De Omaha Beach a Utah Beach.

Tras dejar atrás las baterías de Longues sur Mer, me dirijo hacia Colleville-sur-Mer donde está el Cementerio Americano. En lo alto de una colina y sobre la playa, rebautizada desde entonces como Omaha Beach, se encuentran las tumbas de más de 9.000 soldados norteamericanos fallecidos durante el desembarco y en los días posteriores al Día D.

desembarco-normandia-omaha-beach

Sobre una ladera de hierba, entre árboles y parterres de flores cuidadas con sumo esmero, se encuentran perfectamente alineadas las lápidas de mármol blanco de los hombres fallecidos durante esas fechas históricas. Es un lugar sobrecogedor en su belleza que invita al recogimiento y la reflexión y su disposición recuerda al gran cementerio de Arlington ubicado en Virginia, justo enfrente de Washington DC. Tras entrar en el Centro de Visitantes y recorrer la pequeña exposición sobre el desembarco, accedemos de nuevo al exterior para recorrer el cementerio.

desembarco-normandia-omaha-beach-2

desembarco-normandia-omaha-beach-3

Miles de cruces blancas se alinean en este cementerio primorosamente cuidado bajo administración norteamericana. .

Pasear entre esas lápidas donde están grabados los nombres, origen, regimiento y fecha de la muerte de tantos hombres mientras vemos al fondo la playa donde tantos fallecieron produce una sensación extraña. Sensación que se acrecienta cuando en muchas de ellas sólo aparece este texto: “Here rests in honored gloy a comrade in arms known but to God” (Aquí yace en gloria honorable un camarada de armas conocido sólo por Dios). Gente que sacrificó su vida en quizás la última guerra cuya causa fue realmente justa.

desembarco-normandia-omaha-beach-4

Unas escaleras y un estrecho camino permiten descender hacia la playa que sólo aparece cuando baja la marea. Allí no queda nada excepto vegetación, arena y pequeños guijarros redondeados por la erosión que algunos visitantes recogen con gesto reflexivo para guardarlas con cuidado en sus bolsillos. Las escenas de las películas sobre el desembarco del Día D han grabado en nuestra memoria algunos lugares como este. Aún así la playa no parece ser la que hemos visto en la película “Salvad al soldado Ryan”. El cementerio sin duda sí que lo es.

desembarco-normandia-omaha-beach-5

Pasarela que conduce a Omaha Beach donde perecieron muchos de los soldados aquí enterrados.

desembarco-normandia-omaha-beach-6

Lo cierto es que la playa se extiende a lo largo de varios kilómetros y no será hasta más adelante, en un pequeño balneario para veraneantes llamado Les Moulins, en la que veremos realmente donde se hizo el grueso del desembarque. Allí un monumento como de llamas metálicas clavado en la arena sirve de recordatorio para las víctimas de aquel día, el día más largo

desembarco-normandia-omaha-beach-7

A la entrada de la población se encuentra el Museo Memorial de Omaha Beach donde se guarda una colección de objetos personales, armas, vehículos y uniformes. Mapas, fotografías de archivo y diaporamas guían al visitante interesado en profundizar en los acontecimientos del 6 de junio de 1944. El museo no tiene pérdida porque hay un tanque Sherman, un cañón Long Tom de 155 mm. y un bunker metálico transportable alemán en el estacionamiento.

desembarco-normandia-omaha-beach-8

desembarco-normandia-omaha-beach-9

.

Los rangers que escalaron los acantilados de Pointe du Hoc

Desde el final de la playa se distinguen los acantilados de Pointe du Hoc, mi siguiente objetivo. A unos 6 km de Omaha Beach se encuentran estos acantilados de unos 30 m. de altura sobre los que estaba enclavada una batería de cañones alemana. El lugar era un punto estratégico desde el que se podía disparar sobre toda la playa donde se iba a efectuar el desembarco, así que la zona fue repetidamente bombardeada antes del Día D por las fuerzas navales aliadas.

desembarco-normandia-pointe-du hoc-1

Acantilados de Pointe du Hoc por donde tuvieron que escalar los «rangers»

desembarco-normandia-pointe-du hoc-2

Uno de los enormes cráteres que salpican el Pointe du Hoc 70 años después del Día D.

De todas formas los aliados decidieron enviar a un equipo de “rangers” para que desembarcaran al pié de los acantilados, subieran por ellos bajo el fuego enemigo y tomaran la posición. Pero las lanchas que llevaban a los 200 “rangers” equivocaron el punto de desembarco y el efecto sorpresa desapareció. Sólo sobrevivió al asalto un tercio de los atacantes. Cuando finalmente llegaron a la cima y tomaron la posición descubrieron que los cañones alemanes habían sido trasladadas tierra adentro y que el esfuerzo y el sacrificio de tantos habían sido inútiles.

