Regreso a Ait Ben Haddou.
El Ksar de Ait Ben Haddou era una visita irrenunciable. Aunque reventara el motor del Renault Clío que había alquilado unos días antes al aterrizar en el moderno aeropuerto de Marrakesh. Las luces de averías en el motor se iban encendiendo en el panel del cuentakilómetros desde que había salido de Risani.