El Mavic Pro, una pequeña bestia voladora
Cuando hace unos meses DJI, la empresa de drones líder del mercado, presentó el Mavic Pro vi claramente que ese era el dron ideal para llevar de viaje. Potente, ligero, plegable, pequeño y con las mismas especificaciones técnicas, e incluso algunas más, que las del exitoso DJI Phantom 4.
Un dron “todo en uno” que aunaba facilidad de uso y calidad de grabación en un tamaño tan reducido que podía llevarse en un bolsillo grande. En ese momento supe que uno de esos pequeños Mavic iba a ser mío. Los meses de vuelo con mi Phantom 3 Professional, por no hablar del más profesional Inspire, me han mostrado lo que DJI es capaz de hacer: drones fiables, estables, sólidos, que cumplen con lo que prometen y que no dan problemas. Por lo menos ese ha sido mi caso. Y desde ya lo digo aquí para dejarlo claro: DJI no ha financiado este artículo (para dolor y pena de mi cuenta bancaria). Pero es que el Mavic ha superado mis expectativas en cuanto a manejo, control, portabilidad y calidad de las grabaciones. Y para muestra este vídeo que grabé en Miami Beach, Florida.
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A pesar de los problemas iniciales de suministro con el Mavic Pro la empresa china DJI ha vuelto a dar la campanada en el mundo de los drones. Y no lo tenía fácil pues justo una semana antes el gigante norteamericano de cámaras de acción GoPro anunciaba a bombo y platillo su primer dron, el Karma. Ambas empresas no hacían más que seguir la tendencia a popularizar los drones haciéndolos más pequeños, utilizables, transportables y seguros. Aunque no más baratos.
Las especificaciones del Karma, una plataforma estabilizada desde la que grabar con la nueva GoPro Hero 5, no estaban nada mal. Y además la cámara se podía extraer directamente del dron en su estabilizador de imagen (gimbal). Esto permitía al usuario poder disfrutar de un sistema de grabación en calidad 4k tanto en tierra como en el aire. Pero cuando DJI presentó en Nueva York el Mavic Pro quedó claro que sus especificaciones técnicas dejaban en pañales al Karma. Al instante GoPro vio como el valor de sus acciones volvía a bajar en bolsa. Para colmo de males el Karma se caía en pleno vuelo debido a un problema de la batería y tuvo que ser retirado del mercado. Y enseguida el Mavic se aposentó como líder indiscutible en su nicho de mercado.
Aunque en ambos modelos se pliegan los brazos para facilitar su trasporte, el Mavic es más pequeño que el Karma. Bastante más pequeño. Incorpora un nuevo sistema de trasmisión de datos e imágenes llamado OcuSync que permite controlar el Mavic hasta a 7 Km. de distancia. Además el Mavic vuela más rápido y su batería dura más, unos 27 minutos. Por si esto fuera poco el Mavic trabaja con el sistema de satélites GLONASS además del GPS llegando a localizar hasta 20 satelites. Además viene cargado con una panoplia de cámaras y sensores para evitar obstáculos y colisiones frontales. A todo esto suma una variedad de modos de seguimiento a objetos en movimiento, el Active Track, que amplían su funcionalidad, facilidad de uso y posibilidades creativas de grabación.
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Descubriendo al Mavic Pro. Cuando las cosas grandes vienen en envoltorios pequeños
Tengo en mis manos el Mavic Pro en un kit que DJI llama Mavic Pro Fly. Un combo donde además del dron viene el mando de control remoto, dos baterías suplementarias, cargador de baterías múltiple, cargador de automóvil, un juego de hélices extras y una pequeña mochila de viaje para trasportarlo todo. Ha llegado la hora de abrir la caja y poner en marcha el Mavic Pro desde cero. Allá vamos.
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Nada más abrir la caja lo primero que llama la atención es el tamaño compacto del Mavic. Plegado (198x83x83mm) es casi más pequeño que ¡el control remoto de mi Phantom 3 Pro!. Los 4 brazos se despliegan fácilmente y no hay que quitar y poner las hélices cada vez que lo usamos. Simplemente se despliegan cuando el dron se pone en marcha. Son fácilmente extraibles en caso de necesidad y se anclan sin dificultad en los motores brushless. Una vez en mis manos no siento el Mavic como un juguete. Es pesado, duro, sólido, metálico. Desde el primer momento queda clara la calidad de su construcción.
