Papúa Nueva Guinea: superando todo lo imaginado.

Papúa Nueva Guinea es un lugar todavía envuelto en un halo de misterio y desinformación. Y en pleno S.XXI, sigue siendo uno de los países más desconocidos y menos visitados del mundo. Teniendo en cuenta el mundo globalizado en el que vivimos, el hecho de que este país todavía mantenga rincones inexplorados lo convierte en una excepción, en un “rara avis”. Y al mismo tiempo, en un lugar fascinante.

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Por varias razones Papúa Nueva Guinea siempre ha ocupado un lugar preferente en la lista de mis sueños viajeros. Cuando esto pasa te creas expectativas y temes que, al final, puedas llevarte una desilusión. Pero en este caso la realidad terminó superando todo lo esperado. Sobre todo por la gente.

Por sus sonrisas auténticas pintadas del color rojo brillante de las nueces de betel; por los saludos entusiastas de la gente que te da la bienvenida allá donde vayas; por los colores vivos y brillantes de las espectaculares decoraciones corporales de las tribus; por el omnipresente ritmo del pequeño tambor kudu y por esas percusiones conseguidas aporreando con las suelas de goma de zapatillas troncos vaciados de bambú.

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Todo esto, y más, te hace olvidar las dificultades de viajar por PNG, y acaban convirtiendo la experiencia de estar aquí en algo inolvidable. Sí, hay momentos en los que es inevitable sonreír como un niño y sentir que estar en un lugar único y muy especial. Un lugar como no hay otro en el mundo.

En un mundo que cada día es más uniforme, aséptico e impersonal (sobre todo si hacer una escala previa de varios días en Singapur) PNG regala una variedad étnica de culturas que te descoloca totalmente. Desde los tocados iridiscentes y relucientes de los Kalam, compuestos por las minúsculas cabezas de miles de escarabajos verdes, hasta los rostros amarillos brillantes de los hombres Huli, cuyas espaldas están adornadas con el gran pico de un cálao. El orgullo que cada uno tiene por su cultura y su lugar de origen es evidente. Y todos estarán encantados de compartirlo,  y de explicar su historia y costumbres a aquellos viajeros lo suficientemente intrépidos como para viajar hasta PNG.

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Un viaje que todavía tiene ese componente de descubrimiento y aventura cada vez más difícil de encontrar. Son esos momentos de encuentros inesperados los que te desarman por completo. El compartir caminatas por la selva acompañados de por los Huli Wingmen. O el de estar rodeados de los niños riendo y saltando a tu lado por el simple hecho de acompañarte. La bienvenida de la gente al llegar a su aldea recibiéndote con una sempiterna sonrisa, carreras, aplausos, música y cantos; o de los bailes, la música, el colorido de las celebraciones Sing Sing de Goroka, y las del Día de la Independencia en Kerawagi.

 

Papúa Nueva Guinea, un país único y fascinante

Papúa Nueva Guinea está situado al norte de Australia, en la isla de Nueva Guinea que está dividida en dos. Su mitad occidental pertenece a Indonesia (ya que fue colonia holandesa), y la mitad oriental, la que forma parte de PNG, fue colonia australiana. Papúa Nueva Guinea conserva el 7% de biodiversidad del mundo. Esto lo convierte en un destino muy atractivo para aquellos que quieran estar rodeados de una naturaleza salvaje. Además del atractivo de contar con algunas de las últimas tribus contactadas por los occidentales.

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Porque aquí hay registradas unas 800 tribus, con sus peculiaridades culturales e idiomáticas. Por eso la riqueza etnográfica de ese país es insuperable. En pocos lugares del mundo, por no decir ninguno, podrás encontrar tal variedad y diversidad cultural en un espacio tan reducido.

A Papúa Nueva Guinea, popularmente denominada PNG, se le conoce como el “país menos civilizado del mundo”. Algunas de sus tribus todavía viven en lugares tan remotos que apenas han sido contactadas. Además, con alrededor de 800 lenguas habladas, es el país con mayor diversidad lingüística del mundo. De hecho, conocer la riqueza cultural y etnográfica de las tribus de PNG fue lo que me motivó, como a muchas otras personas (sobre todo fotógrafos), a hacer este viaje hasta la otra punta del mundo.

Y, en mi caso, para conocer y fotografiar a algunas de las tribus que la habitan con ocasión del Festival Sing Sing de Goroka. Un festival tribal multitudinario que se celebra cada año en la pequeña localidad de Goroka con ocasión de la Celebración del Día de la Independencia de PNG. Un auténtico paraíso para los que amamos la fotografía de personas, la etnografía, el color y la música.

