Laguna Torre y sus paisajes patagónicos.
Laguna Torre aparece ante mis ojos salpicada de grandes bloques de hielo blanco-azulados desprendidos del glaciar Grande. El que podamos caminar sobre las rocas de la antigua morrena formada por la lengua del glaciar, así como la propia existencia de esta laguna, son una muestra más del retroceso de los glaciares alrededor del mundo.
No es el caso de todos los glaciares de la Patagonia, pero sí el de muchos de ellos. Incluso el emblemático Perito Moreno ha perdido una parte importante de su masa de hielo en los últimos años. Algo que se nota en la altura de su frente. Estas pérdidas del volumen de hielo de los glaciares provocado por el calentamiento global se ha acelerado mucho más en otras zonas del mundo, como en los Alpes. El caso del los glaciares del Mont Blanc es paradigmático. Pero también sucede lo mismo en los Andes peruanos, en el glaciar Humantay, o en los glaciares del Cotopaxi en la vecina Ecuador. Por no hablar de los glaciares del Himalaya, como el del Nanga Parbat, en Pakistán, o en uno de los mayores glaciares de Europa, el Vatnajökull en Islandia.
Pero estamos en la Patagonia, al sur de Argentina, a comienzos de diciembre. Ya se adivina el final de la primavera austral y se supone que esta es una de las mejores épocas para aventurarse a recorrer los diferentes rutas y senderos que parten de El Chaltén. No hace tanto frío y los días son más largos que en invierno. Pero el tiempo está un tanto loco, como comprobaré en los 4 días que pasé en la que es considerada “la capital argentina del trekking”.
Aquí en la Patagonia los días completamente despejados no abundan. Por eso no es raro pasar varias jornadas recorriendo la zona para terminar regresando a casa sin haber conseguido unas buenas panorámicas, tanto del Fitz Roy como del Cerro Torre. Pero el disfrute de perderte por senderos rodeado de una Naturaleza todavía salvaje no te lo va a quitar nadie.
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No os voy a engañar. Casi todo el que llega hasta este perdido rincón del mundo llamado El Chaltén viene a hacer la Ruta de la Laguna de los Tres. Una caminata de unos 22 Km. entre ida y vuelta que llega hasta los pies de la imponente mole rocosa del Fitzroy, también conocido como Chaltén. No hay duda de que esta es una de las caminatas más atractivas, interesantes e intensas que puedes hacer en esta zona de la Patagonia. Sin embargo, hay otras rutas que no desmerecen en absoluto. Y este es el caso de la que lleva hasta la Laguna Torre en un trayecto de ida y vuelta de unos 18 Km., que se pueden ampliar un par de Km. más para llegar al mirador Maestri.
Menos exigente que la caminata a la Laguna de los Tres, el trekking a Laguna Torre es, para muchos excursionistas, su caminata preferida en esta zona de la Patagonia argentina. Y la verdad es que cuenta con atractivos suficientes para ello. Una caminata salpicada de cascadas, picos nevados, bosques húmedos patagónicos, grandes llanuras y una laguna donde flotan los témpanos de hielo desprendidos del Glaciar Grande.
El Chaltén, la capital argentina de los deportes de montaña
Las agujas afiladas del Fitzroy o Chaltén asomaban entre las nubes cuando llegué a la pequeña población de El Chaltén tras 3 horas de viaje en autobús desde El Calafate. Como comprobaría en los días siguientes, no es fácil ver esta mole de granito. Porque las nubes, tras cruzar el Campo de Hielo Patagónico, quedan atrapadas en las paredes verticales de este formidable obstáculo pétreo de 3405 m. de altura.
La pequeña población de El Chaltén se fundó a mediados de los ochenta del siglo XX cuando Argentina y Chile se disputaban esta zona fronteriza de la Patagonia. Desde entonces El Chaltén no ha crecido mucho. En invierno residen aquí apenas 1200 personas, una población que se multiplica por 6 en verano.
