La frenética Jaipur

Jaipur tiene el color rosado del salmón. Huele a especias y al aire polvoriento y contaminado de un tráfico alocado. Su música es la del petardeo de los tuk tuk acompañado por el ruido de miles de claxon, timbres y bocinas. El frenético ritmo de Jaipur te hace sentir perdido en este caos de gente, vehículos, ruido, polvo, vacas y elefantes. Pero cuando te vas, sólo deseas volver. Es como si siempre quedara algo por ver.

Angkor Wat: el arte cincelado en piedra

Angkor Wat es la joya de la corona de los templos de Angkor. Es tal su importancia y su significado histórico para Camboya que su silueta se destaca en el centro de la bandera del país asiático. Pocas veces he visto un lugar tan asombroso y con una carga histórica y religiosa tan potente.

Jaipur y la fortaleza de Amber.

A las afueras de Jaipur las murallas del palacio-fortaleza de Amber se alzan imponentes sobre la estratégica colina. Tras sus muros y torres de color amarillo-ocre se oculta unos de los palacios más conocidos de Rajastán. Y uno de los enclaves más fascinantes de toda la India. 

A las mujeres de la India que no se rinden jamás

Sabía que iba a perder ese vuelo. Los constantes roces y el latente conflicto entre India y Pakistán por la región de Cachemira habían obligado a cambiar las rutas en el espacio aéreo indio. Y todos los vuelos estaban llegando y saliendo de Nueva Delhi con un retraso de varias horas. Así fue como me encontré con Indira.

La Oriental Pearl Tower, el cielo de Shanghái.

La esbelta figura de la Oriental Pearl Tower con sus grandes esferas de cemento y cristal es una de las construcciones más significativas de Shanghái. En realidad es un edificio único, totalmente diferente a lo que hayas podido ver antes. Y lo mejor es que en esta torre se encuentran algunos de los mejores miradores de la ciudad.

Khajuraho, el sexo explícito convertido en arte.

Los templos de Khajuraho muestran sin pudor y sin complejos una antología de sexo explícito, lujuria y sensualidad. Aquí descubrirás hermosas jóvenes de grandes pechos redondos, hombres con penes erectos, sexo oral, posturas inverosímiles propias del Kamasutra, zoofilia, masturbaciones, voyeurismo… Porque en Khajuraho el sexo se ha hecho arte.