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Cosas a tener en cuenta antes de viajar

Papúa Nueva Guinea tiene la reputación de no ser un país muy seguro. Y, además, su capital, Port Moresby, está considerada una de las ciudades más peligrosas del mundo. Pero tengo la certeza de que si vienes a PNG no será para pasear por su capital. Tengo que decir que durante las dos semanas de viaje no me sentí en peligro en ningún momento, quitando un tumulto que se formó en el Goroka Festival por la masiva presencia de gente. Y repito, allá donde fueras la acogida de la gente fue magnífica.

Aparte del Visado y del Pasaporte, es conveniente que tengas tu cartilla de vacunas internacional al día. Es cierto que al llegar al aterrizar en Port Moresby no te la van a pedir, pero viajas a un país donde hay enfermedades tropicales. Y la más presente es la malaria. Como ya sabes todavía no existe una vacuna efectiva contra la malaria, así que si prefieres tomar precauciones, vas a tener que tomar el famoso Malarone. 

Por todo esto es evidente que no puedes viajar a Papúa Nueva Guinea sin el respaldo del mejor seguro de viajes. Con el seguro de HEYMONDO tendrás las más amplias coberturas y la más completa asistencia para todo tipo de viajes, aventuras y contingencias viajeras. Además, contratando tu seguro desde aquí, obtendrás un 5% de descuento.

 

En realidad la única amenaza que sentí, y sufrí, fue la del desastroso funcionamiento de sus compañías aéreas con retrasos y cancelaciones de vuelos un día sí, y otro también.

Así que empecemos por aquí:

  • En Papúa Nueva Guinea los aviones suelen llegar tarde, o no llegar

O al menos así pasó con 2 de los 4 vuelos que tomé de Air Niugini. Llegaron tarde o se cancelaron, y el personal del aeropuerto nunca ofreció una información real. Las causas pueden ser climáticas,  causas técnicas o razones desconocidas. Cuando esto pasa sólo queda tener paciencia, relajarse y esperar a que aparezca el avión. Si no es así, te tocará ir a reclamar a la compañía para que te reserve un hotel y vales para comida y cena. Además de recolocarte en el siguiente vuelo que salga hacia tu destino. Es lo que hace la gente aquí, acostumbrada a quedarse tirados en los aeropuertos: paciencia y resignación.

Y otro vuelo cancelado de la compañía Air Niugini

Hay 2 compañías que operan en Papúa Nueva Guinea: Air Niugini, conocida como «Air Angish» (Air Angustias) y PNG. Y ninguna funciona bien. Así que deja algunos días de margen para estos imprevistos al llegar. Y, sobre todo, cuando planifiques la ruta los días previos a dejar el país para evitar perder tus vuelos de conexión internacionales. Algo que no te hará ninguna gracia porque te obligará a comprar nuevos billetes de avión de última para volver a casa. 

Van a cancelar tu vuelo…y lo sabes

Papúa Nueva Guinea es de esos países donde hacer planes de viaje es toda una aventura. Por cierto, haz la facturación cuanto antes para asegurar tu plaza ya que el overbooking está a la orden del día. Y llega cuanto antes al aeropuerto de turno para facturar tu equipaje y pasar los controles de seguridad. En Port Moresby acceder a primeras horas de la mañana a la Terminal Nacional puede convertirse en una pesadilla. Puedes encontrarte con cientos de personas intentando entrar por una puerta para superar el único control de seguridad habilitado.  

Debido a esta problemática, para gestionar imprevistos, contactar con casa, etc., te aconsejo viajar a Papúa Nueva Guinea con una e-Sim de HolaFly para activarla en tu smartphone una vez que aterrices en Port Moresby. Con la conexión a la red 3G y 4G de la e-Sim tuve conexión a Internet durante casi todo mi viaje. Y adquiriéndola desde aquí tendrás un 5% descuento usando el código «VIAJESYFOTOGRAFIA«.

  • PNG es un destino caro, muy caro

Papúa Nueva Guinea no es un destino barato. Este ha sido, con diferencia, el viaje más caro que he hecho. Los vuelos para llegar hasta aquí son caros, los hoteles son caros, la comida y la bebida son caros, y las excursiones también. Además, la calidad recibida no se corresponde en absoluto con lo que estás pagando. Sobre todo cuando sabes que la habitación del hotel donde duermes esa noche cuesta unos 150 euros, y no tienes ni una silla, la cama es apenas un colchón cubierto con una manta usada y no cuentas con agua caliente, o ni siquiera agua. Eso sí, la compañía de cucarachas y otros insectos amenizará tu estancia. No es así en todos los lugares, por supuesto, pero si quieres algo mejor vas a tener que pagar bastante más.