A primera vista El Chaltén sigue siendo un pueblo de frontera. Una población un tanto desangelada, con un urbanismo caótico donde se mezclan casas con caravanas, calles de ripio y asfalto, y caros hoteles con casitas de chapa. Un lugar que en los últimos años se ha ido creando una reputación entre los senderistas de todo el mundo como base para hacer algunas de las mejores caminatas del Parque Nacional de Los Glaciares. Por eso aquí encontrarás muchos hostales, hoteles, restaurantes, tiendas y agencias de turismo activo donde podrás contratar todo tipo de actividades y excursiones por la zona.
Puedes empezar a calentar los músculos subiendo hasta los Miradores de los Cóndores y de las Águilas, a una media hora de caminata desde El Chaltén. Desde lo alto y a lo lejos, se ve la superficie azulada del lago Viedma. Y por el otro, las agujas de piedra del Fitzroy coronadas por una capa de nubes. Esta corta caminata te servirá para ponerte en situación. Y para descubrir que aquí la climatología no es ninguna broma. Sobre todo, por la fuerza del viento patagónico que sopla gélido, incluso estando a las puertas del verano.
Hacia la Laguna Torre
Esta caminata de unos 18 Km ida/vuelta, es de una dificultad moderada con un desnivel de 753m. Basta tener una buena forma física y estar habituados a caminar casi 20 km. La ruta a Laguna Torre no es circular, así que regresarás por el mismo camino al punto de inicio en el pueblo. Hacer esta ruta por nuestra cuenta es muy fácil, así que carga tu mochila con algo de ropa, mucha agua y comida porque vas a estar casi todo el día caminando.
La Patagonia es una región de climatologías imprevisibles. En un mismo día puede amanecer despejado para poco después ponerse a llover, nevar, soplar un viento que te menea como un muñeco, y de nuevo lucir el sol. La mañana en la que decidí hacer la ruta hacia la laguna Torre se había presentado soleada y con los cielos despejados. Cuando unas horas más tarde llegué a la laguna, fui incapaz de vislumbrar el Cerro Torre entre la niebla y la nieve que lo cubrían.
Se puede comenzar la caminata en la Calle Las Loicas (hay un cartel indicativo del inicio de la Senda a Laguna Torre), o desde el final de la calle Los Charitos. Ambos senderos se acaban uniendo en uno solo que asciende hasta el Mirador Margarita, sobre el valle formado por el río Fitzroy. A partir de aquí el sendero es un sube y baja sin especial dificultad entre bosquecillos de lengas y miradores con vistas panorámicas a los diferentes picos y cerros que rodean el valle. Este ascenso continúa hasta el Km 3, en el que se inicia el descenso hacia el valle del río Fitzroy.
Aquí está el mirador del Cerro Torre desde donde, al parecer, hay unas vistas estupendas. Pero el día soleado de la mañana se había tornado gris. A lo lejos las nubes ocultaban ya el Cerro Torre (3133m.) y el Fitzroy, así como la Loma de las Pizarras ubicado a mi derecha. Desde esta distancia el Glaciar Grande ya era invisible entre la niebla. A partir de aquí los chubascos y algún rayo del sol se fueron alternando a lo largo de la caminata.
Si estás atento y con los oídos bien abiertos, podrás escuchar primero, y luego ver, al Campephilus magellanicus, el pájaro carpintero gigante reconocible por su característica cabeza roja. Es el de mayor tamaño de Sudamérica y el rasgo más distintivo sólo presente en los machos, es su cabeza roja coronada con un copete que se proyecta hacia arriba.
Tras un suave descenso el sendero se adentra en una gran planicie cubierta de matorrales y bosques de lengas cubiertos de líquenes y musgos que en esta época se visten de un intenso color verde primaveral. Ya en el interior del valle rodearás una zona conocida como el bosque inundado, donde hay una gran cantidad de esqueletos de árboles muertos. Desde aquí y a pesar de las nubes, las vistas al valle y los cerros que la rodean, todavía cubiertos de nieve, son magníficas.
Pasado el Km. 6 hay una desviación a la izquierda hacia el Campamento DeAgostini, donde podrás pasar la noche si lo que quieres es disfrutar del entorno de Laguna Torre al amanecer. Si tienes suerte con el tiempo, es el mejor momento para fotografiar las moles de granito iluminadas por los primeros rayos del sol.
