Long Beach: una ciudad dentro de otra.
Así es Long Beach: una ciudad dentro de otra ciudad. Un lugar con un ritmo y cadencia de vida más relajada que la ajetreada L.A. Esto se aprecia en sus anchas calles, en la velocidad a la que circulan los tranvías, o en cómo camina la gente por la zona del puerto y el muelle.
Esta es una zona plagada de tiendas y restaurantes donde podrás sentarte en una terraza para tomar una cerveza, comer una buena hamburguesa o unos tacos y burritos frente al mar. Una primera recomendación: vete a última hora de la tarde para disfrutar de los atardeceres que muchas veces aquí resultan inolvidables.
Justo enfrente, en el puerto de Long Beach, está anclado el Queen Mary. Botado en la década de los 30 fue uno de los más famosos trasatlánticos de la Cunard que cubrieron la ruta entre Gran Bretaña y los Estados Unidos hasta mediados de los años 60. Reconvertido en hotel y museo, podrás visitar gran parte de este barco en el que podrás imaginar cómo era viajar en la época dorada de los viajes trasatlánticos por mar. No te pierdas la decoración art decó de sus salones y bares, ni darte una vuelta por la gigantesca sala de máquinas.
Anclado a su lado se encuentra un submarino soviético de la Clase Scorpion. Hasta hace muy poco se podía visitar el interior de este submarino que se vendió a un comprador privado norteamericano tras la Caída del Muro. Pero su estado de conservación obligó a cancelar todas las visitas y a día de hoy necesita de una millonaria inversión para su renovación. En todo caso, aquí te dejo unas imágenes para que puedas ver su interior. No todos los días se entra en un submarino soviético ¿verdad?
Long Beach tiene su propio aeropuerto de vuelos nacionales, mucho más cómodo que el de Los Ángeles y muy recomendable si vuelas por ejemplo a Las Vegas. Long Beach alberga así mismo el mayor acuario de la ciudad, el Acuario del Pacífico. Además de todas las especies que puedes ver dentro el Acuario organiza excursiones para el avistamiento de ballenas desde el mes de noviembre. Sí, porque aunque mucha gente no lo sepa, las ballenas pasan frente a Los Ángeles durante su migración por la costa del Pacífico hacia la Baja California. Reconocerás el Acuario por su forma cilíndrica, por su enorme tamaño y sobre todo por las ballenas pintadas a lo largo de su fachada. Es una faceta más de la relación entre Long Beach y el mar, ya que además alberga el mayor puerto industrial de Los Ángeles.
- Recuerda que la forma más cómoda y rápida de visitar Los Ángeles y conocer sus alrededores es en coche.
- Viajar a los USA sin seguro de viajes es una locura que te puede arruinar debido a los prohibitivos costes de la sanidad privada. Así que no te olvides contratar tu seguro de viajes aquí mismo. Tendrás un 5% de descuento y te ahorrarás muchas preocupaciones.
Long Beach es de esos lugares que levantan pasiones y provocan rechazo a partes iguales. Aunque la enorme playa de Long Beach no es de mis favoritas, puedes alquilar una bici y recorrerla pedaleando hasta llegar a los canales de la pintoresca Naples. Una zona residencial conformada por islas y casas de ensueño al borde de los canales con barcos de paseo anclados en sus muelles. Vivir aquí en Naples debe suponer hacer realidad el prototipo del sueño californiano.
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Visitando el USS Iowa en el puerto de Los Ángeles
Conjuntamente los puertos de Long Beach y Los Ángeles forman el área portuaria más importante de los USA en la costa Oeste. Eso se ve en el tamaño de sus instalaciones, en sus muelles repletos de contenedores y sus enormes grúas. Pero estas zonas portuarias no son el lugar muy buscado por los turistas. Sin embargo hay lugares que merecen una visita. Además del Queen Mary anclado en Long Beach también es posible visitar uno de los mayores navíos de guerra de la II G.M. Por eso os recomiendo acercaros hasta el puerto (250 South Harbor Blvd.,San Pedro) para visitar el USS Iowa, uno de los mayores acorazados jamás construidos y que hoy es un barco-museo.
Este gigantesco acorazado de 270 m. de eslora fue botado en 1942 y fue el único de su clase en operar en el Atlántico y en el Pacífico durante la II Guerra Mundial. Participó luego en las guerras de Corea y Vietnam hasta que fue retirado del servicio en 1990 para pasar a la flota de reserva y luego ser reconvertido en museo flotante. Visitar este acorazado es recorrer una parte de la historia naval de los USA, y de los acontecimientos bélicos de la segunda mitad del Siglo XX. Perderse por su laberíntico interior y caminar bajo sus gigantescos cañones de 406 mm. resulta toda una experiencia. De acuerdo, no es comparable a los portaaviones USS Intrepid anclado en Nueva York o al USS Midway anclado en San Diego, pero es una de las visitas más curiosas que puedas hacer en L.A.
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El Getty Center: también hay museos en Los Ángeles
Pero aparte de barcos la oferta museística de Los Ángeles es más variada. Si estás pensando en visitar algún museo de arte en Los Ángeles el Gettty Center, ubicado en lo alto del barrio de Brentwood, ha de ser tu elección. Y las razones son varias. Para empezar es gratuito. Sólo has de pagar los 10 dólares que cuesta dejar el coche en el estacionamiento. Desde la Arrival Square un tranvía te llevará hasta lo alto de la colina donde están ubicados los diferentes edificios diseñados por el arquitecto Richard Meier. Esta es otra razón para visitarlo: la arquitectura del complejo que alberga numerosas salas de exhibiciones.
Por supuesto la riqueza de la colección de arte adquirida desde la década de 1930 por el multimillonario Jean Paul Getty es motivo más que suficiente para dedicarle unas cuantas horas. Aquí encontrarás joyas del arte como Los Lirios de Van Gogh o el Cristo Crucificado de El Greco, además de obras de Miguel Ángel, Bernini, Rembrandt, Tiziano, Goya, Manet, Cezanne, Turner… y así hasta completar una vastísima colección de arte europeo que abarca desde el Renacimiento italiano hasta el Impresionismo del S.XX.
El Centro Getty está dividido en cuatro pabellones nombrados según su orientación geográfica separados por diferentes pasarelas, paseos arbolados y jardines a varios niveles. Y esta es otra de las razones para la visita: su colección botánica con más de 500 especies de plantas entre las que hay que destacar su jardín de cactus, además de las plantas y árboles que decoran estanques y fuentes. Y por último, las vistas sobre el centro de Los Ángeles y el Pacífico que en un día despejado son de las que no se olvidan. ¿Te parecen razones suficientes?
He visitado Los Ángeles en numerosas ocasiones y confieso que sigo sintiéndome perdido. La he recorrido en coche y en trasporte público (sí, existe el trasporte público). He pedaleado, caminado, me he bañado y recorrido en patinete sus playas. He buscado en sus barrios ese algo que de verdad me hiciera caer rendido a sus encantos. En sus restaurantes he probado comida norteamericana, etíope, mexicana, francesa, italiana, japonesa, ucraniana…y otra vez mexicana que aquí sin duda es la mejor. La he caminado con el espíritu de un enamorado del buen cine y con las ganas de quien llega por primera vez a un lugar desconocido…Pero sigue sin encadilarme, sin apasionarme. Quizás mis expectativas sean demasiado elevadas. Quizás las imágenes de Hollywood me hicieron esperar mucho más de lo que he encontrado.
Tendré que seguir buscando esa magia que ha traído hasta aquí a millones de personas, a la tierra de los sueños, a Dreamland.
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