Eslovenia, una escapada natural en el corazón de Europa.
¿Estás buscando un país que combine historia, paisajes de ensueño, lagos, montañas, bosques y gigantescas cuevas subterráneas? Entonces Eslovenia es lo que buscas. Si te animas a visitar esta joya escondida de Europa con paisajes de postal, aquí tienes una guía para aprovechar al máximo 7 días de aventuras y descubrimientos.
Os confieso que volví enamorado de este pequeño país europeo que me sorprendió con su asombrosa mezcla de paisajes naturales y tesoros culturales. Este es un viaje cómodo que te permitirá aventurarte por algunos de los mejores paisajes de Eslovenia, combinando naturaleza, historia y cultura en una semana inolvidable.
Con esta guía te llevaré a recorrer las calles empedradas de la acogedora Liubliana, a navegar por las aguas cristalinas del Lago Bled y a adentrarte en la espectacular Garganta Vintgar. Tras explorar las fascinantes Cuevas de Postojna y el imponente Castillo de Predjama, descubrirás por qué las Cuevas de Skocjan son consideradas una maravilla natural única en Europa. La verdad, es que todavía me cuesta creer lo que vi allí.
Días 1 y 2: Explorando Liubliana, la capital de Eslovenia
Este viaje comienza en el corazón de Eslovenia, en su encantadora capital Liubliana, una pequeña ciudad que cautiva desde el momento que pones el pie en sus calles empedradas. Si no encuentras vuelos directos, lo más fácil para llegar es volar a las cercanas Venecia o Zagreb, donde podrás alquilar un coche para moverte por el país sin más complicaciones que comprar una viñeta para circular por sus autopistas en cuanto cruces la frontera.
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Liubliana es una ciudad hecha a escala humana donde se respira un ambiente relajado con una arquitectura donde se reflejan siglos de historia. En su centro histórico es evidente la influencia de su pasado como parte del imperio Austro-Húngaro.
Lo primero que te sorprende es su ambiente tranquilo y amigable, con un río, el Ljubljanica, que atraviesa la ciudad y le da un aire pintoresco. Liubliana tiene algo especial. Es, al mismo tiempo, acogedora y animada, con multitud de rincones plazas y callejuelas por descubrir. Es de esas ciudades donde lo mejor es perderse y caminar sin prisa. Porque aquí todo el mundo parece ir a su propio ritmo, disfrutando de la vida.
Pero todo esto y más te lo cuento en el artículo que le he dedicado a la capital eslovena: Liubliana, esa pequeña joya europea casi desconocida…todavía
Días 3 y 4: El Lago Bled: la imagen icónica de Eslovenia
Después de dos días en Liubliana, es el momento de explorar la naturaleza de Eslovenia. A solo una hora en coche de Liubliana se encuentra el Lago Bled, un destino que parece salido de una postal. La imagen icónica de este lago es una de las más famosas de Eslovenia: un islote en medio del agua con una iglesia, rodeado de montañas y un castillo en lo alto de un acantilado.
Así dicho no parece muy impresionante. Pero os aseguro que este lago de origen glaciar es de una belleza que emociona. Es uno de esos lugares que, por muchas fotos que hayas visto, no reflejan lo que es estar allí en persona.
Alrededor del lago encontrarás todo tipo de opciones para dormir, desde caros hoteles con vistas al lago hasta acogedoras casas de huéspedes y campings. Y aunque la gastronomía no es lo mejor de Eslovenia, te recomiendo probar el “kremšnita”, un pastel de crema típico de Bled que está exquisito. Uno de los mejores lugares para probarlo es el Café Park, que es famoso por su receta tradicional.
Explorando el lago Bled
Lo primero que aconsejo es rodear el lago a pie o en bicicleta de alquiler. El paseo de 6 km. es totalmente peatonal y la caminata a pie toma aproximadamente un par de horas. Aunque probablemente tardarás más ya que irás parando en miradores, muelles, paseos de madera y muchos rincones que te permitirán descubrir diferentes perspectivas del lago. Ya sea a pie o en bici, es una experiencia relajante y perfecta para conectar con la naturaleza. A medida que se va rodeando el lago, la luz del día transforma el paisaje creando diferentes escenarios a cada cual mas bonito.
Siguiente actividad que recomiendo, y una de las más demandadas: alquilar un bote de madera (aquí llamados ¨pletna”) para ir remando hasta la isla del centro del lago coronada por la Iglesia de la Asunción, una pequeña joya arquitectónica de estilo barroco.
Aquí están prohibidas las lanchas a motor, así que navegar por estas aguas cristalinas rodeado de montañas pobladas de bosques te retrotrae a tiempos pasados. Tras desembarcar en la isla subirás por una escalinata de 99 escalones o una rampa hasta los pies del campanario donde la tradición manda tocar una campana de los deseos. Pues eso. Pide un deseo, dale a la campana 3 veces y vuelve al lago para darte un baño en alguna de sus playas mientras te preguntas cómo es posible que el agua esté tan limpia.
