Ollantaytambo, la parada obligada hacia Machu Picchu.
Ollantaytambo es, para mi gusto, una de las poblaciones más interesantes del Valle Sagrado. Este pueblo tiene un encanto especial y es de los pocos que ha sabido conservar su esencia de antaño. La verdad es que su nombre, al igual que el del río Urubamba que lo rodea, resuena con un eco y una sonoridad especial.
Ollantaytambo también es conocida para los turistas por ser la parada obligada para tomar el tren que va a Aguas Calientes, la última parada para llegar al destino más deseado del Perú: las ruinas de Machu Picchu. Los trenes provenientes de la ciudad de Cuzco también se detienen aquí. Así que su estación es un batiburrillo de viajeros, guías, mochileros y turistas despistados que vienen y van entre puestos de recuerdos, comidas y bebidas. Afortunadamente está un tanto alejada del centro histórico y de sus calles empedradas donde se conserva el trazado incaico original.
Esto ha permitido que Ollantaytambo mantenga su aire de pueblo tradicional. Las estrechas calles y muchas de sus casas se conservan todavía como hace siglos, con sus basamentos incas y su estructura original. Aquí los vecinos hacen su vida mientras los visitantes se dedican a pasear por sus calles, a degustar la comida local o a tomarse la vida con calma disfrutando del inigualable paisaje de los alrededores.
Porque Ollantaytambo está enclavado en un valle rodeado de montañas cuyas laderas fueron excavadas para crear unas empinadas terrazas de cultivo. Los incas, con su dirigente Pachacútec al frente, conquistaron y destruyeron Ollantaytambo para reconstruirla después con nuevas edificaciones de carácter religioso y defensivo. Porque tras conquistar militarmente a los pueblos de la zona, a los incas no les quedaron muchos amigos entre las poblaciones locales. Además Ollantaytambo, junto con Pisac, era uno de los puntos estratégicos de entrada al valle del Urubamba. Y por tanto una de las vías de acceso a Cuzco, la capital y epicentro del imperio inca. El corazón y el alma del Tahuantinsuyu.
Tal fue su importancia que, tras la entrada de los españoles a Cuzco en 1533, fue el lugar elegido por Manco Inca Yupanqui para establecer temporalmente su residencia. Y desde aquí dirigir los ataques incas contra las tropas españolas y sus pueblos aliados. Finalmente Manco Inca acabó retirándose a Vilcabamba y en 1540 Ollantaytambo pasó a ser gobernada por los españoles.
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El yacimiento arqueológico de Ollantaytambo
Pero si los visitantes llegan hasta Ollantaytambo (además de por su estación de ferrocarril) es para visitar sus yacimientos arqueológicos. Sus ruinas incas se encuentran entre las mejor conservadas de Perú y su aspecto resulta impresionante. Desde la misma plaza donde se encuentra el mercadillo de artesanías, las ruinas de Ollantaytambo muestran su carácter monumental. El yacimiento está rodeado por un muro de piedras incas perfectamente trabajadas rematado con muretes de adobe y tejadillos a dos aguas.
Para acceder a las ruinas basta con enseñar tu Boleto Turístico, cruzar la entrada y adentrarte en la que fue una de las más importantes ciudades incas. El yacimiento arqueológico abre de 7:00 a 17:30 y te aconsejo hacer la visita a primera hora. Antes de que lleguen los autobuses y colectivos turísticos con las excursiones organizadas. Otro momento perfecto es antes del cierre, cuando las excursiones ya se han ido y la luz del sol es más suave. Y si hace un buen día podrá disfrutar de los juegos de luces y tonalidades anaranjadas del atardecer.
En realidad toda la zona arqueológica se levanta sobre las laderas de dos montañas que dominan todo el valle y el pueblo de Ollantaytambo. Sin duda lo más llamativo son esas terrazas a las que se sube por unas escalinatas casi verticales. Pero lo mejor se encuentra en la parte más alta. Aquí se levantaron complejos militares y santuarios religiosos en enormes bloques de pura piedra. En piedras de enorme tamaño, trabajadas a mano y sin herramientas de metal.
Se cree que los incas utilizaron a miles de prisioneros para levantar los santuarios y estructuras defensivas. Hay que recordar que los incas no utilizaban la rueda. Por lo que para traer los enormes bloques de granito había que arrastrarlos desde las canteras situadas a varios kilómetros. Todavía se pueden ver las rampas por las que subieron estas grandes piedras de muchas toneladas hasta la cima para ubicarlas en su posición. El conjunto más impresionante es el formado por 6 grandes bloques perfectamente encajados que se encuentran en el llamado Templo del Sol.
Todavía hoy se desconoce cómo se cortaban y pulían estos enormes bloques. Ni cómo conseguían ese encaje perfecto entre las piedras. Esta es una de las razones que hace que lugares como este mantengan un aura de misterio.
Desde lo más alto se tienen unas vistas privilegiadas de todo el complejo, de las terrazas, de las montañas circundantes y del pueblo de Ollantaytambo extendiéndose por el valle. Es desde aquí desde donde se aprecia el trazado urbanístico de los incas. Una estructura que los españoles respetaron adaptándolas a sus usos y costumbres.
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Cómo llegar a Ollantaytambo
Llegar a Ollantaytambo desde Cuzco es muy fácil. Apenas 70 km. las separan y puedes venir en alguno de los muchos colectivos (pequeñas furgonetas) que las unen en apenas 2 horas. Las salidas desde Cuzco se hacen en la Calle Pavitos o desde la Avda. Grau, a un cuarto de hora a pie del Centro. La llegada a Ollantaytambo y el regreso a Cuzco se hace desde la Plaza Principal.
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- Una de las formas más habituales de visitar Ollantaytambo es en una de las excursiones organizadas que recorren el Valle Sagrado. Estas excursiones permiten conocer en un día los principales puntos de interés de este valle. Y todas incluyen una visita a Ollantaytambo y sus ruinas arqueológicas.
Evidentemente también puedes llegar en tren. Mucha gente que va o viene de Cuzco o Machu Picchu (estación de Aguas Calientes) aprovecha para hacer una parada aquí, visitar las ruinas de Ollantaytambo y pasar noche en el pueblo. Los trenes de Inca Rail y Perú Rail permiten comprar los billetes de forma que puedas tener una parada aquí.
Otra opción es venir en colectivo desde Cuzco y tomar aquí el tren directamente para Aguas Calientes. Y de igual forma para el regreso a Cuzco. Es la forma de ahorrarse algo de dinero en los caros billetes de tren que hacen el servicio entre Cuzco y Aguas Calientes.
Ollantaytambo te sorprenderá a pesar de su pequeño tamaño. Al fin y al cabo es una de las vías de acceso al Valle Sagrado. Por eso aquí podrás conocer un lugar único por su importancia histórica y cultural. Un pueblo que mantiene vivas las huellas de un pasado que a veces parece hacerse presente en cualquiera de sus calles y rincones.
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