Un edén en el centro de Río de Janeiro.

Un vigilante uniformado acaba de reclamar la atención del personal del jardín que se acerca presuroso. El vigilante señala hacia uno de los pequeños canales que recorren el espacio semi selvático recubierto de un cuidado cesped y tras una breve búsqueda les señala: «¡allí, allí…!»

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