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Sian Ka´an, la «Puerta del Cielo».

Sian Ka´an es la reserva natural más grande de la península del Yucatán, con aguas de manantial que brotan de cenotes, canales mayas, manatíes y delfines, barreras de coral, inmensas playas rodeadas de palmeras donde desovan tortugas…Esto es lo que el gobierno mexicano y las agencias de turismo te venden de Sian Ka´an. Pero por desgracia la realidad a veces es diferente.

El lago Atitlan: paisajes de un lugar único.

El lago Atitlán es uno de los lagos más hermosos del mundo. Recuerdo la primera vez que me acerqué a sus orillas tras llegar de noche a Panajachel en un «chiken bus» abarrotado. La Vía Láctea brillaba en la oscuridad del cielo y su resplandor se reflejaba en las aguas del lago.

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Santiago Atitlán: mercados, sincretismo religioso y Maximón.

Santiago Atitlán es la capital de la etnia tzutuhil que en su lengua quiere decir «Flor de las naciones». A medida que me voy acercando al pequeño embarcadero de Santiago voy retrocediendo en el tiempo. O viajando a un lugar que parece de otro mundo. Es la tercera vez que vengo y aún así sigo teniendo la sensación de desembarcar en otro planeta .

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El Irazú, un gigante dormido a casi 3.500 m. de altitud.

El Irazú parece dormido. Lo único que se mueve son los arbustos y el polvo que levanta el viento racheado que sopla inclemente a 3.432 m. de altura. Es una mañana soleada y apenas hay nubes. Esta vez he tenido suerte porque hoy puedo ver los enormes cráteres del volcán más alto de Costa Rica.

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Vámonos a cruzar el Golden Gate Bridge.

¿Quién no ha soñado con ver de cerca el Golden Gate Bridge? Este puente de color rojo ubicado a la entrada de la bahía de San Francisco tiene un atractivo visual muy especial. Pues aquí te voy a explicar cómo llegar hasta él y cruzar sus más de 2 Km. de largo en bicicleta.

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San Francisco, el Ave Fénix a orillas del Pacífico.

San Francisco a primera hora del 18 de abril de 1906. Un terremoto de casi 8 grados en la escala de Richter y los incendios posteriores destruyeron la mitad de la ciudad provocando miles de muertos. Pero San Francisco resurgió de sus cenizas.

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