Costa Rica: naturaleza para todos.
Una imagen como la de esta mariposa Morpho azul es todo un premio. Sobre todo cuando uno camina por cualquiera de los parques nacionales que conservan el bosque lluvioso de Costa Rica. Y es que muchas veces la Naturaleza se nos resiste cuando buscas vida animal.
Se puede caminar por la selva durante horas sin ver nada más que plantas, árboles y un denso follaje. Y mucha agua.
Y si llueve el asunto se complica. Pero otras veces la Naturaleza se muestra generosa y a cada paso que das encuentras una explosión de ruido, vida y color.
En Costa Rica, uno de los lugares con mayor biodiversidad del mundo, esto también sucede. Un bosque tropical, igual que la sabana africana, no es un zoo donde los animales están al borde del camino esperándote. Hay que aceptar que los animales no quieren ser vistos, y para ello se esconden, se ocultan y se camuflan. Cuanto antes asumas esto, más disfrutarás de tu viaje.
Aun así si llevas varios días sin ver animales porque no ha habido suerte o, admitámoslo, porque no sabemos mirar, siempre se puede visitar una reserva natural privada como la de las Cataratas de La Paz.
A una hora y media de trayecto desde San José por las retorcidas carreteras costarricenses se encuentra esta reserva privada de la naturaleza. Un pequeño edén al aire libre inmerso en el bosque tropical lluvioso ubicado muy cerca de las laderas del volcán Poás.
Su acceso no es sencillo pues necesitarás tu propio vehículo. O contactar con cualquiera de las agencias de turismo que organizan el tour combinado volcán Poás-Cataratas de La Paz. También puedes negociar la excursión por tu cuenta con algún taxista local, pero al final el precio rondará los 100$ dependiendo de cuántos seáis y de vuestra capacidad negociadora.
Nadie ha dicho que Costa Rica sea un destino barato.
Si decides alquilar un coche conduce con mucha precaución. Por la carretera te encontrarás con vacas sueltas paciendo plácidamente en los arcenes, niños uniformados y a pie que salen o entran de los colegios, camiones que avanzan a paso de tortuga cruzando lentamente por pequeñas poblaciones dedicadas a la agricultura y la ganadería. Y hasta carromatos de bueyes.
Por aquí gran parte de lo que era el bosque lluvioso original ha sido arrasado para crear grandes praderas donde pasta el ganado vacuno. Este es uno de los altos peajes que la Naturaleza paga para saciar la inagotable demanda de carne del mundo desarrollado.
A medida que la carretera asciende aparecen extensas áreas dedicadas al cultivo del famoso café de Costa Rica. Algunas de estas haciendas se pueden visitar para conocer el proceso de cultivo, secado, tueste y preparación del café.
Si eres muy cafetero no te dolerá pagar los dólares que piden por la visita y de paso degustar alguna especialidad local de intenso sabor y aroma. La verdad me sorprendió ver que los granos una vez recogidos, se siguen secando en grandes patios al aire libre antes de proceder a su tueste.
Estamos cerca de los 2.000 m. de altura cuando aparece a la izquierda la desviación al volcán Poás, un parque nacional que merece un artículo aparte. Miro al cielo pues a ratos sale el sol, luego se nubla, al rato empieza a llover para luego volver a salir el sol.
Unos kilómetros más adelante aparecen las primeras indicaciones para llegar a La Paz Waterfall Gardens. Tras dejar el coche en el estacionamiento hay que dirigirse a la recepción donde nos esperan unos amables empleados para vendernos la entrada e informarnos de todo lo que necesitemos.
La mala noticia es que como turista extranjero deberás pagar 38$ por la entrada, a los que deberás añadir otros 13$ si decides comer en el buffet del restaurante Colibríes. Una vez efectuado el pago te pondrán una pulserita y durante este día podrás entrar y salir las veces que quieras.
En la recepción, atención, sólo encontrarás guías en inglés, una pésima costumbre de muchos lugares turísticos de Costa Rica que siguen menospreciando el potencial turístico de 450 millones de hispanoparlantes. Aunque por lo menos su web ya se puede encontrar en español.
Es cierto que durante décadas Costa Rica fue el paraíso vacacional-tropical de los norteamericanos, peo en la diversificación del mercado está el futuro. Aquellos que no se adapten a las exigencias y necesidades de lo que demandan los nuevos visitantes, se van a encontrar con problemas. Hoy día en Centroamérica hay países que están apostando fuerte por el turismo de Naturaleza y que no tienen nada que envidiar a Costa Rica como Panamá. O Guatemala, que a su riqueza natural suma su rico patrimonio cultural e histórico.
Las cataratas de La Paz es un lugar curioso, pues la primera parte de la visita se realiza por una especie de parque natural que comprende un aviario, un gran mariposario, un espacio dedicado a las ranas y un área al aire libre llena de colibríes multicolores que brillan como pequeñas joyas iridiscentes.
Reconozco que este es uno de mis rincones favoritos. A tu alrededor pueden estar volando a toda velocidad decenas de colibríes y casi no podrás ni verlos.
Os aseguro que fotografiarlos supone todo un ejercicio de paciencia infinita. La única manera es esperar a que se posen en alguna pequeña ramita. O cerca de los bebederos que tienen habilitados con llamativos colores y forma de flores para ver si con suerte alguno se pare un poco más de la cuenta.
Dentro del aviario y también fuera de el volando libres, podrás ver tucanes y otras coloridas aves que para mí son totalmente desconocidas.