Más de 70 años después todavía sorprende encontrarse con esos grandes cráteres provocados por el bombardeo naval que pulverizó la mayoría de los bunker y posiciones alemanas. Los enormes trozos de hormigón de varias toneladas de peso desperdigados entre los cráteres de varios metros de diámetro y profundidad y los túneles reventados dan una idea muy real del tremendo castigo al que fueron sometidos los alemanes.

desembarco-normandia-pointe-du hoc-3

desembarco-normandia-pointe-du hoc-4

Es increíble que sobrevivieran algunos alemanes para combatir a los “rangers” que trepaban por los acantilados. Es en este punto donde la destrucción, más bien la devastación provocada por la guerra, se hace más evidente ante mis ojos. Hoy toda esta zona se ha declarado memorial de guerra.

De Pointe du Hoc me dirijo hacia el cementerio alemán de La Cambe, el cementerio más grande de toda la Baja Normandía. Más de 20.000 soldados alemanes yacen bajo pequeñas losas semiocultas entre la hierba mientras grupos de 5 cruces de Malta de piedra gris rompen la soledad de este paisaje que pone los pelos de punta. En el centro sobresale un gran túmulo circular coronado por una gran cruz que se alza sobre el terreno guarda los restos de casi 300 soldados, muchos de ellos desconocidos.

desembarco-normandia-pointe-du hoc-5

.

Hacia Sainte Mère Eglise

Tras visitar estos cementerios no me quedan muchas ganas de seguir recorriendo los escenarios del Día D. La siguiente parada sería la pequeña ciudad de Saint-Lô totalmente arrasada por los bombardeos aliados en los días posteriores a la invasión aliada hasta tal punto que recibió el apodo de “capital de las ruinas”. Centenares de sus habitantes murieron y la polémica sobre su reconstrucción originó agrios debates. Hoy es una población tranquila sin nada reseñable a no ser lo que queda de su castillo medieval por lo que directamente me dirijo a Sainte Mère Eglise. Por el camino queda Carentan en cuyos alrededores se libraron algunas de las batallas más duras tras el desembarco. Fue cuando las fuerzas desembarcadas en la playa denominada Utah Beach intentaban reforzar con su apoyo a los paracaidistas de la 101st Airborne Divison que habían saltado sobre todo este área justo la noche antes del Día D. Aquí se puede visitar el Dead Man´s Corner Museum, en la intersección de carreteras que llevaba a Carentan desde Utah Beach.

desembarco-normandia-sainte-mere-eglise.1

Finalmente llego a Sainte Mère Eglise, un pueblecito que se conserva casi igual que aquella noche del 6 de junio cuando sobre sus calles y edificios cayeron los paracaidistas de la 82nd Airborne Division. El pueblecito se hizo famoso porque fue la primera población liberada de la Francia ocupada. Y porque uno de los paracaidistas, John Steele, cayó sobre la torre de la iglesia y quedó enganchado. Allí se quedó colgado varias horas haciéndose el muerto mientras norteamericanos y alemanes se zurraban de lo lindo a sus pies. Sobrevivió a pesar de que fue hecho prisionero. Para recordarlo un maniquí con su paracaídas sigue colgado de la torre de la iglesia. Una escena de la película El día más largo refleja esta curiosa anécdota entre otras muchas de las que se vivieron aquella noche.

Justo enfrente se sitúa uno de los mejores museos de este recorrido, el Musée Airborne.

desembarco-normandia-sainte-mere-eglise.2
desembarco-normandia-sainte-mere-eglise.3

Tanque Sherman a la entrada del Musée Airborne de Sainte Mère Eglise.

Aquí encontraremos uno de los Douglas C-47 Dakota que transportaron a los 6.400 paracaidistas de la 82nd esa misma noche del 5 al 6 de junio de 1944 y que también arrastraban a los planeadores usados por las fuerzas norteamericanos como transporte de tropas.

desembarco-normandia-sainte-mere-eglise.4

desembarco-normandia-sainte-mere-eglise.5

Además de uno de estos planeadores, el museo está lleno además de fotografías, armamento, uniformes, material diverso, recuerdos de la época y casi todo original en una exposición clara y muy bien organizada.

desembarco-normandia-sainte-mere-eglise.6

desembarco-normandia-sainte-mere-eglise.7

El Musée Airborne guarda multitud de objetos recogidos por los norteamericanos tras las primeras horas de combates

.

Hacia Utah Beach

A pocos kilómetros en línea recta desde Sainte Mère Eglise llegamos a Utah Beach, otro de los puntos clave del desembarco de Normandía. También aquí, al borde mismo de la playa, se ubica otro pequeño museo. Una de las lanchas de desembarco utilizadas el 6 de junio está situada en el exterior, además de un cañón antiaéreo alemán Flak 88 y un tanque Sherman de los que ya hemos visto unos cuantos a lo largo del recorrido. A mi llegada el museo estaba cerrado así que decidí dar un breve paseo por la playa por donde quedan diseminados los restos de algún bunker alemán. Era hora de emprender el regreso hacia Bayeux y dar por terminado este interesante a la vez que emotivo viaje por los escenarios del desembarco del Día D.

