidado con los timos. Algo habitual en Petra, aunque no en el resto de Jordania. Nada más empezar la visita te ofrecerán “gratuitamente” caballos para ahorrarte la caminata. Que no te engañen, el paseo a caballo no está incluido en el precio de la entrada. Cuidado con los precios de puestos y tenderetes al aire libre. La mayoría de vendedores son muy majos y legales, pero te puedes encontrar con alguna sorpresa.  

* 6.- Chicas, atención a esos tipos maquillados al estilo pirata-Jack Sparrow. Van a desplegar todos sus encantos e ir a por vosotras para que les otorguéis los vuestros (algo opcional, por supuesto).  

* 7.- No compréis cosas ni deis dinero a los niños para hacerles una foto. Donde tienen que estar es en el colegio, no sacando dinero a los extranjeros. Todo lo demás es explotación infantil.  

* 8.- Desgraciadamente Petra no está adaptada para personas con movilidad reducida. Se pueden contratar los típicos carros de golf (con conductor) pero sólo llegan hasta El Tesoro.      

* 9.- La Naturaleza nos ha dotado de unas maravillosas extremidades inferiores para caminar, además de para subir y bajar por escalinatas. No estoy en contra del uso de animales cuando no hay otra opción, pero sí estoy en contra de la explotación de animales para uso turístico. Si me ofrecen un camello para dar una vuelta y sacarme una foto, digo: “no, gracias”. Lo mismo para esos pobres burros que cargan con los turistas que se quieren ahorrar el esfuerzo de subir hasta El Monasterio.  

* 10.- El espectáculo nocturno “Petra by Night” me decepcionó. Y te aseguro que no fui el único. Eso sí, las fotos que puedes hacer quedan muy instagrameables, pero no muestran lo maravillosa que es Petra por sí misma. 

¿Estará Petra a la altura de las expectativas?

¿O me decepcionará? Supongo que esta pregunta se la hace todo el mundo tras pasar el control del Centro de Visitantes y acceder al recinto arqueológico. Yo sólo puedo decir que a pesar de los precios excesivos, las multitudes, algunos timos, y de esos animales explotados turísticamente, Petra es… ¡¡UNA MARAVILLA!!  Sí, y con mayúsculas.  

En este viaje me he pasado 3 días recorriéndola de arriba abajo, de la mañana a la noche, y no he podido visitarla al completo. Porque hay tanto que ver, tanto que admirar, tanto que caminar y tanto que fotografiar que Petra resulta inacabable.  

Petra en un día

La primera vez que visité Petra lo hice corriendo a lo loco y en un solo día, algo que NO recomiendo en absoluto. Pero a veces no queda otra. Así que, si no tienes tiempo para más, empieza recorriendo el siq hasta darte de bruces con la famosa fachada del Tesoro, el Al-Khazneh.

Sin duda esta es la imagen icónica de Petra. Con sus 40 metros de altura y casi 30 de ancho, su aparición tras recorrer las estrechas paredes del siq durante más de un kilómetro es de las que no se olvidan. Se cree que fue excavado en la roca en el S.I a.C., en la época de máximo esplendor de Petra.

petra-siq-20230110_135320_result

petra-siq-089986_result

petra-siq-00399_result

Los arqueólogos todavía especulan sobre si fue usado como templo o como tumba. Pero los beduinos, y luego los turcos, pensaron que en la cúpula en forma de urna que corona la fachada, estaba escondido un tesoro. Y de ahí su sobrenombre y las huellas de los disparos con los que se pretendía romper “la urna del tesoro”.  

La mejor hora para fotografiar el tesoro iluminado por el sol es a mediodía. El resto del día permanece entre sombras ya que está enclavado en el interior de un cañón de altas paredes. A la derecha de la explanada hay un acceso para subir a un mirador situado frente a la fachada. Los chavales que rondan por aquí insistirán para que subas porque hay un pequeño chiringuito donde tomar algo. El mirador no está mal, pero prefiero el que se encuentra al final del trail de Al Kubtha. 

