La Ciudad Prohibida: el lugar más exclusivo de China que ahora visita todo el mundo.
La Ciudad Prohibida. Siempre recordaré esa escena de “El Último Emperador” de B. Bertolucci cuando Puyi, el último emperador de China se asoma, siendo todavía un niño, a la gran explanada de 30.000 metros cuadrados situada frente al Salón de la Armonía Suprema. Nunca pensé que algún día podría ver ese lugar con mis propios ojos.
Ahí transcurre la impactante escena donde centenares de soldados y súbditos se arrodillan una y otra vez mientras el pequeño emperador avanza indiferente entre ellos. Bertolucci supo plasmar perfectamente la belleza estética, la grandeza de este lugar único y una parte de la historia china. La que durante siglos sucedió en la Ciudad Prohibida, el lugar donde los que estaban fuera querían entrar, y los que estaban dentro querían salir.
Tras subir por las escalinatas de la terraza de mármol de tres niveles sobre la que se eleva el Salón de la Armonía Suprema, me asomé una y otra vez para contemplar el epicentro del poder imperial chino entre las dinastías Ming y Qing (1368-1911). Hoy, rodeado de hordas de turistas, hay que hacer un ejercicio de imaginación para imaginarse este lugar en su momento de máximo esplendor.
La Ciudad Prohibida, situada en el centro de Beijing, es el palacio imperial más grande del mundo. Su arquitectura y diseño estaban pensados para mostrar la legitimidad del régimen y la supremacía del poder imperial. Así como la cosmovisión de la China de la época. Las obras de construcción se iniciaron en 1406 por orden Yong Le, tercer emperador de la dinastía Ming, y sólo tardaron 14 años en completarse. Claro que se calcula que se empleó a un millón de trabajadores, de los cuales 100.000 eran artesanos. Cuando se terminó, el emperador trasladó la capital de Nanjing a Pekín.
Con su magnífica arquitectura, sus 500 años de historia y su significado cultural, la Ciudad Prohibida fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987. Desde entonces se ha convertido en uno de los destinos turísticos más visitados del mundo con millones de visitantes cada año. La gran afluencia de turistas, unida a las enormes dimensiones de la Ciudad Prohibida, puede convertir tu visita en una experiencia agotadora. Por eso es muy importante elegir bien el momento de adentrarte en este complejo con más de 90 palacios, patios y otras edificaciones donde se guardan tesoros culturales de valor incalculable.
¿Por qué se llama la Ciudad Prohibida?
Durante más de 500 años esta fue la sede del poder imperial de China. Al fin y al cabo, este fue el lugar de residencia de la familia imperial de las dinastías Ming y Qing. En total, 24 emperadores residieron aquí, 14 de la dinastía Ming y 10 de la dinastía Qing. Para los chinos, el emperador era la encarnación del poder, un ser semidivino que está destinado a proteger al pueblo de cualquier desastre.
Y como epicentro del poder, el palacio estaba fuertemente vigilado para garantizar la privacidad y seguridad de la familia real. Por eso no se permitía la entrada a la gente normal. De ahí el nombre de Ciudad Prohibida. Ahora sólo tenéis que imaginar lo que era vigilar este enorme complejo rectangular de más de 700 mil metros cuadrados y 9.999 habitaciones protegido por una muralla de 10 m. de alto y un foso de 52 metros de ancho. Por cierto, hoy “sólo” se conservan unas 8700 habitaciones.
Tras la caída del régimen imperial en 1912 por el gobierno de la recién instaurada República de China, el complejo palaciego se abrió al público como museo en 1925. Mientras tanto Puyi, el último emperador, apoyaba a las tropas japonesas en la invasión de Manchuria y durante la II Guerra Mundial.
En 1949, Mao Tse-Tung proclamó la Nueva República comunista en la Plaza de Tiananmen. También conocida como Plaza de la Puerta de la Paz Celestial (puerta sur de la Ciudad Prohibida) ahí es donde está colgado su famoso retrato. Mientras tanto Puyi, tras ser hecho prisionero, fue internado en un campo de reducación comunista. E ironías de la Historia, terminó sus días como ayudante de jardinería en los jardines botánicos de Pekín.
Por cierto, antes de entrar a la Ciudad Prohibida, quédate un tiempo observando al personal en la Plaza Tiananmen. Hay gente que viene con sus trajes regionales, otros que bailan y, como en el resto de China, muchas jóvenes vestidas a la moda de la época imperial.