Por cierto, si vienes en invierno, el lago se congela y se convierte en una pista de patinaje natural.
El Castillo de Bled y los miradores del lago
Desde las orillas del lago verás como se alza imponente sobre unos acantilados el Castillo de Bled construido en el siglo XI. Desde lo más alto de sus murallas y ventanales tendrás unas vistas espectaculares del lago y los Alpes Julianos. Sin duda las panorámicas desde aquí son lo mejor de este castillo, pero para disfrutarla tendrás que pasar por taquilla. Y no es barato.
Para capturar las mejores vistas del lago, podéis subir a alguno de sus miradores cercanos. Como el de Ojstrica que ofrece la vista más icónica del lago, con la isla y la iglesia en el centro, enmarcadas por los majestuosos Alpes Julianos. La subida lleva unos 20 minutos desde el camping Zaka, y aunque requiere algo de esfuerzo, las vistas compensan la subida.
El mirador Mala Osojnica ofrece una perspectiva aún más elevada. Es una ruta algo más exigente, pero menos transitada, lo que permite disfrutar de la panorámica en mayor tranquilidad. Sobre todo, en verano cuando el lago se llena de turistas.
Día 5: La impresionante Garganta de Vintgar
La Garganta de Vintgar es, sin duda, uno de los lugares naturales más impresionantes de Eslovenia. Y se encuentra a unos pocos Km. de Bled. Necesitarás medio día de excursión para recorrer este sendero de pasarelas y puentes que serpentean sobre el río Radovna, con sus aguas turquesas y cristalinas. Disfrutar de estos paisajes mientras escuchas el sonido del agua fluyendo y cayendo en cascadas entre las paredes de roca cubierta de una exuberante vegetación es una experiencia refrescante. Sobre todo, en verano.
El sendero es de unos 1.6 kilómetros de longitud y es muy fácil de recorrer. La caminata termina en una cascada de 13 metros llamada Šum, donde puedes hacer una pausa para admirar la belleza del lugar mientras te tomas algo en la terraza que hay en su parte más alta. Al terminar, y para regresar al aparcamiento, tenemos dos opciones de rutas circulares: una de 4 kilómetros por Blejska Dobrava y otra de 6 kilómetros por St. Catherine, la más bonita.
Por cierto, el acceso es de pago (como casi todo en Eslovenia). En temporada alta de verano recomiendo comprar las entradas online con antelación ya que es un lugar muy visitado. Y no te olvides calzado con suela antideslizante para evitar patinazos.
Y al terminar la caminata, te recomiendo reponer fuerzas en alguno de los restaurantes cercanos donde la especialidad es la trucha a «la Bohinj», el plato tradicional de la zona.
Día 6.- De las Cuevas de Postojna al castillo-cueva de Predjama
La Cueva de Postojna es una de las maravillas subterráneas más impresionantes de Europa. Lo cierto es que adentrarte en ella es como acceder a un mundo mágico de piedra y agua que ha cautivado a los millones de personas que la han visitado. Estas cuevas son como una obra de arte de la naturaleza, llena de estalactitas, estalagmitas y formaciones rocosas de lo más peculiar.
Llegar hasta la cueva de Postojna es muy fácil ya que se encuentra a una hora de Bled. Tras pagar la correspondiente entrada, nada barata, te subes a un tren subterráneo que te lleva al corazón de la cueva. El tren eléctrico se adentra 3,7 kilómetros en las entrañas de la tierra, serpenteando por túneles y galerías que parecen sacados de un cuento fantástico.
Ya en el interior, continúas a pie por un recorrido circular de kilómetro y medio. Así que durante unas 2 horas se recorren unos 5 kilómetros de galerías, combinando el viaje en tren con la caminata, que se hace siempre con un guía de la cueva.
Las formaciones que encontramos son verdaderamente espectaculares. El punto culminante es el Brillante, una estalagmita de cinco metros de altura que, con su deslumbrante blancura y sus 50.000 años de antigüedad, se ha convertido en el símbolo del paisaje kárstico esloveno. Porque si no lo sabéis, Eslovenia es como un queso gruyere ya que está horadada por centenares de cuevas, grutas y ríos subterráneos.
Como dato curioso, aquí vive una extraña especie endémica llamada proteo, un anfibio ciego que se ha adaptado a la vida en la oscuridad. Estos extraordinarios seres pueden vivir más de 100 años y sobrevivir hasta 10 años sin alimentarse. Los lugareños los llamaban «crías de dragón» cuando las inundaciones los arrastraban fuera de las cuevas. Es muy pequeño y si te fijas bien, podrás verlo en una instalación acristalada que hay en el interior de la cueva.