A continuación desciende por el desfiladero llamado «Calle de las Fachadas» (plagado de puestos de artesanía) hasta llegar al Anfiteatro. Los nabateos excavaron sus gradas en la roca, que posteriormente fueron ampliadas por los romanos para albergar unos 8000 espectadores. Las mejores vistas del anfiteatro las tendréis desde las alturas cercanas, y cuando le da el sol por las mañanas. Así que os aconsejo aventuraros por los promontorios más cercanos para buscar la mejor panorámica.

Si vas bien de tiempo te puedes acercar hasta las fachadas de las Tumbas Reales. Si no, continúa por la avenida de las columnas hasta llegar al Gran Templo. Por la gran avenida te cruzarás con beduinos, camellos al trote, burros, caballos y turistas. Pararos a tomar algo en la terraza de alguno de los puestos de bebidas y disfrutar del espectáculo.

Tras seguir por la avenida columnada, el Gran Templo será visible a vuestra izquierda. Esta gran edificación fue parcialmente destruida por el terremoto del año 363 y sus restos fueron sepultados por la arena. Hasta que fue descubierto y comenzaron los trabajos de excavación y limpieza en 1993. Aunque no está clara su función, su gran tamaño y su entrada monumental con grandes escalinatas deja clara su importancia. Todavía hoy impresiona ver los tambores de sus grandes columnas desparramados por el suelo tal como quedaron tras su destrucción.

Muy cerca se encuentran los restos de otra gran edificación que posiblemente fuera el templo más importante para los nabateos, el Qasr al-Bint. Un poco más adelante, a tu derecha, encontrarás el camino hacia la escalinata que te llevará al Monasterio.

Recupera energías y prepárate para la famosa subida de más de 800 escalones que conduce hacia El Monasterio. Bordeada de chiringuitos y puestos de artesanías, es uno de los caminos más transitados de Petra. Así que atención. Sobre todo a los burros empleados para subir a los turistas que se quieren ahorrar el esfuerzo de la subida. Viendo a estos pobres animales subir y bajar a toda velocidad por los resbaladizos peldaños excavados en la roca, solo puedo decirte que uses tus maravillosas piernas.  Y que pares de vez en cuando a echar la vista atrás para disfrutar de estos paisajes o para buscar lugares como la Tumba de los Leones. 

Al llegar arriba es hora de tomar aire y deleitarse ante el espectacular Ad Deir, o Monasterio. Con su fachada de 50 m. de ancho por 45 de alto es otra de esas construcciones ante las que te quedas atónito y boquiabierto. Fijaros en la enorme cantidad de rocas que los nabateos tuvieron que excavar en la montaña para crear esta magnífica edificación que sigue el modelo de El Tesoro.  

Como el resto de construcciones de este tipo en Petra, su interior está vacío, no hay nada. Pero podrás disfrutar del colorido de los estratos rojizos y ocres de la roca. En los alrededores podrás explorar las numerosas cuevas, oquedades y cisternas, además de subirte a los promontorios de rocas para disfrutar de las vistas del Monasterio y del desierto de Wadi Araba. Un lugar que se disfruta mejor bajo la suave luz del atardecer. Y de regreso, cuando anochezca, no se te olvide mirar hacia esos cielos estrellados. Es la mejor forma de dar por terminado un día muy completo, y también agotador.  

Petra en dos días

Hoy vas a caminar mucho, así que tómate el día con calma. El recorrido comienza de nuevo en el Siq, pasa frente al Tesoro con su espectáculo de beduinos, camellos, comerciantes, turistas, burros y continúa por la Calle de las Fachadas. Desde aquí puedes acceder hasta las Tumbas Reales y a las cuevas cercanas para alucinar con las tonalidades rojizas, naranjas y violáceas de las rocas.

petra-090284.1100_result

petra-07501.1024_result

petra-07503_result

Las Tumbas Reales conforman una hilera de fachadas monumentales excavadas en la montaña de Jabal al-Khubtha  orientadas hacia el oeste. El conjunto de capiteles corintios, columnas monumentales, bóvedas de arco y urnas de las fachadas, contrastan con el vacío del interior de estos recintos. Las fachadas de las Tumba Corintia y de la Urna, así como la del Palacio con su conjunto de escalinatas abovedadas, columnas y patio exterior, son algunas de las más destacables.

