La Ruta Jaeren o cómo recorrer una Noruega diferente.
La región de Stavanger es conocida por ser una de las puertas a la Noruega de los fiordos. De aquí salen los barcos que se adentran en el escénico Lysefjorden y las excursiones para subir al Preikestolen, el famoso «Púlpito», uno de los miradores más espectaculares del mundo.
Pero esta región atesora otras rutas menos conocidas aunque no por ello menos hermosas. Hoy me dirijo hacia el sur buscando los espacios costeros abiertos del mar del Norte para conocer una Noruega diferente.
Cielos inmensos que flotan sobre el mar del Norte, playas infinitas de arena dorada, viejos faros que cuentan historias de naufragios, antiguas granjas rodeadas de pastos de un verde casi brillante. Y soledad acompañada de un viento fresco cargado de yodo y salitre. Es primavera en el sur de Noruega y recorro la Ruta Jæren acompañado de una luz especial que agranda los espacios. Tan pronto hace sol como el cielo se cubre de nubes oscuras.
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Seguir esta ruta costera en mi viaje hacia el pueblo costero de Sogndalstrand es una de las mejores ideas que me dieron en la Oficina de Turismo de Stavanger. Son sólo 41 Km. de carretera considerada como una de las rutas turísticas nacionales del país. Kilómetros de una carretera sin apenas tráfico que bordea una costa abierta salpicada de playas, dunas, campos de rocas y pastos verdes donde pacen las vacas al borde del mar.
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En realidad la Ruta Jæren comienza en Bore al sur de Stavanger y termina en Ogne. Por el camino encontrarás ríos que desembocan en esta costa casi salvaje donde es posible pescar salmones. Y granjas donde todavía es posible sentir el latir de una Noruega todavía aferrada a la tierra. Compartirás la carretera con tractores, granjeros y ganado pastando en propiedades delimitadas con muretes de piedra. Un paisaje tranquilo dibujado por suaves colinas onduladas cubiertas de hierba donde la luz cambia de manera constante. Pero vamos por partes.
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1.- Dunas, viento y arena en Orrestranden
Orrestranden es un playón enorme, salvaje, rodeado de dunas donde puedes caminar descalzo durante kilómetros pisando una arena dorada y fina. Es la mayor playa de arena de Noruega ¡y qué playa! Aunque el tiempo es imprevisible tengo la suerte de disfrutar de un día soleado cuando aparco frente al Orre Friluftshuset. Esta construcción de madera es en realidad un centro de interpretación de la naturaleza del lugar además de centro cultural. Aquí encontrarás además una cafetería y servicios públicos.
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Pero lo mejor está muy cerca detrás del camino que se interna entre las dunas. Y ahí está: el mar del Norte, el cielo, la brisa marina y 5 Km. de playa reluciente bajo el sol donde casi no hay nadie. Supongo que en verano se llenará de gente, pero esta mañana la playa de Orrestranden es para mí y para un grupo de amigos que vienen a practicar kitesurf. Me pongo a caminar por la orilla y durante una hora me pierdo en mis pensamientos rodeado de luz y de mar. Por momentos me parece increíble que esté paseando por una playa así en Noruega y con este sol. Pero así es. De auténtico lujo.
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2.- El Obrestad fyr
A lo largo de esta costa trascurre una ruta marítima muy frecuentada y propensa a los naufragios por el mal tiempo. Por eso a mediados del XIX comenzaron a construirse faros para ayudar a los barcos en su navegación. El primer faro que encuentro es el Obrestad fyr ubicado muy cerca de Hå gamle prestegard. Este es un centro cultural que ha recuperado una serie de viejas edificaciones de madera donde artistas contemporáneos trabajan y exponen sus creaciones.
Pero antes de llegar al faro veo algunos de los bunkers de hormigón que los nazis dejaron repartidos por toda esta costa durante la II Guerra Mundial. Justo al lado me detengo en una playa de piedras cubiertas de algas. La marea está baja y me dedico a saltar entre las rocas vestidas de verde y los charcos de agua marina que forman pequeñas escenas fotográficas bajo mis pies. No hay nadie a la vista y disfruto como un niño.