Por cierto, no te olvides de llevar calzado anti deslizante y algo de abrigo porque, como en todas las cuevas y grutas subterráneas, la temperatura desciende rápidamente hasta mantenerse constante entre los 8 y 10 grados.
El castillo-cueva de Predjama
También muy cerca de Postojna (a 10 Km.) encontrarás un lugar que parece sacado de una película fantástica. Es el castillo medieval de Predjama y cuya particularidad es que está construido dentro de una cueva de 123 metros de altura. Por si no lo sabes, ostenta el récord Guinness como el castillo más grande del mundo construido en una cueva. Aquí comprobarás que, si su exterior es sorprendente, su interior lo es todavía más.
La historia del castillo está envuelta en leyendas, especialmente la del caballero Erasmo de Predjama, quien utilizó la red de cuevas secretas para burlar un asedio que duró más de un año. La fortaleza, que data del siglo XII, está conectada con el sistema de cavernas de Postojna, creando un complejo único que combina historia y naturaleza.
Es necesario adentrarse en el castillo, que conserva algunas de sus estancias y calabozos, para visitar la gran cueva que alberga en su interior. Aunque sólo podrás hacerlo entre mayo y septiembre. ¡No quiero imaginar el frío que se tenía que pasar aquí y la humedad que debía haber en el interior del castillo en invierno!
Día 7.- Las cuevas de Skocjan, adentrándome en las minas de Moria de «El Señor de los Anillos»
Muy cerca de Postojna, las Cuevas de Skocjan nos ofrecen una experiencia completamente diferente. Y desde ya, te digo que es uno de los lugares más increíbles que he visto en todos estos años viajando por el mundo. Declaradas Patrimonio Mundial de la UNESCO , estas cuevas albergan el cañón subterráneo más grande conocido. Sí, como lo oyes. O al menos eso dicen aquí en Eslovenia.
La visita dura aproximadamente hora y media, durante la cual se recorren 3 kilómetros de los 6 totales que tiene la cueva por cuyo interior fluye el río Reka. El descenso alcanza los 150 metros bajo tierra, ofreciéndonos vistas que rivalizan con los escenarios subterráneos más épicos del cine fantástico.
Todo lo que te pueda contar aquí se queda corto ante la inmensidad de estas galerías subterráneas casi imposibles de fotografiar. Primero, porque los guías insisten en que no las fotografíes (nadie me supo decir por qué). Y segundo, es tal su inmensidad que sólo estando ahí dentro se puede apreciar su brutal tamaño. El momento más emocionante llega al cruzar el Puente Cerkvenik, sobre el río Reka que ruge 50 metros más abajo. La grandiosidad de este inmenso vacío subterráneo nos empequeñece hasta tal punto que los visitantes se desvanecen en la nada y la oscuridad.
Todavía bajo la impresión de lo visto, toca salir al exterior. Ahí nos esperan varias rutas a pie por más cuevas, simas, ríos subterráneos y bosques que conforman el que para mí es uno de los paisajes más fascinantes de Europa. Hay diferentes rutas para regresar al estacionamiento, pero sin duda, la más impresionante es la más larga. Te aseguro que no te vas a arrepentir de seguir mi consejo.
Conclusión: una semana inolvidable en Eslovenia
Una semana de viaje no me dio para más. La verdad es que Eslovenia ha supuesto toda una sorpresa porque no me esperaba encontrar una Naturaleza tan increíble en el corazón de Europa. Con la facilidad, además, de disfrutar de todo esto en un país pequeño, donde cada destino está a un par de horas de distancia como mucho.
Es cierto que viajar a Eslovenia no es barato, porque aquí todo es de pago. Las cuevas, los castillos, algunas rutas, las visitas…Además, prepara un presupuesto especial para los estacionamientos porque es imposible aparcar si no pagas. Pero este inconveniente se ve compensado por sus maravillas naturales, por el encanto de Liubliana y de muchos de los lugares que vas encontrando por el camino. Y, también, por la amabilidad y simpatía de los eslovenos que se esforzaban en conversar conmigo en español, y si no podían, en inglés. Aunque aquí el turismo mayoritariamente proviene de Centroeuropa
Eslovenia es un destino que te atrapa, y muy fácil porque además todo está preparado para recibir al visitante. Sin duda volveré porque me quedé con ganas de conocer más de este país que fue parte del Imperio austrohúngaro y luego de Yugoslavia, hasta que se independizó en 1991. Esa mezcla de culturas, costumbres y arquitecturas también es parte de sus atractivos. Pero es que su Naturaleza es su principal atractivo ya que tiene un encanto único.
¡Es una Naturaleza con mayúsculas!
Y si tienes algo más de tiempo, aprovecha para cruzar la frontera a Croacia y visitar la ciudad de Zadar y, sobre todo, los maravillosos Lagos de Plitvice. No te arrepentirás.
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