Eco-Lodge cerca de Mount Hagen, en el centro de las Highlands 

Está claro que un viaje a PNG por libre es complicado, y muy caro. He conocido personas que viajaban por libre y a las que el viaje les ha salido por algunos miles de euros más de lo previsto debido a las continuas cancelaciones, cambios de hoteles, retrasos en los trasportes, ausencia de información turística, etc. En PNG sin guías y conductores locales estás perdido. Y todo esto hay que pagarlo.  

Sí, viajar por libre aquí se puede convertir en una pesadilla ya que apenas hay agencias de turismo, ni trasporte público, ni carreteras en gran parte del país. Es la razón por la que casi todo el que viene aquí lo hace en un viaje organizado. Debido precisamente a la escasa o inexistente infraestructura turística y sus altos precios, las agencias de viajes internacionales no incluyen a PNG entre sus propuestas viajeras. Sólo agencias muy especializadas en viajes de aventura, naturaleza o fotografía ofrecen viajes a PNG. Y estos viajes organizados se pagan a precio de oro, es decir, a partir de varios miles de euros. 

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  • Nunca me sentí en peligro en PNG

A pesar de las amenazantes advertencias de muchas embajadas acerca de la peligrosidad de este país, nunca me sentí en peligro en PNG. Lo más peligroso es que te de un ataque cardiaco esperando esos vuelos que nunca llegan, que se cancelan, y que te deja tirado durante días en algún pequeño aeropuerto de alguna ciudad de la que no hay forma de salir.

Es cierto que a veces surgen conflictos tribales enquistados, pero siendo extranjero, no te van a afectar. La verdad, decir que Papúa Nueva Guinea es peligrosa es una generalización enorme y ofensiva. Sobre todo, para esa gran parte de la población que es sumamente amable con los extranjeros. Gente que no duda en darte las gracias por visitarles y facilitar tu estancia en todo lo posible dentro de sus escasas posibilidades. Y os digo y repito sin ningún género de duda: lo mejor de este país es su gente.  

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  • La comunicación en Papúa Nueva Guinea

Si escuchas atentamente llegarás a entender gran parte del inglés “pidgin” en el que se comunicará la mayoría de la gente contigo. Es la lengua franca usada por casi todos los habitantes de Papúa Nueva Guinea. Aparte, cada zona tribal utiliza su propia lengua en el ámbito local y familiar. Y te recuerdo que hay unas 800.

Pero en general, si hablas inglés, la comunicación se hace bastante fluida y puedes mantener conversaciones básicas. Además, lo normal en un viaje organizado es que vayas acompañado por guías locales, conductor, etc. que te echarán una mano si necesitas ayuda.  

  • El dinero, las propinas y el regateo

Cuando llegues a la Terminal Internacional de Port Moresby, te aconsejo cambiar dinero y hacerte con una buena cantidad de efectivo en Kinas. Aparte de en las ciudades más importantes, no vas a poder pagar con tarjeta de crédito, cambiar dinero, o encontrar cajeros automáticos. en casi ningún lado

Las propinas a conductores y guías siempre son bienvenidas. Y más cuando estas son las personas que te guiarán por el país, te permitirán conocer lugares y tribus que sólo ellos conocen, y te servirán de nexo de comunicación con mucha gente que apenas habla inglés. Si visitas aldeas tribales, y quieres fotografiar a la gente con sus vestimentas tradicionales y decoraciones corporales, no está de más darles algo de dinero por ello.

Esta gente es sumamente pobre y el esfuerzo de preparar sus complejos tocados de plumas y de pintar sus cuerpos puede llevar horas. Ellos harán todo lo posible por satisfacer tus necesidades (fotográficas en nuestro caso), así que considero más que correcto hacer una donación por el esfuerzo que están realizando. Y de paso, puedes comprar algo de su artesanía para fomentar la economía local y que mantengan sus tradiciones.

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Hetaja, de los Huli Wingmen, preparando con sumo cuidado su decoración corporal

La tribu de los Skeleton Men te harán una performance muy completa de sus leyendas tradicionales

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Los «Mud Men» de la tribu Asaro han convertido su forma tradicional de enfrentarse a los enemigos en un espectáculo para turistas

Sobre el tema del regateo, para mí no hay discusión. Piensa que elaborar a mano uno de esos coloridos bolsos que encontrarás por todas partes, puede llevar más de una semana. Y te van a pedir apenas 15 o 20 euros a cambio, que es lo que te cuestan unas cervezas. Regatearles uno o dos euros no te va a hacer millonario, y a estas personas les puede suponer la comida del día para sus hijos. No seas MISERABLE.  