Preparando tu visita a la Ciudad Prohibida
La Ciudad Prohibida está enclavada en el corazón mismo de la capital, muy cerca de lugares emblemáticos, como la Plaza Tiananmen, el Museo Nacional de China y el Parque Beihai.
– El límite diario de visitantes está limitado a entre 30 mil y 50 mil, y nunca supera los 80.000 en las fechas de gran afluencia.
– Ten en cuenta que las entradas suelen agotarse rápidamente en periodos vacacionales y en temporada alta.
– Sólo se pueden comprar las entradas online usando la web oficial (Museo del Palacio imperial) ya sea para el horario de mañana o para el de la tarde.
– Te aconsejo registrarte con antelación en la web y estar atento, porque la venta de entradas se abre con una semana de antelación a tu fecha prevista de visita.
– El mismo día de tu visita no podrás comprar las entradas.
– Además, la Ciudad Prohibida cierra los lunes exceptuando algunos días festivos.
– Para comprar tus entradas es imprescindible que tengas instaladas las 2 app que más utilizarás en China: AliPay y WeChat. De nuevo te recomiendo ver mi artículo dedicado a todo lo que necesitas saber antes de viajar a China.
– Intenta evitar los fines de semana y días festivos, como los de la semana del Día Nacional (del 1 al 7 de octubre) y vacaciones como las del Año Nuevo chino.
– La mejor época para visitar la Ciudad Prohibida coincide con finales de primavera (evitando el 1 de mayo) o principios de otoño porque el clima es perfecto.
Sea como sea, intenta visitar la Ciudad Prohibida a primerísima hora, o por la tarde unas horas antes del cierre, cuando la gente empieza a irse. Este es para mí el mejor momento.
Puedes visitar la Ciudad Prohibida por tu cuenta, o contratar un guía que te explique qué es lo que estás viendo y así comprender la importancia y el simbolismo de este lugar. Si no quieres complicarte mucho la vida, también puedes contratar una excursión organizada en el que estén incluidas las entradas y el guía.
Para la visita, prepara calzado cómodo, además de comida y bebida (los precios en el interior son elevados). Si vienes en verano, no te olvides de gorra, gafas de sol y protector solar porque apenas hay sombras y te vas a achicharrar. Y si vienes en invierno, que no falte la ropa de abrigo.
Y por supuesto, ni se te ocurra viajar a China sin llevar un Seguro de Viajes que incluya las coberturas más completas. Te ahorrarás preocupaciones y muchos problemas. Por eso te recomiendo HEYMONDO. Además, si lo contratas directamente desde aquí, tendrás un 5% de descuento.
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Cómo llegar a la Ciudad Prohibida
Lo más práctico es tomar la Linea 1 del metro y bajarse en la estación Tiananmen West (salida B) o en la Tiananmen East (salida B). Desde aquí puedes ir caminando hasta la Meridian Gate que es la entrada principal para visitantes. La reconocerás enseguida porque es una entrada al lado de la Puerta Sur o Puerta de la Paz Celestial donde está colgado el famoso retrato de Mao.
Sin duda quedarás impresionado ante esta primera visión de la Plaza de Tiananmen y las murallas de la Ciudad Prohibida. Verás un montón de visitantes en la plaza, controles de seguridad y acceso ubicados estratégicamente, muchos policías y muchas más cámaras. Estas en Tiananmen, quizás el lugar más vigilado de Pekín, epicentro de la vida política de China desde comienzos del S. XX. Y de las protestas estudiantiles de la primavera de 1989 que acabaron con una brutal represión armada y varios centenares de muertos. Hoy ningún chino habla de aquellos momentos vividos aquí mismo.
Una vez que accedas a la entrada principal, pasarás un control de seguridad donde te controlarán lo que llevas encima y te quitarán los mecheros. Aquí te pedirán tu billete de entrada y MUY IMPORTANTE, tu pasaporte, así que no te lo olvides.
Dentro de la Ciudad Prohibida
A grosso modo, la Ciudad Prohibida consta de varias partes. En el exterior se encuentran el foso y las murallas defendidas por 4 torres de vigilancia en cada esquina. Al interior sólo se podía acceder por cuatro puertas, una en cada dirección geográfica. Y ya en el interior se encuentran el Patio Exterior y el Patio Interior donde se encuentran los principales edificios palaciegos. Y alrededor de estos grandes patios, decenas de edificios residenciales, museos, etc.