El mariposario es una especie de gran invernadero donde vuelan miles de mariposas entre flores y plantas tropicales. Y no sólo eso, es un lugar único donde informarse acerca del ciclo vital de los lepidópteros. Desde que son huevos hasta que se envuelven en crisálidas o pupas para terminar su metamorfosis como mariposas.
El personal es muy atento e informan de todo este proceso con suma atención. La recompensa está ahí, en forma de alas multicolores que revolotean sin parar a tu alrededor a no ser para posarse sobre alguna flor. No os perdáis el detalle de fijaros en las crisálidas de las que están saliendo las mariposas.
El ranario está en consonancia con el tamaño de sus habitantes. Las ranitas que se encuentran aquí son tan pequeñas como una uña, caso de las llamadas blue jeans. O las ranitas arlequín de tonalidades verdes y negras de apenas unos centímetros. Ambas, en caso de peligro, exudan sustancias muy venenosas así que de tocarlas nada de nada. Aunque primero toca encontrarlas entre las vegetación y las rocas, una búsqueda que lleva su tiempo.
Más fáciles de ver son las ranitas verdes de ojos rojos, uno de los símbolos de Costa Rica y que por ser de hábitos nocturnos se pasan el día dormitando adheridas a la hoja de alguna planta. Una característica de estas ranas es su marcado dimorfismo sexual entre el macho y la hembra, ya que esta es bastante más grande.
A todo esto hay que sumar un pequeño zoo donde son recogidos algunos monos y grandes felinos que no pueden vivir en libertad. Hay carteles por todos lados indicando que los animales que se pueden ver son fruto de decomisos por trata de animales salvajes u otras razones que impiden soltarlos en su medio natural.
¡Pero qué triste me resulta ver a magníficos animales como estos pumas y jaguares encerrados por la estúpida necedad humana! Mi único consuelo es que aquí, por lo menos, parecen bien atendidos.
Desde las cercanías del ranario parte un camino por la selva que nos lleva hacia la zona de las cataratas. Hay 3 saltos de importancia y en todas ellas hay miradores cercanos donde acabar empapados. La caminata por esta selva húmeda y verde plagada de helechos y bromelias se puede considerar la parte más “salvaje” del recorrido. Aun así la impresión es significativa en época de lluvias cuando nos vemos rodeados del dosel verde de la selva con el agua cae por las cataratas tronando a nuestro lado.
Pero no dejas de estar paseando por una pequeña parcela de selva amable, lo que convierte a este lugar en ideal para visitar con niños. Además, si estáis atentos y tenéis suerte, puede que aparezcan algunos monos y perezosos en las copas de los árboles. Eso sí, hay que buscar, mirar y saber ver.
Al llegar a la salida hay una cafetería con terraza y una tienda de recuerdos. Ahí has de esperar por el autobús que cada 10-15 minutos pasa a traer a los visitantes que quieren hacer el recorrido desde aquí abajo. Es «gratuito» (ya lo has pagado con la entrada) y el bus te dejará frente a la recepción y el estacionamiento.
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Recomendaciones de viaje:
- Las excursiones combinadas Cafetales-Poás-La Paz suelen salir de San José tras recorrer hoteles y más hoteles hasta llenar la furgoneta. Los más madrugadores a las 7-8 de la mañana para regresar ya por la tarde. Si tienes mala suerte, te recogerán de los primeros y te dejarán de los últimos. El precio puede llegar a los 115$ pp.
- Un taxista te puede cobrar entre 100-140$ por llevarte al volcán Poás, luego a las cataratas de La Paz y traerte de vuelta.
- Yo he visitado las cataratas en viaje organizado y esta última vez, alquilando un coche. Eso sí, el GPS es imprescindible para salir de la maraña de carreteras y autopistas que rodean San José. Pasarás al lado del aeropuerto y luego tendrás que callejear por la población de Alajuela antes de tomar la carretera llena de baches, curvas y camiones que conduce hacia el volcán Poás y más adelante hacia las Cataratas de La Paz.
- Alquilar un vehículo con todos los seguros y GPS te puede salir por unos 80-90$ diarios. Contrata siempre todos los seguros porque en Costa Rica es muy fácil pinchar una rueda o llevarte algún golpe si no conduces con cuidado. Ademas recuerda que un buen Seguro de Viajes te puede ahorrar preocupaciones y resolver muchos problemas. Así que ni lo dudes. Desde aquí te recomiendo MONDO, el seguro de viaje inteligente para viajeros inteligentes...
- Las distancias en Costa Rica no se miden en Km. sino en tiempo. Un trayecto fácil a priori de 60 Km. te puede llevar fácilmente un par de horas. Los límites de velocidad son estrictos y hay radares en las autopistas.
- No os olvidéis el chubasquero, imprescindible siempre en Costa Rica, así como calzado cómodo de suela antideslizante.
- Dentro del recinto hay un restaurante buffet, Los Colibríes, que se paga aparte pero que personalmente no me gusta.
- Fotografiar paisajes y la pequeña vida animal en condiciones de altísima humedad obliga a traer un equipo fotográfico versátil y resistente. No olvides proteger tu equipo si no es estanco. En un ambiente con tanta humedad es algo imprescindible si quieres conservar tu cámara.
- Utiliza una cámara réflex de enfoque muy rápido, que trabaje con ISO alto y alta velocidad de disparo. Como objetivos aparte de los normales, recomiendo traer un gran angular para los paisajes y si te gustan los detalles, un objetivo macro.
- Si os apasiona el lugar, os podéis quedar a dormir en el Peace Lodge perteneciente al mismo complejo de La Paz Waterfall Gardens. Aunque en las cercanías también podrás encontrar numerosos establecimientos hoteleros más económicos, aquí llamados eco-lodges, especializados en turismo de aventura.
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