El mirador del Pan de Azúcar y esas vistas que nunca olvidarás.

El Pan de Azúcar es una de las visitas obligadas para todo el que visita Rio de Janeiro. Y es que ese bloque de roca granítica que alcanza los 396 metros de altura enclavado a la entrada de la bahía de Guanabara se ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles de la capital carioca.

Su presencia es visible desde casi cualquier punto de la ciudad y hacia él se dirigen las miradas de cualquiera que visite Río. Sin duda es uno de esos lugares que está marcado con muchas estrellas en todas las guías de viaje. Y con toda la razón. Su peculiar forma, su ubicación en un marco natural privilegiado y el hecho de que se pueda acceder a su cumbre en teleférico para disfrutar de unas vistas inigualables lo convierten en uno de esos lugares de los que dices «yo tengo que subir hasta allí«.

.El bonde al Pan de Aucar.

Una vez arriba uno pierde el sentido de la realidad. Desde sus miradores las favelas parecen quedar muy lejos, así como las miserias del día a día que encontramos en cualquier rincón de la ciudad. Desde lo alto podemos divisar una panorámica deslumbrante en 360º. Hacia un lado todo el centro de Río y los movimientos de los aviones en el aeropuerto Santos Dumont con la ensenada de Botafogo a nuestros pies. Para el otro lado están las playas de Copacabana e Ipanema. Y al fondo se encuentran las montañas selváticas de la reserva de Tijuca rodeando al Cristo de Corcovado que extiende sus brazos al vacío abrazando a tanto pecador carioca.

Tal es la atracción que ejerce esta roca sin casi vegetación que fue una de las referencias visuales usadas por los navegantes portugueses cuando llegaron esta costa. Y a sus pies, en la pequeña playa que se encuentra hoy dentro de la Fortaleza Militar de São João, levantaron las primeras edificaciones de lo que hoy es Rio de Janeiro.

.Vistas desde el Pan de Azucar 3

Centro de Rio de Janeiro

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¿Y cómo llego hasta allí arriba?

Pues ya estamos en Río de Janeiro y tras instalarnos estamos como locos por lanzarnos a conocer la ciudad. Además del Cristo del Corcovado, el Pan de Azúcar nos está esperando. La forma más sencilla de adquirir una entrada es vía Internet. Y es tan fácil como escoger la fecha, elegir el tipo y cantidad de entradas, pasar por caja, registrarse con una dirección e-mail y dar los datos de la tarjeta. La verdad es los precios andan ya un tanto disparatados porque ya son 99 Reales los que cuesta el billete para un adulto.

– Ventajas: que ya tienes la entrada y te evitas las posibles colas y esperas.

-Inconvenientes: hay que adquirir la entrada con 24 horas de antelación sin saber si para el día elegido va a caer la tormenta del siglo o va a lucir un sol espléndido, pagas dinero de más, comunicas tus datos alegremente…. y además no existe la posibilidad de cambiar el billete por otro en la taquilla.

.Pasando por taquilla.

Y luego está la manera tradicional: el paso por taquilla pagando 110 Reales. Para los muy madrugadores, la taquilla abre a las 8 de la mañana y el primer funicular (bondinho) hacia la primera parada en el Morro de Urca sale a las 08:10. Porque por si no lo sabíais hay que tomar dos funiculares: uno hasta el Morro de Urca a 220 metros y desde aquí el que sube hasta el Morro del Pan de Azúcar a 396 metros sobre el nivel del mar. Ambos toman unos 3 minutos en hacer el trayecto correspondiente y no os quiero contar las batallas soterradas que hay por coger los mejores sitios junto a las ventanas en el interior de los bondinhos.

.En el Morro de Urca

Antiguo bonde del Pan de Azucar.

En el Morro de Urca os encontraréis con el Espacio Bahía de Guanabara y el Discos con sus 3 carpas circulares donde se celebran todo tipo de eventos, actuaciones, shows de TV eventos y celebraciones. También veréis una pequeña plaza, la de los Bondes donde se exponen antiguas cabinas de funiculares. Y por supuesto kioscos de comida y bebida y las inevitables tiendas de souvenirs. Pero tu vista no se va a poder apartar de él… justo enfrente, vertical, icónico y pétreo, el Pan de Azúcar reclama nuestra atención apremiándonos con su presencia a subir a su cumbre.

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Pan de Azúcar 1

Pan de Azúcar 3.

Pero volvamos al principio. En la explanada asfaltada frente al acceso a las taquillas se forman en determinados momentos unas estupendas colas de cientos de personas que pacientemente aguardan su turno. Aquí os informo de que hay filas para pagar en efectivo y filas para pagar con tarjeta que suelen estar más desahogadas y van más rápido. Evidentemente la afluencia de gente está condicionada por las fechas (días festivos, vacaciones…), por los eventos del momento (Carnavales, mundiales de fútbol…), la climatología (curiosamente cuando diluvia no se forman colas) y también por los atardeceres.