La Ciudad Prohibida es enorme y resulta abrumador pensar en todo lo que se puede ver aquí. Así que lo primero es hacerte con un plano para ubicarte y saber dónde se encuentran los principales lugares. La visita, según tu interés y la ruta que escojas, puede llevarte un mínimo de 2-3 horas, aunque seguro que te llevará algo más. Porque aquí hay mucho que ver y mucho por donde perderse.
Además, está el tumulto de gente que se arremolina en las barandillas, en los patios, en las escaleras y ante las entradas de los edificios palaciegos para curiosear en su interior a través de las puertas abiertas. Porque has de saber que el acceso no está permitido a los palacios más importantes debido a la fragilidad de muchos de sus materiales.
Siempre puedes optar por “escapar” de las masas humanas que abarrotan las áreas centrales recorriendo los patios por los laterales. De paso, obtendrás unas panorámicas diferentes de la Ciudad Prohibida. La ruta de visita más corta sigue el eje central para ver las seis salas más grandes, además de las exhibiciones de los museos a un costado de este eje principal, dejando el Jardín Imperial para el final.
Partiendo del patio donde se encuentran los puentes de mármol, se accede el eje principal donde te vas a encontrar con una sucesión de puertas, patios y edificaciones. Por cierto, me encantan los nombres tan rebuscados que les ponían los chinos. Tras atravesar la Puerta de la Armonía Suprema accederás al:
Gran Patio Exterior
En esta gran explanada se celebraban los grandes acontecimientos y recepciones oficiales de los emperadores durante las dinastías Ming y Qing. Sobre elevados y presidiendo el Gran Patio Exterior se encuentran los tres salones o edificios más importantes de la Ciudad Prohibida: el Salón de la Armonía Suprema, el Salón de la Armonía Central y el Salón de la Preservación de la Armonía.
– El Salón de la Armonía Suprema es la joya de la corona de la Ciudad Prohibida y la estructura de madera más grandiosa jamás construida en China. Es el edificio más grande de todo el recinto y es el reflejo del esplendor de la corte china en el S. XV. Está lujosamente decorado con elementos que se usaban exclusivamente para la arquitectura imperial, incluidas las esculturas vidriadas de dragones de los tejados que representaban el rango de construcción más alto en la antigüedad. Esta sala era el lugar donde se celebraban las grandes ceremonias, incluidas coronaciones y bodas imperiales.
Es una pena que apenas se pueda vislumbrar su majestuosa y rica decoración interior desde la puerta de entrada. Allí me debatí a brazo partido con decenas de chinos y turistas extranjeros que también querían ver, como yo, el trono del emperador. Como ya he dicho, el acceso a estos edificios está prohibido. Así que me quedé con las ganas de ver las elaboradas decoraciones simbólicas, las tallas de madera y los altos techos pintados de este edificio singular y único.
– El Salón de la Armonía Central era el lugar de descanso y reflexión de los emperadores antes de las recepciones importantes y de las ceremonias que se celebraban en el Salón de la Armonía Suprema.
– El Salón para la Preservación de la Armonía se construyó para celebrar los banquetes de la corte y otros eventos imperiales menores.
El Patio Interior
La visita sigue atravesando la Puerta de la Pureza Celestial y llegando al Patio Interior donde vivían los emperadores y sus familiares. Aquí encontrarás tres edificios principales:
– El Palacio de la Pureza Celestial era el edificio más lujoso e importante del Patio Interior ya que originalmente fue la residencia de los emperadores y sus familias. Más tarde se convirtió en el lugar donde los emperadores trabajaban y celebraban algunas ceremonias.
– El Salón de la Unión Celestial y Terrestre edificio para funcionarios donde se guardaba el sello imperial de jade.
– El Palacio de la Tranquilidad Terrenal, residencia de las emperatrices durante la dinastía Ming y, más tarde, lugar de culto.
Estas seis grandes salas ocupan el centro del complejo palaciego son las más populares e importantes. La mayoría de los grupos turísticos sólo pasan por estas salas y terminan la visita recorriendo el Jardín Imperial. Pero si tienes tiempo, te aconsejo perderte por los pasadizos laterales y acceder a otras zonas menos conocidas de la Ciudad Prohibida.