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El Mavic Pro viene con un protector de plástico que cubre el gimbal, una pieza que lo bloquea y la pequeña cámara 4K. Todo un detalle para bloquear el conjunto durante su trasporte. El gimbal es de 3 ejes y rota hasta los 90º para tener una perfecta visión cenital. Funciona de forma muy parecida a los de la serie Phantom, pero en una versión miniaturizada. La cámara tiene un sensor CMOS 1/2.3” con una resolución máxima de 12,3 Megapixels, un ángulo de visión de 28 mm y f/2.2. El ISO va de 100 a 1600 en fotografía y 3200 en vídeo. Por cierto, antes de poner en marcha el Mavic hay que quitar la pieza que bloquea la cámara y el protector de plástico.
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La grabación vídeo en MP4 o MOV abarca desde la calidad 4K a 2K a 24, 25 o 30 fps/seg, al Full HD de los 24 a los 96fps/seg y en HD hasta los 120 fps/seg para slow motion. En fotografía graba en los formatos Jpeg y DNG, el estándar RAW de Adobe. Los vídeos e imágenes se graban en una tarjeta Micro SD de hasta 64 GB que ha de ser UHS, asi que asegúrate de tener una tarjeta muy rápida.
En la parte inferior se encuentran los sensores ultrasónicos que permiten estabilizar su altura a un metro, metro y medio del suelo. Eso sí, siempre que la velocidad sea inferior a 30km/hora. En la parte frontal, a cada lado de la cámara, hay otros dos sensores anticolisión. Se activan al detectar cualquier objeto a 15 metros y frenan el dron en seco a medio metro del obstáculo. Tengo que decir que el sistema funciona muy bien. Al principio desconfiaba de que fuera así, pero el dron se mantiene en vuelo estático ante el obstáculo y aunque intentemos impulsarlo dando potencia a los motores, no avanza. Además en la pantalla del smartphone, con la aplicación DJI GO abierta, veremos que el sistema anticolisión señaliza la cercanía al obstáculo con bandas de colores anaranjados y rojos. Además nos da la indicación en metros al obstáculo. Cuando estamos entre un metro y 0,5 m un insistente beep sonoro y un aviso en amarillo (Braking now!) nos advierte que estamos detenidos y que tenemos que maniobrar para evitar el obstáculo.
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En su interior el Mavic lleva un sistema redundante de dos IMUs, o lo que es lo mismo, doble sistema de control de datos por si falla uno. Forman parte del sistema llamado Flight Autonomy que incluye las cámaras, los sensores ultrasónicos, el sistema de navegación por GPS y GLONASS y 24 núcleos para gestionar toda la información que llega desde satélites, cámaras y sensores. El Fligt Autonomy permite así dirigir con seguridad al Mavic Pro esquivando obstáculos, manteniendo la altura al suelo, permitiendo los diferentes modos de vuelo inteligente, etc.
El tamaño de su control remoto también es digno de mención. Parece más el mando de una consola de juegos que otra cosa. Pero una vez que le acoplamos un teléfono móvil y lo ponemos en marcha, vemos que de juguete no tiene nada. El Mavic viene con varios cables para que conectes el mando a tu smartphone ya sea iPhone u otro que trabaje con otros sistemas operativos como Android. Os recomiendo usar un smartphone potente de última generación para que la trasmisión de datos de la telemetría y del FPV sea fluida. Yo uso un Huawei P9 que trabaja con la aplicación DJI Go recibiendo perfectamente los datos e imágenes del Mavic.
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Los dos joysticks de mando son perfectamente utilizables y ergonómicos. En la parte superior derecha se encuentra el botón de encendido-apagado y en el lado opuesto se encuentra el botón de “Return to Home”. En la parte trasera están las antenas y las ruedas de control del gimbal de la cámara, así como los botones de grabación de vídeo y toma de fotografías. En el lateral derecho se encuentra el botón para seleccionar el modo “sport” con el que el Mavic puede alcanzar los 64 km/hora. Por cierto, DJI asegura que el Mavic se mantiene estable con vientos de hasta 38.5 km/h lo cual no está nada mal. La realidad es que el Mavic sufre para mantenerse estable con vientos fuertes o racheados. Entonces una advertencia en la pantalla del smartphone nos avisará de la presencia de vientos fuertes durante el vuelo. Yo me fui a probar los límites despegando el Mavic desde un barco para volarlo desde el mar con vientos racheados alrededor de la población castellonense de Peñíscola. Y la verdad es que aguantó el tipo como podéis ver en este vídeo.