En Bayeaux puedes cenar en alguna típica creperie, o en un restaurante de especialidades normandas. Un café acompañado de una copa de Calvados ayuda a entrar en calor en la húmeda noche de esta región donde parece que la lluvia es parte inseparable del paisaje. Por el camino han quedado lugares sin visitar, unos pocos museos, baterías de costa, cementerios y bunkers desparramados por el verde paisaje normando.

Las vacas lecheras pastan tranquilamente donde hace unas décadas se resistía al invasor alemán, o se combatía sin descanso. Los escenarios de la Historia están ahí y sólo hay que tener la mente abierta para dejarse llevar a lugares y momentos del pasado. El desembarco del Día D fue la mayor invasión naval de la Historia con más de 4 mil navíos y casi 3 millones de soldados que fueron llevados desde Inglaterra a Normandía en las semanas siguientes. Con su esfuerzo y sacrificio lograron abrir el frente occidental en la puerta trasera de la Alemania nazi. Las cifras son abrumadoras. Sólo se empieza a ser consciente de la magnitud, la extensión y volumen de la invasión una vez que se recorren los más de 80 kilómetros de costa normanda que centraron las acciones del desembarco del 6 de junio de 1944.

desembarco-normandia-10

Al final de este corto viaje de un par de días, no me queda duda de que Normandía pagó el precio de la liberación de Francia. Porque a pesar de la reconstrucción posterior y del paso del tiempo, los vestigios de lo sucedido en 1944 han dejado una huella indeleble en el paisaje normando y en el espíritu de sus habitantes.

.

Información práctica:

– Todas las playas del desembarco, museos y puntos de interés están perfectamente señalizados.

– Entre dos y tres días serán suficientes para visitar toda esta zona con la suficiente tranquilidad. Si tenéis más tiempo os aconsejo seguir viaje hacia el Mont Saint Michel para entrar después en la Bretaña francesa.

– Para hospedaros son muy recomendables los llamados Gîtes Rural, donde se puede encontrar una amplia oferta y a buen precio en un ambiente alejado de los hoteles de estilo impersonal. Si buscáis algo más exclusivo, están los Relais&Chateaux.

Gite rural en Bayeux

Los Gîte Rural son ideales para hospedarse en Francia. Imagen del lugar donde me hospedé en Bayeux..

– A la hora de comer, la gastronomía típica normanda os sorprenderá con su gran especialidad: las tripas caseras (callos) y la omnipresente salchicha llamada andouille. Aparte de la carne, preparada con gran despliegue de hierbas y salsas, Normandía es de los pocos lugares de Francia en los que el pescado es uno de los platos fundamentales en la mesa. A destacar los lenguados y rodaballos, eso sí, cocinados al gusto francés, es decir, excesivamente hechos pero con mucha salsa para despistar. Los mariscos tampoco están nada mal y la verdad es que las ostras están sabrosas. Aparte de esto hay que destacar las galettes, una especie de crepe salado hecho a base de harina de trigo sarraceno, y los famosos crêpes que suelen ser dulces. Si los acompañáis de la típica sidra y rematáis la comida con un buen Camemberet y una copita de Calvados, el aguardiente típico, en vuestros rostros aparecerá inevitablemente una sonrisa de satisfacción.

– El tiempo en Normandía suele ser lluvioso, gris y ventoso incluso en verano. Viajad preparados para despediros del sol por una temporada.

– En las costas la subida y bajada de las mareas de varios metros permite descubrir paisajes totalmente cambiantes en unas horas. Informaros de las horas de marea baja para poder visitar las playas del desembarco. Si no, os quedará la sensación de no haber visto nada. El desembarco se planificó cuidadosamente teniendo en cuenta esta circunstancia.

– Recuerda que un buen Seguro de Viajes te puede ahorrar preocupaciones. Así que ni lo dudes. Desde aquí te recomiendo MONDO, el seguro de viaje inteligente para viajeros inteligentes. Además contratando tu seguro desde esta página tienes un 5% de descuento.

.

– Pueblos y carreteras están poblados de pequeños museos basados en los más nimios detalles de la batalla de Normandía. Hoy día esta región es una de las menos ricas de Francia y el turismo es uno de los pilares centrales de su economía.

– Que no os sorprenda la falta de ambiente en las ciudades. A veces parece que paseamos por pueblos fantasma. Esto es Francia. El día comienza muy pronto, se come a entre la 12 y las 2 y se cena a partir de las 7. No esperéis encontraros con un ambiente de fiesta por las noches. Incluso en verano cuando todo se llena de turistas, sorprende la ausencia de vida nocturna.

– Para aquellos que piensen que todos los franceses son como los de París, supondrá una auténtica sorpresa encontrarse con la amabilidad, educación e interés por contentar al visitante de los normandos. Realmente una agradable sorpresa.

Bon voyage

.

Artículos relacionados:

Cómo visitar los escenarios del Desembarco de Normadía 1ªparte