Tooodo el mundo quiere ver esos atardeceres inolvidables desde el mirador del Pan de Azúcar mientras las luces de la ciudad empiezan a brillar reflejándose en las tranquilas aguas de la bahía de Guanabara. Desgraciadamente no puedo poneros una imagen en condiciones ya que las 3 últimas veces que he subido el buen tiempo no me acompañó. Y ante esto sólo queda una solución: ir por la tarde, subir con antelación, elegir un buen sitio junto a la barandilla metálica de la terraza y esperar al atardecer tomando una cerveza y disfrutando del placer de estar en este lugar único y especial.

.Nubes sobre Rio desde el Pan de Azucar.

Para llegar hasta el Pan de Azúcar y Urca tendréis que venir en taxi o tomando alguno de estos autobuses: el 511 desde Leblón, Ipanema y Copacabana, el 512 desde el Jardín Botánico o desde Botafogo, y el 107 si venís desde el Centro. Ninguna de las líneas de metro llega hasta aquí. La taquilla cierra a las 19:50 y el último teleférico baja a las 21.00 ya de noche.

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Curiosidades:

No se sabe a ciencia cierta de dónde viene el nombre de Pâo de Açúcar, aunque hay varias versiones. Yo me quedo con la que dice que en tupí-guaraní «monte alto» se dice Pau-nh-Acuqua, que a los portugueses les debió sonar como Pâo de Açúcar, y así le quedó el nombre.

El bondinho del Pan de Azúcar se inauguró en 1912 y se mantiene desde entonces bajo gestión privada por la Compañía Camino Aéreo Pan de Azúcar.

Hay unas 60 vías de escalada abiertas para aquellos a los que les guste subir así. La primera escalada la llevó a cabo en 1817 una mujer inglesa que llegó hasta la cumbre e izó allí la bandera de la Union Jack. Pero no estuvo mucho tiempo porque al día siguiente, un soldado portugués escaló hasta la cumbre y la sustituyó por la bandera portuguesa.

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Alrededores del Pan de Azúcar

Mucha gente llega hasta el Pan de Azúcar, sube y se va sin recorrer apenas los 200 metros que llevan hasta una de las playas más hermosas, escénicas y por desgracia más sucias de Rio de Janeiro: Praia Vermelha. El nombre le viene del color rojizo que adquiere su arena al atardecer. Pero lo que de verdad llama la atención es la belleza del escenario en el que está encajada, justo a un lateral del Morro de Urca y del Pan de Azúcar. Es una pena que las balsas de basura flotante que llegan hasta la playa hagan desaconsejable bañarse, además de la profundidad que adquiere el mar desde la misma orilla.

.Praia Vermelha desde Urca

Praia Vermelha

Praia Vermelha 2.

Y justo del otro lado os aconsejo caminar y perderos por uno de los barrios más tradicionales de Río recorriendo la cornisa marítima que bordea todo el barrio de Urca. Este paseo por la Av. Portugal os llevará entre viejas casas de colores rodeadas de árboles y matas de flores con el fondo incomparable de la gran roca pelada del Pan de Azúcar limitando su crecimiento. Paseando llegaremos hasta la iglesia de Nossa Senhora do Brasil situada a pocos metros de la pequeña playa de Urca. Este es un recoleto arenal ubicado a los mismos pies del viejo Casino y protegido por las rocosas murallas de piedra del Morro de Urca. Si buscáis una playa con ambiente local de verdad, tranquilo, donde vecinos y familias se reúnen a tomar el sol, charlar y bañarse, este es vuestro lugar.

.Iglesia Nossa Senhora do Brasil

Praia de Urca.

El paseo al borde del mar permite disfrutar de las vistas de Rio justo enfrente con la playa de Botafogo en primer plano y el Cristo del Corcovado al fondo. Por aquí apenas se ven turistas, los vecinos pescan tranquilamente desde las rocas del malecón y el silencio sólo se ve rota por el ruido de los autobuses de trasporte público que conectan Urca con el resto de la ciudad. Poco antes de llegar a la entrada de la Fortaleza de São João veremos en una esquina el famoso Bar Urca. Es el momento de hacer una parada para pedir en la pequeña barra, por ejemplo, unos camarones empanados acompañados de una cerveza y de sentarse al borde del mar para disfrutar de las vistas de un Rio apenas conocido. Excepto por los locales.

.Pescando en Urca

Camarones del Bar Urca.

Al atardecer este paseo y los alrededores del Bar Urca se convierten en un hervidero de gente, de familias y grupos de amigos que se reúnen aquí para disfrutar de las últimas horas del día bebiendo y comiendo alguna de las especialidades locales. Desde luego si estáis en Río de Janeiro este es uno de esos rincones que no debéis dejar de visitar.

Si tienes la intención de permanecer algún tiempo en Río de Janeiro, desde aquí puedes organizar y reservar todas las actividades que te pueden interesar en la capital carioca y alrededores.

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