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Las mujeres pueden tardar más de una semana en tejer a mano uno de sus típicos bolsos ¿le vas a regatear el precio?

  • Si quieres hacer dieta, este es tu lugar

La gastronomía en PNG es pésima o inexistente. No hay restaurantes, cafeterías, bares a no ser en las grandes ciudades como Port Moresby, Mont Hagen o Goroka donde puedes refugiarte en el restaurante de algún hotel. Y aún así, la oferta es escasa y cara. Por eso comí mucho arroz blanco y fruta durante mis dos semanas en Papúa Nueva Guinea.

En ocasiones, en alguno de los hoteles o eco-lodges donde te alojas, la comida puede resultar incomestible. Patatas, batatas, algo de zanahoria, tomate y calabaza, todo apenas cocinado… además de algún hueso de pollo para dar sabor al insulso arroz blanco. Aquí predomina la agricultura de subsistencia y la carne de pollo es solo para contadas ocasiones. Como la del cerdo, todavía más especial como peticiones de mano de novia, matrimonios y festivales. Pedir bocadillos para llevar no es la solución. Te darán bocadillos de huevo, o unos pasteles de carne de pollo o ternera que son espantosos.

Por la carretera verás numerosas «Beer Store» que, como su nombre indica, venden cerveza. Y bastante buena por cierto. Además podrás comprar agua y otras bebidas. Pero de comer, aparte de galletas de sabores, nada de nada.

Si pides un plato típico, te prepararán una mezcla de verduras y algo de carne (huesos más bien) dentro de una caña de bambú. La caña rellena se sella y se cocina en las brasas de un fuego de leña. El resultado es una masa verdosa de aspecto baboso que hace que todo el apetito que puedas tener desaparezca al instante.

El problema es que no hay donde comprar comida, a no ser que encuentres un supermercado (regentados por chinos) en alguna de las ciudades por las que pases. Si no, tendrás que alimentarte a base de galletas secas con sabor a pollo, a ternera, o sabor a nada. En pocos lugares he pasado tanta hambre, hasta que recurrí a la mejor opción: la de la “Triple P”. Es decir, plátanos, piña y papaya compradas en los mercadillos (benditos mercadillos).

Además de convertirte en un amante de la dieta frugívora, perderás algunos de esos kilos que te sobran mientras depuras tu cuerpo de toxinas. Puedes complementar la dieta con racimos de maracuyá (fruta de la pasión) que aquí está buenísima. Y de mangos en la época en la que están maduros. 

Por lo tanto, si no quieres sufrir, vente cargado de provisiones desde tu país. Me agradecerás este consejo. 

  • Paseando por el campo y la lección de los niños

Probablemente te alojes en hoteles rurales o lodges ubicados en lugares remotos o en pleno campo. Has de saber que la tierra, los caminos y la selva por donde querrás ir a caminar o darte una vuelta, siempre tienen dueño. En Papúa Nueva Guinea la tierra es el valor más preciado y se ha repartido secularmente entre las distintas tribus nativas. Muchas veces a base de guerrear y muchas muertes.

Por eso has de saber que, si quieres hacer senderismo, lo harás siempre en tierras que son de alguien. Consulta con el personal de tu hotel antes de salir a dar una vuelta. Lo más seguro es que siempre te acompañe alguien de la zona para indicarte por dónde ir. Verás que durante tus paseos todo el mundo te va a saludar y que los niños de las aldeas cercanas se unirán a tu paseo corriendo, riendo y saltando a tu lado.

Ver a estos niños y niñas que viven en unas duras condiciones de pobreza jugar entre ellos, correr libres por el campo y solventar sus conflictos de forma sencilla, me ha hecho reflexionar sobre la sociedad occidental en la que vivimos. Una sociedad donde los niños están  sobre-protegidos, crecen entre miedos y temores, están traumatizados por nimiedades y son  incapaces de resolver los problemas a los que se enfrentan.

En PNG he visto entre estos niños y niñas más libertad, madurez, alegría, inocencia, risas y educación que en los niños de la mayoría de países occidentales. Su respeto hacia los mayores y hacia los extranjeros es exquisito. Y su alegría y vitalidad totalmente contagiosa a pesar de no tener casi nada.

  • Cuándo viajar a Papúa Nueva Guinea

Casi todos los visitantes que recibe PNG llegan durante la temporada seca, de abril-mayo a octubre. Las lluvias dan un respiro al país y los caminos empiezan a ser transitables sin mayores problemas. Estoy acostumbrado a viajar por caminos casi intransitables de África, América y Asia. Así que las carreteras de Papúa Nueva Guinea no me parecieron tan malas. En general son caminos de tierra, con baches, ríos que los cruzan y si llueve, barrizales. Pero en general, son más que aceptables. El resto del año se vuelven casi intransitables.