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Camino hacia el faro de Obrestad entre grandes rocas y el mar. Una de ellas parece partida en dos por obra de un gigante. El tiempo se vuelve oscuro y en el mar del Norte se levanta un oleaje que bate con fuerza contra las rocas ennegrecidas de la costa. Indiferentes al cambio del tiempo unas vacas me miran con curiosidad mientras pastan una hierba verde, fresca, cargada de iodo y sal. Me imagino que la leche de estas vacas debe saber a mar.
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El Obrestad fyr fue construido en 1873 y estuvo habitado hasta 1991 cuando fue automatizado. Hoy alberga un pequeño museo sobre la historia del faro y la vida de los habitantes en las granjas cercanas. No es que sea gran cosa pero las vistas al mar y el paisaje circundante bien valen una parada.
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3.- Hacia el Kvassheim fyr
Unos kilómetros más al sur se encuentra la iglesia de Varhaug más conocida como Varhaug gamle kirkjegård. La pequeña iglesia de madera que se ve hoy día es de 1905 y ocupa el lugar de una vieja iglesia del S.XIII. Aquí los paisajes bucólico-campestres alcanzan su máxima expresión entre granjas de madera y vacas pastando felices entre las flores de primavera.
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Es también el paisaje que rodea el faro de Kvassheim construido en 1912 y que permaneció operativo hasta 1990. Hoy el faro está rehabilitado y es ideal para hacer una parada y visitar su pequeño museo que recuerda algunos rescates y naufragios acaecidos en esta costa como el del navío ruso «Ingermanland» en 1842.
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Tras tomar un café en el faro continúo hasta el sur y llego a otra de esas playas de arena protegidas por una barrera de dunas. Es la playa de Brusand. Aquí los alemanes dejaron de recuerdo de su paso durante la II Guerra Mundial una serie de bloques de hormigón anti desembarco llamados Hitlertennene, los «Dientes de Hitler». Estas defensas eran la prolongación del llamado «muro atlántico» que los alemanes levantaron desde la costa francesa hasta Noruega para evitar posibles desembarcos aliados. Si estáis por aquí en verano hay un estupendo camping junto al paseo que da a la playa. Aquí la ruta llega a su fin mientras la carretera se adentra entre las formaciones rocosas del Magma Geopark camino a Sogndalstrand. Han sido apenas 50 km. que han dado mucho de sí. Una ruta verdaderamente atractiva alejada del turismo masivo y muy fácil de realizar. Ideal para alejarse del mundo y descubrir una Noruega diferente, rural y marina que todavía sigue aferrada a su forma de vida tradicional.
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Información práctica:
- Te aconsejo alquilar un vehículo para hacer la Ruta Jaeren. Así tendrás la independencia de ir y parar donde te apetezca. Recuerda que un buen Seguro de Viajes te puede ahorrar preocupaciones y resolver muchos problemas. Así que ni lo dudes. Desde aquí te recomiendo MONDO, el seguro de viaje inteligente para viajeros inteligentes. Además contratando tu seguro desde esta página tienes un 5% de descuento.
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- Saliendo de Stavanger puedes empezar haciendo una parada en Sverd i fjell para continuar por la carretera de la costa que lleva al aeropuerto de Stavanger y seguir por la costa hasta enlazar con la ruta Jaeren cerca de Bore. En total unos 30 Km.
- A partir de aquí la ruta Jaeren trascurre por la carretera 44/507 y se prolonga 41 km. hasta Ogne. La aconsejo para los amantes del «slow travel» y de los paisajes sin límites.
- El tiempo en esta costa es casi impredecible aunque es más suave que en el resto de Noruega. Eso sí, tan pronto luce el sol como se cubre de nubes y llueve. Ve preparado con ropa adecuada.
- Al terminar la ruta Jaeren no lo dudes y tras pasar Egersund continúa por la Nordsjøruta que discurre entre el Magma Geopark y los pequeños fiordos costeros cercanos a Hauge i Dalane. Los paisajes son de una belleza agreste y primigenia.
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