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En caso de que no quieras adquirir el control remoto puedes manejar el Mavic vía Smartphone. La aplicación de DJI crea en tu Smartphone un control remoto virtual para manejarlo, pero sólo podrás hacerlo vía wifi y a una distancia limitada. Por eso es aconsejable adquirir el control remoto ya que ofrece una experiencia de vuelo y un control del dron muy superior. Otra opción es volar el Mavic sólo con el control remoto, pero te perderás la imagen del vídeo trasmitida en tiempo real (FPV) si no le conectas un Smartphone. Eso sí, en la pantalla LCD del mando tendrás las informaciones básicas acerca del estado del dron así como de la telemetría en tiempo real.
El Mavic se pone en marcha pulsando dos veces el botón de encendido que se encuentra en la parte superior de la batería. Estas son de 13.05 voltios y 3830 mAh y se cargan en una hora y media. DJI asegura que en condiciones de vuelo estático y sin viento duran unos 27 minutos. En condiciones de vuelo real doy las gracias cuando llegan a 25 minutos.
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Pero antes de volarlo debes hacer todo esto
Para alguien que ya tiene un dron de DJI la puesta en marcha del Mavic no supondrá apenas problema. Pero quizás no sea el caso de alguien que tiene por primera vez un dron entre sus manos. De todas formas una vez completados los pasos de la puesta en marcha el Mavic es de los drones más sencillos de utilizar por un principiante. Eso sí, hay algunas cosas que debes saber y hacer para ponerlo en funcionamiento de manera correcta:
Paso 1: Tras sacar todos los componentes de su caja, leer las instrucciones atentamente al menos un par de veces hasta reconocer perfectamente cada pieza o botón del dron y del mando. Sí, es ese librito blanco lleno de letra pequeña, gráficos y dibujos que sueles dejar dentro de la caja o guardado en el fondo de un cajón.
Paso 2: Cargar tanto el control remoto como la batería del Mavic. El control remoto se conecta vía cable USB al cargador. Hay un puerto USB extra para poder cargar también el Smartphone. Cuando la batería esté cargada los indicadores intermitentes luminosos se apagarán. Inserta una tarjeta Micro SD en la ranura correspondiente para guardar las grabaciones.
Paso 3: asegurarse de quitar el protector de plástico que protege la cámara y el gimbal así como la pieza que lo mantiene inmóvil para que pueda moverse libremente. También tienes que quitar ese pequeño plástico amarillo que sobresale de la parte superior del gimbal antes de encender el dron.
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Paso 4: Conecta tu Smartphone al control remoto con el cable Micro USB para modelos Android, o por cable Lightning para iPhone.
Paso 5: Instala en tu Smartphone la aplicación DJI GO. Una vez instalada, ábrela y crea tu cuenta de usurario para DJI. Si ya tienes la aplicación instalada seguramente tengas que actualizar la versión de la aplicación.
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Paso 6: Descarga e instala la última versión del Firmware para el Mavic pro. Para ello el Smartphone ha de estar conectado al Control Remoto. Enciéndelo, así como el Mavic. En DJI el encendido se hace pulsando el botón una vez brevemente, y a continuación una segunda vez manteniendo más tiempo. El beep del Control Remoto y las luces del Mavic te indicarán que está en marcha.
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Cuando aparezca la imagen del Mavic en la pantalla del Smartphone, fíjate en la barra azul en la parte de arriba mostrando el nº de versión del Firmware. Si aparece la palabra Update, pulsa en Descargar e instala el Firmware tras la descarga. No te asustes si ves que el Mavic y el Control se reinician varias veces. Cuando el proceso ha terminado te indicará con un “Update Successful”. A partir de este momento todo está listo para volar.
Paso 7: Monta las hélices. Fíjate que hay dos tipos de hélices. Un par de ellas vendrán marcadas con un anillo blanco. Hay dos motores marcados con ese mismo anillo. Monta las hélices en sus motores correspondientes alineando los salientes de las hélices con sus anclajes. Presiona hacia abajo, gira un poco y bloquea la hélice en su lugar.
Paso 8: Ya sólo falta calibrar el compás del Mavic. Con todo encendido, abre la aplicación DJI GO y pulsa en el botón de la cámara azul. En ese momento aparece la señal de vídeo trasmitida desde el dron. Aquí encontrarás el control de la cámara y todos los “settings” del Mavic.