Si te gusta el arte oriental, puedes dedicarte a buscar el Muro de los Nueve Dragones, o a visitar las colecciones del Museo del Palacio repartidas entre varios edificios. Hay más de un millón de obras de arte esperándote: bronces, armaduras, cerámicas, pinturas, telas, pinturas…
Las colecciones más importantes las encontrarás en:
La Galería de los Tesoros en el Palacio de la Longevidad Tranquila (Ningshou Gong) y el Salón de los Relojes
La Galería de Porcelana y Cerámica en el Salón de la Gloria Literaria (Wenhua Dian)
Galería de artículos de Bronce en el Palacio del Favor Celestial (Chengqian Dian)
La Galería de Pinturas y Caligrafía en el Salón de la Eminencia Militar (Wuying Dian)
En la Ciudad Prohibida los pequeños detalles son importantes
Así como algunos detalles de mármol tallados en el Taj Mahal, o la expresión de los rostros de piedra las bailarinas de Angkor, la Ciudad Prohibida está repleta de figuras, decoraciones y esculturas que esconden un simbolismo cuyo significado se nos escapa.
Es el caso de los palacios, que pueden parecer muy similares. Pero hay que fijarse en su tamaño, en los detalles y en el simbolismo de su decoración para diferenciar su propósito e importancia. Por ejemplo, fijaros en el número de esculturas vidriadas que rematan los bordes de los tejados. Aunque los guías dicen que son dragones, en realidad son qilin, animales mitológicos como xiezhi, xiayu, suanni o aves fénix, cada uno con su significado de prosperidad, salud, abundancia…. Su representación en las decoraciones de los tejados muestra una relación directa con la familia imperial. Según el número de qilin del tejado, así era la importancia del edificio siendo su número máximo de once.
Las grandes puertas rojas dentro de la Ciudad Prohibida tienen nueve filas de nueve grandes remaches de bronce cada una, simbolizando la autoridad suprema del Emperador. Porque el número 9 es el número imperial por antonomasia.
También veréis grandes estatuas de leones de bronce de aspecto amenazador, siempre representados en parejas. Son conocidos como los los Leones de Fu o Leones de Buda, y se levantan protectores frente a edificios institucionales y de gobierno. El macho, situado a la izquierda, se representa con una pata sobre una esfera. Y la hembra, a la derecha, jugando con su cría. Ambos indican el papel protector de la familia imperial sobre la nación.
También encontrarás estatuas de bronce de tortugas, símbolo de la sabiduría y la longevidad, y otros objetos que me llamaron la atención como las grandes tinajas de bronce. Situadas frente a los principales edificios de la Ciudad Prohibida, su presencia respondía al temor a los incendios ya que aquí se encontraba el conjunto de estructuras de madera más grande del mundo.
Estas normes tinajas de bronce, con el paso del tiempo marcado en su superficie, almacenaban el agua usada para sofocar los incendios que de vez en cuando asolaban alguna de las edificaciones de madera del recinto palaciego. Incluso durante los fríos inviernos, se mantenían fuegos encendidos bajo las tinajas para que el agua no se congelara y así disponer de agua en caso de incendio.
Terminando la visita
De una forma u otra, nuestros pasos nos llevarán hasta el Jardín Imperial, el último punto de nuestra visita. Después de varias horas recorriendo palacios y museos, se agradece terminar a la sombra de los árboles de este jardín decorado con intrincadas montañas de piedras y pagodas escondidas entre la vegetación.
Ya sólo nos queda atravesar la Puerta de la Destreza Divina, ubicada al norte. Aquí nos encontraremos con el gran foso en cuyas aguas se reflejan las murallas que protegen la Ciudad Prohibida. Tras cruzar el puente sobre el foso donde se abarrotan los turistas, el canal aporta una sensación de tranquilidad en el desorden general de los grupos de visitantes, el ruido del tráfico y el ir y venir de los autobuses turísticos.
Justo frente a la salida se encuentra el Parque Jingshan un pequeño parque con un mirador desde el que podrás disfrutar de una vista panorámica de la Ciudad Prohibida desde las alturas. Si todavía te queda tiempo, es la mejor forma de acabar una visita a la Ciudad Prohibida
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