Un poco más adelante encontrarás las indicaciones que señalan el inicio del Al Khubtha Trail. Lo reconocerás por la larga escalinata que te llevará a algunos de los mejores miradores de Petra. El primero sobre el valle y el anfiteatro. Y al final, al famoso mirador sobre El Tesoro. Aquí, estratégicamente situada, encontrarás una jaima donde podrás tomar un té o un refrescante zumo (el café es puro petróleo) asomado al vacío y con unas maravillosas vistas. La mejor luz para fotografiar desde este mirador la tendrás por la mañana, poco antes del mediodía.

Tras caminar de regreso hacia las Tumbas Reales, puedes desviarte hacia la derecha y acercarte a ver los mosaicos de la iglesia bizantina. Cada lateral de esta iglesia del S.VI d.C. está cubierto por 70 m. cuadrados de mosaicos que quedaron ocultos por los escombros tras sufrir un incendio y varios terremotos.  

Y ya por la tarde, con el sol más bajo, puedes atacar la pronunciada escalinata del Trail hacia el High Place of Sacrifice. Si no estás en forma te va a resultar bastante duro. Pero una vez arriba podrás descansar y disfrutar de las vistas panorámicas de Petra al atardecer.  

Petra en 3 días

Tras lo visto en los dos días anteriores, ya puedes aventurarte por caminos menos trillados. Por ejemplo, puedes acercarte en taxi a visitar la Pequeña Petra (Siq Al-Barid), que se encuentra a unos 10 km. Lo cierto es que es como una Petra en miniatura, con su siq de acceso y todo. Y desde aquí puedes regresar caminando para acceder a Petra por la entrada del Monasterio. Pero sinceramente, no te aconsejo hacer este recorrido a pie en verano.  

También puedes pedirle a un taxista que te acerque hasta la entrada posterior de Petra, la del Monasterio. E iniciar desde allí un recorrido para visitar los lugares que no te ha dado tiempo a ver. Hay otros recorridos para hacer a pie menos conocidos que te aconsejo hacer con algún guía beduino.

Durante los últimos años el gobierno jordano ha propiciado entre los beduinos el abandono de sus tradicionales estancias en jaimas y cuevas de Petra. Aun así, es posible encontrar beduinos que todavía viven de manera tradicional en las zonas menos visitadas del recinto arqueológico. Ellos conocen cada palmo de este desierto y se ofrecerán encantados como guías para llevarte a los lugares menos conocidos. Pero antes negocia el precio por sus servicios.  Y si tienes alguna duda o un problema, puedes acudir a los policías locales. Ellos te aconsejarán con suma amabilidad.

Petra ciudad viva

Petra es mucho más que sus innumerables restos históricos y arqueológicos, sus templos, tumbas e iglesias. Petra es también el desierto de montañas rocosas, con sus rutas a pie, miradores, siqs, barrancos y cuevas donde está enclavada. Pero, sobre todo, Petra sigue siendo una ciudad viva. Parte de sus antiguos moradores habitan todavía en este agreste lugar.

Los beduinos siguen comerciando como antaño, ofreciendo sus servicios como guías, regentando los puestos de bebida y comida, correteando en burro o en camello. Pero ahora viviendo del turismo. Su día a día ofrece escenas cotidianas, conversaciones y momentos únicos a los ojos del visitante atento.

Todo esto hace de Petra un lugar muy especial por su mezcla de historia, exotismo, naturaleza, aventura y comodidades difícil de igualar. Por eso espero que no termine convertido en un “parque de atracciones” para el turismo masivo.  Y que, como yo, tengas el privilegio de poder disfrutar de Petra como se merece.

Artículos relacionados:

Jordania a tu aire. Ruta de 7-10 días para recorrerla por libre

Wadi Rum, atrapado por la belleza del desierto rojo de Jordania