Hacia territorio Nyangatom.

Hace un calor tórrido en territorio nyangatom. Tras cruzar el río Omo llegamos a la pequeña población de Kangatin, un villorrio que ha crecido a ambos márgenes de la carretera. Es mediodía y allí nos refugiamos durante unas horas en uno de los pocos bares del pueblo. A 37ºC a la sombra, la vida transcurre lentamente en este rincón perdido del valle del Bajo Omo.

El impactante ritual del Salto del Toro o «Ukuli Bula».

El salto del toro supone el momento más importante en la vida de todo joven hamer. El día del “Ukuli Bula” es el día en el que su futuro está en juego. Si supera la prueba será reconocido como adulto por todos los miembros de su comunidad. Podrá casarse, formar una familia y tener propiedades. Si no lo supera, será repudiado por todos.

Es noche de luna llena en territorio hamer.

La luna llena aparece en el horizonte dibujando el contorno de las acacias que rodean el poblado hamer. En el otro extremo de la bóveda celeste la Vía Láctea brilla tenuemente en un cielo que no termina de oscurecer. En ese momento las voces rítmicas de las jóvenes hamer rompen el silencio de la noche africana. Avanzando desde la aldea, se acercan a nuestro campamento en lo que será el comienzo de una noche mágica.

Montreal, dos ciudades en una.

Hace un frío que pela en Montreal. La ciudad más poblada de Quebec está cubierta por un espeso manto de nieve y se respira un aire gélido que por las noches alcanza los -25ºC. Pero Montreal está preparada para inviernos como este. Porque bajo la nieve y los rascacielos la vida se hace bajo tierra.

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