Como mi recorrido es de ida y vuelta en el mismo día, tomo el camino de la derecha que en un suave ascenso llega a las montañas de piedras y rocas dejadas por la antigua morrena del glaciar Grande. Desde aquí la Laguna Torre aparece con sus témpanos de hielo flotantes, y las supuestas vistas hacia el Cerro Torre al fondo. Y digo supuestas porque yo apenas pude verlas. ¿Una decepción? Pues sí, pero relativa. La Naturaleza es así, y lo mejor es quedarse con lo bueno. Como se dice muchas veces, lo más importante no es el final del viaje, sino el camino.
Es el momento de disfrutar del paisaje y de retomar fuerzas comiendo algo antes de pensar en el regreso. O de darte un refrescante chapuzón en las heladas aguas del lago rodeado de bloques de hielo. Si todavía no has tenido suficiente y quieres tener una vista panorámica, puedes seguir ascendiendo u n kilómetro más hacia la derecha hasta el mirador Maestri. Algo que sólo te aconsejo si el día está despejado. Desde lo alto podrás apreciar mejor la lengua del glaciar Grande a lo lejos con la laguna a tus pies.
Recomendaciones básicas
Evidentemente no es lo mismo hacerse una ruta de ida y vuelta que quedarse a pasar noche en alguno de los campamentos de la zona. Pero de una u otra forma, es conveniente seguir una serie de recomendaciones para que puedas disfrutar al máximo de estos paisajes, todavía agrestes y salvajes.
- Lo primero es consultar la previsión meteorológica. Aunque aquí nunca se sabe. Yo comencé la caminata en un día despejado, y al llegar a Laguna Torre el cielo estaba cubierto de nubes.
- Aunque las rutas están bien señalizadas y encontrarás a más gente por el camino, nunca está de más tener a mano un mapa de la zona.
- Llevar comida y agua en abundancia, algo evidente en un entorno como este.
- Aunque el día este nublado, usar gafas de sol y protector solar. En el hemisferio sur la radiación solar es muy intensa.
- Llevar ropa de abrigo y chubasquero. Aquí el clima puede cambiar en cuestión de minutos.
- Imprescindible llevar unas buenas botas comodas de trekking impermeables.
- En caso de que tengas pensado quedarte en los campamentos, deberás llevar ropa de abrigo porque las noches son muy frías, tu propia tienda, saco de dormir, luz frontal, etc. Ten en cuenta que aparte de unos baños y unas mesas, no encontrarás nada más en los campamentos.
- Aunque no hay cobertura telefónica en la mayor parte del trayecto, te recomiendo llevar el teléfono cargado y alguna batería externa por si acaso.
- Y por último, pero no menos importante, se respetuoso con la Naturaleza. Lleva tu basura de vuelta a El Chaltén, no molestes a los animales, no arranques plantas o flores, ni hagas fuego a no ser en las zonas delimitadas en los campamentos.
Extensión a la Laguna de los Tres desde Laguna Torre
En caso de que hagas la excursión de un día, el regreso a El Chaltén es tan sencillo como volver por el mismo camino. Pero has de saber que puedes prolongar la caminata conectando con el sendero que lleva hasta la Laguna de los Tres, pasando por las lagunas Madre e Hija, sin tener que regresar a El Chaltén. Esta opción te obliga a pasar noche en el campamento DeAgostini y luego en el campamento Poincenot, ubicado un km. antes de iniciar la subida a la Laguna de los Tres. Y para tu tranquilidad, todos los caminos y desvíos están perfectamente señalizados.
En total serán entre 2 y tres días de excursión, lo cual exige algo más de planificación ya que tendrás que llevar tienda de acampada, material y provisiones para pasar 2 noches en los campamentos mencionados. Campamentos que son de acampada libre.
En mi caso decidí hacer la caminata a la Laguna de los Tres, en una caminata de ida y vuelta desde El Chaltén. Ruta espectacular para la que hay que estar en buena forma física y que os describiré en otro artículo con todo detalle. Una ruta donde la Naturaleza patagónica luce en todo su salvaje esplendor.
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