Eso sí, hay que cargarse de paciencia porque para hacer unos pocos kilómetros puedes pasar muchas horas dando botes dentro del 4×4. La carretera que recorre las Highlands en el centro del país desde Tari hasta Lae y Madang al norte, está en plena construcción financiada con capital chino. Y si los chinos la pagan, es porque han conseguido concesiones del gobierno para la explotación de minas, bosques o petróleo. La otra carretera del país, porque hay sólo dos, recorre parte de la costa desde Port Moresby.

Y para que lo tengas en cuenta, ambas carreteras no se comunican. Por eso aquí son tan importantes las conexiones aéreas que si son malas en temporada seca, no quiero ni imaginar en época de lluvias.

  • Port Moresby, la ciudad en la que no vas a querer quedarte

Port Moresby es una ciudad desangelada, con una estructura urbana desangelada salpicada de nuevos edificios entre descampados abandonados. Si quieres darte una vuelta por Port Moresby, te aconsejo negociar un precio con un taxista local para que te acompañe durante tu visita. Algo que no resulta fácil porque todos te pedirán un precio desorbitado (80 euros por hora).

El problema de PNG es que al gobierno de turno sólo parecen importarle Port Moresby y la zona central de las Highlands. El resto de las regiones permanecen casi abandonadas a su suerte. Esta es una de las razones de la migración masiva de gente del campo a la capital y otras ciudades, donde no hay trabajo, ocasionando problemas de violencia e inseguridad.  

En Port Moresby puedes darte una vuelta por el mercado de pescado y visitar el Museo Nacional de Papúa Nueva Guinea con su colección de máscaras, esculturas y demás artes decorativas de diferentes etnias del país. No te voy a recomendar el Parque Natural de Port Moresby porque es una especie de zoológico, y nunca aconsejo visitar este tipo de lugares donde tienen encerrados a los animales.

Aparte de esto, poco más hay que ver en Port Moresby. Mi recomendación es evitarla en lo posible o no pasar allí más de un día.  

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  • Si quieres ver tribus, vete a las Highlands

Las Highlands centrales de PNG y sus tribus ocuparon la mayor parte del tiempo que pasé viajando por el país. Desde Port Moresby volé a la pequeña población de Tari, la capital del distrito de Tari-Pori en la provincia de Hela. Una región habitada por una de las tribus más conocidas e importantes de PNG: los Huli Wingmen.

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A pesar de lo que puedas ver en la mayoría de reportajes de viajes y otras publicaciones, las poblaciones de las zonas tribales más conocidas de PNG están ya influenciadas por las formas de vida occidentales. Y esto la diferencia de otras zonas ricas en etnias, como las del valle del Omo en Etiopía. Por lo tanto, que quede claro que en PNG la gran mayoría de las tribus sólo se visten de forma tradicional para ocasiones especiales, matrimonios, festivales Sing Sing, y ceremoniales concretos.

Además, la abrumadora presencia de iglesias protestantes, luteranas, adventistas, cristianas y de todo tipo están provocando un proceso de aculturación forzado a través de la religión. Si te proponen ir a su escuela (quizás la única que haya porque el estado no llega a muchos lugares), te dirán que tienes que cambiar tu forma de vestir, dejar tus “creencias paganas”, y abandonar tu lengua porque la educación se da en inglés.

Poco a poco los jóvenes van perdiendo sus lazos culturales tradicionales que se acaban convirtiendo en meras referencias folklóricas más propias de sus abuelos. Es este un proceso que se está produciendo en todas las áreas tribales del mundo, como ya pude ver en los valles perdidos del norte de Pakistán con los Kalash o con los Embera de Panamá entre otros.

A pesar de todo, la gente sigue luchando por mantener sus tradiciones. Recorrer las zonas tribales de las Highlands y asistir a los festivales Sing Sing es la mejor forma de conocer, aunque sea superficialmente, algo de la idiosincrasia de estas gentes. Pueblos que han sobrevivido milagrosamente al implacable avance de la modernidad globalizadora. Aunque no debe sorprendernos encontrarnos con tribus que han convertido sus bailes, historia y leyendas es un espectáculo para turistas. 

Pero de los festivales Sing Sing, y de las curiosas costumbres de los Huli Wingmen, los Kuman, los Komblo, los Kalam, los Foi, los Asaro, los Skeleton, los Melpa, etc., os hablaré en otro artículo. Que hay mucho que contar.

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