Pulsa sobre la barra coloreada de la parte superior para abrir el menú del “status” del dron. En la sección Compass, pulsa el botón de calibración. En ese momento te indicará que rotes 360º el dron unas cuantas veces en sentido horizontal siguiendo el sentido horario, y luego lo mismo en vertical con la cabeza del Mavic mirando hacia abajo. La luz verde de la parte posterior del dron te indicará que todo es correcto. Esta operación se hace para indicar al Mavic dónde ha de regresar automáticamente si se pierde el contacto con el control remoto o aparece algún otro tipo de problema. El Mavic viene con una función que se llama Aterrizaje Preciso. Cuando despega graba una imagen del lugar para volver automáticamente vía satélite y aterrizar en ese mismo lugar.
Paso 9: Y ya está. Ya puedes despegar pulsando sobre el botón “Take off”. El Mavic despegará y se mantendrá volando en modo estacionario sobre el suelo a un metro más o menos. A partir de aquí es todo tuyo y sólo queda lanzarse a volarlo y disfrutar. Si no tienes experiencia con drones tómate las cosas con calma. Ya tendrás tiempo más delante de ir estudiando las diferentes opciones, modos y funcionalidades del Mavic Pro, que son unas cuantas.
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Algunas cosas más que debes saber
Para empezar, el Mavic no es un juguete aunque lo pueda parecer. Para los que estéis pensando en comprarlo para vuestros hijos os recomiendo hacer la prueba de la salchicha. Con el dron bien sujeto y en marcha acercar una salchicha a una de sus hélices. Tras ver como la salchicha queda destrozada pensad en los deditos de vuestras criaturas adentrándose en ese torbllino de hélices. En ese instante se os quitará la idea de que el Mavic, o cualquier otro dron de superior categoría, es un juguete para regalar alegremente. Además siempre hay que tener en mente que existe una normativa legal que prohíbe volar drones cerca de aeropuertos, por encima de los 120 metros, en entornos urbanos o encima de grupos de personas.
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Algo que hay que agradecer es que el Mavic, por su tamaño, es menos ruidoso que los Phantom. En vez de mil abejorrros zumbando alrededor tendremos 500, y se nota. Sobre todo en cuanto despegamos el Mavic y lo alejamos unos metros. Deja de oírse, y de verse. Así que muy atentos al entorno y a la imagen trasmitida por FPV al smartphone. Eso y la telemetría, además del mapa, serán lo único que nos permita saber por dónde anda nuestro Mavic.
Las primeras pruebas de vídeo grabadas con el Mavic sacadas a la luz en Internet mostraban un grave problema de falta de nitidez y detalle. En ese momento se desató un debate en las redes acerca de la calidad de la cámara del Mavic. El problema es que a diferencia de los otros Phantom, la cámara del Mavic no es de óptica fija. Es decir, que el enfoque no es fijo. Los primeros que probaron el Mavic desconocían este hecho y las grabaciones eran penosas. Rápidamente desde DJI se comunicó que el objetivo de la cámara no era fijo y que era preciso indicar el lugar de enfoque. Por lo tanto al iniciar la grabación en vídeo o al tomar fotografías, sólo hay que pulsar en la pantalla sobre el lugar que queremos enfocar. Si queremos grabar algo en concreto, haremos “tap” en la pantalla sobre él objeto y un cuadrado verde nos indicará que está enfocado. Si grabamos una visita general como un paisaje sólo hay que hacer “tap” sobre algún lugar de la pantalla enfocando lo más lejos posible. La cámara automáticamente hará enfoque de “infinito” y toda la escena quedará grabada con nitidez.
Tengo que decir que este es el punto en el que el Mavic me está dando más problemas. El hecho de tener en mente que debes enfocar cada vez que inicias una grabación o tomas una fotografía es una pesadez. Sobre todo porque con todos los parámetros que hay que tener en cuenta, volar el dron, estar atentos a la telemetría y a las imágenes, además de grabar correctamente, hay que pensar constantemente en el enfoque. También es aconsejable bloquear el enfoque pulsando el icono del candado del AL, el AutoLock que aparece arriba a la derecha de la pantalla. Así evitarás que la cámara esté trabajando constantemente con el AF, el autoenfoque, con los consiguientes cambios reflejados en la grabación. Una vez que consigues tener en mente continuamente esta característica del Mavic las grabaciones salen perfectas. Primero busca dónde enfocar y luego haz «tap» en la pantalla del smarthone conectado al control remoto. Veras el cuadro verde parpadeando y a continuación sonará un corto «beep». El cuadro verde queda fijado indicando que lo que quieres grabar está correctamente enfocado.
