Kiev es la respuesta.
Kiev se alza luminosa sobre un meandro del río Dnieper. Es primavera y sus parques se visten de un verde fresco e intenso tras el largo invierno. Las cúpulas doradas de sus iglesias ortodoxas relucen en la distancia mientras la gigantesca estatua acerada de la Madre Patria nos da la bienvenida a la capital de Ucrania.