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El Mavic pro viene cargado con toda una panoplia de sistemas que le permiten volar con varios modos automatizados. Por ejemplo, puedes usar el modo TapFly para indicar hacia dónde debe ir y el Mavic irá para allá él solito esquivando todos los obstáculos a su paso. Con el modo Gesture podrás indicar al Mavic con gestos de tus manos o brazos si ha de hacerte un selfie, encuadrarte y seguirte. Este modo todavía necesita alguna mejora que llegará seguramente en modo actualización del Firmware. También podrás compartir al momento esas imágenes vía Facebook Live, YouTube o Periscope utilizando la aplicación DJI GO.
Pero el modo que encuentro más interesante y que realmente marca la diferencia es el Active Track. Con este modo el Mavic es capaz de reconocer personas u objetos en movimiento para seguirlos. Y aquí viene lo bueno, desde cualquier posición o volando alrededor en círculos (modo Trace). Sin que hagas nada, todo automatizado. También puedes enfocar el objetivo y el Mavic hace el resto mientras tu vuelas el dron como quieras (modo Spotlight). La cámara enfocará el objetivo y el dron lo seguirá siempre que no haga movimientos muy rápidos que lo saquen del encuadre.
Otro modo es el de Seguimiento del Terreno en el que el Mavic puede seguir un objeto o persona en movimiento manteniéndose a una altura fija del terreno de entre medio metro y 10 metros. Si quieres grabar o fotografiar con mayor precisión o en condiciones de poca luz, puedes seleccionar el modo Trípode. Los movimientos del Mavic se harán entonces más lentos y precisos. Este es un modo muy recomendable para volar en interiores sin señal de satélites.
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Conclusión
El Mavic Pro viene cargado de todas las esencias del Phantom 4 y alguna más, pero en un frasco más pequeño. Tan pequeño que puede caber en un bolsillo grande. Precisamente son su tamaño y el cargamento de tecnología con el que viene dotado lo que lo diferencia de la competencia, léase el Karma de GoPro o el más sencillo Breeze de Yuneec.
A partir de ahora salir de viaje con tu dron, sus cargadores, baterías y control remoto, no supondrá cargar con una pesada mochila. Y hablo sobre todo de viajes en avión donde el peso y volumen del equipaje cuenta mucho. Por no hablar de lo que supone subir a una montaña o hacer una larga caminata con un dron y su equipo de varios kilos a la espalda. El Mavic Pro con baterías extras, control remoto y cargador cabe en una pequeña mochila donde todavía sobra espacio para más cosas. Por cierto, antes de viajar, sobre todo en avión, debes leer las recomendaciones que doy aquí: Cómo viajar con tu dron y no morir en el intento. Te evitarás muchos problemas.
Los que ya tenemos un dron sabemos que ponerlo en marcha con su parafernalia de emisoras, tablets, mochilas y hélices supone crear a tu alrededor un círculo de curiosos. Pues con el Mavic Pro dirás adiós el corrillo habitual de curiosos. Al ser de menor tamaño y su puesta en marcha más rápida, es mucho más discreto que un Phantom, por no hablar de un Inspire o un hexacóptero de mayor tamaño.
Vale, todo esto es estupendo pero ¿para qué quiero un Mavic Pro? Si eres un piloto profesional está claro que te sentirás mucho mejor respaldado por un dron de características y tamaño bastante diferentes. Sin embargo el Mavic puede servir para hacer ese tipo de trabajos rápidos o más sencillos en los que no es necesario desplegar una estación base o mover a varias personas. En este caso puede servir de dron de apoyo o backup.
Si eres un aficionado avanzado el Mavic te permitirá realizar grabaciones de video y fotografías con las mismas características técnicas y calidad de un Yuneec Typhoon o un DJI Phantom 4. Pero en un tamaño mucho menor. Y esta es la gran ventaja del Mavic Pro. Para alguien que no para de viajar, que ha de pasar continuos controles de aeropuertos y que intenta cargar con el menor equipaje posible, el Mavic supone una auténtica liberación. Si tienes este perfil y además buscas facilidad de uso, fiabilidad, potencia y características técnicas de vanguardia, el Mavic Pro es el dron que buscabas. Un dron donde conviven en armonía la portabilidad y las capacidades prácticas.
Sin embargo no todo es perfecto en el Mavic Pro. Además del tema de la complejidad del sistema de enfoque está su precio. Ahora mismo el Mavic Pro con el control remoto, cargador y cables cuesta 1.199€. Si compras el combo con baterías extras, cargador de coche, hélices de repuesto, cargador de coche y mochila, la factura es de 1.499€. ¡¡Qué dolor!! Pero es un dolor que se pasa rápidamente cuando uno empieza a volar esta pequeña bestia voladora. Y sobre todo cuando empiezas a viajar con ella. Así que larga vida al Mavic.
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