Las playas urbanas de Río de Janeiro.
Para la mayoría de sus visitantes Río de Janeiro es simplemente playas y Carnaval. Esta oferta combinada de belleza natural y sensualidad carioca ha sido el reclamo universal de la ciudad que ha atraído durante décadas a millones de visitantes de todo el Mundo.
De paso ha llenado de dinero los bolsillos de todo aquel que ha sabido hacer negocio con el turismo. Es cierto que Río es mucho más, pero ¿por qué no empezar nuestra visita por aquí? Al fin y al cabo las playas de Río son todo un espectáculo. Por eso os aconsejo desde ya buscar hospedaje en alguna de las playas del sur de la ciudad donde se concentra la mayor oferta hotelera. Estoy hablando de las zonas que comprenden las playas de Leblón, Ipanema y Copacabana, es decir las más conocidas, visitadas, fotografiadas, turísticas y urbanas de Río de Janeiro. Pues vamos allá.
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Las playas de Ipanema y Leblón
Pronto os daréis cuenta de que cada playa en Río tiene sus características, su ambiente y su gente. A mí personalmente y dentro de lo que son las playas urbanas, me gusta mucho Ipanema. Por aquí paseaba en 1962 su cuerpo dorado la “garota de Ipanema” y al verla a Vinicius de Moraes y a Tom Jobim se les salieron los ojos de las órbitas. Luego en el antiguo bar Veloso e inspirados por tanta belleza compusieron una de las canciones de Bossa Nova más celebradas de la historia:
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Pero mira por donde, la famosa garota de Ipanema no era ninguna tremenda mulata. Era una joven de piel blanca llamada Heloísa «Helô» Eneida Menezes Paes Pinto Pinheiro y tenía 17 años cuando paseaba por la playa levantando las pasiones musicales a Tom y Vinicius. A pesar del tiempo que ha pasado desde entonces por Ipanema siguen paseando su palmito garotos y garotas de cuerpos duros y tostados al sol.
Veréis que en las playas de Río las mujeres siguen institucionalizando los tangas que muestran sus «bundas», sus traseros, sin ningún tipo de complejos. Entre los hombres la tendencia es el bañador corto bien pegado que marca todos sus atributos. Mientras tanto el topless o el nudismo sigue prohibido en las playas de Río y por extensión de todo Brasil.
Durante la semana Ipanema suele estar bastante tranquila a no ser en épocas vacacionales. Pero los domingos el paseo marítimo cierra al tráfico y miles de cariocas se dedican a correr, pasear, a ver y hacerse ver. Es aquí donde se puede apreciar mejor la mezcla de razas y diferentes tonalidades de piel propias de Brasil, difícil de igualar en cualquier otro lugar del mundo.
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La Feria Hippy de Ipanema
Los fines de semana la Praça General Osório se convierte en un mercado hippy asentado aquí desde hace años. En este concurrido mercado los artistas locales exponen y venden sus creaciones. La verdad es que hay cosas que merecen la pena, sobre todo las coloridas pinturas de temática centrada en el universo carioca. También encontraréis bisutería, artículos de piel, antigüedades, minerales, ropa…Y los puestos de comida bahiana donde tenéis que probar sus petiscos «aperitivos» como el acarajé de camarones o los boliscos de vatapá. Y también sus postres como el arroz dulce y sobre todo, las cocadas.
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Mientras tanto, las terrazas asentadas en el paseo se preparan para recibir a los sedientos paseantes que se deleitan con alguna cerveza o con la recurrente agua de coco. Esta es la bebida más refrescante, sabrosa y económica que se puede tomar a pie de playa o tirado en una tumbona de la playa. A las playas de Río hay que ir con lo mínimo pues son un mercado a cielo abierto: los vendedores ambulantes exhiben sus toallas, pareos, bañadores, comidas y bebidas, duchas, hamacas, sombrillas, helados, frutas, música… En Ipanema encontraremos todo esto y mucho más.
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En los últimos años los visitantes se han ido moviendo de la decadente Copacabana a las más selectas Ipanema y Leblón. Esto ha provocado la aparición de una variada oferta de hoteles, selectas boutiques de moda, además de restaurantes y bares de diferentes ambientes que alegran la noche de Río.
Entre los restaurantes no os perdáis la variada oferta local de galetos con sus especialidades de frango (pollo), churrascarías, bufetes y rodizios. Personalmente recomiendo los rodizios pues suelen tener una acertada combinación de platos y precio cerrado donde las piezas de carne que los camareros traen a la mesa como la picanha, son servidas a voluntad del cliente. Normalmente hay un cartón de dos colores, verde y rojo. Cuando lo ponemos en verde los camareros nos rodean raudos y veloces para servirnos. Cuando está en rojo quiere decir que estamos satisfechos por el momento. Los entrantes, platos principales y carnes tienen un precio cerrado y podéis repetir y comer TODO lo que podáis.
Pero tened en cuenta que las bebidas, postres y café se pagan aparte. Lo que sí os digo que el archiconocido restaurante «Garota de Ipanema«, donde estaba el bar Veloso, es de lo peor que he visto en Brasil: mal servicio, pésima comida y precios desorbitados. Al parecer esta es la combinación perfecta que hace que esté siempre lleno de turistas incautos. Aunque sin el glamour inherente a la «Garota» pero con mejor precio y servicio tenéis los rodizios como el Carretao de la plaza General Osório.
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A pesar de su rosado aspecto esta carne de la Garota de Ipanema estaba incomible
Si el paisaje de Copacabana está marcado por el morro del Pan de Azúcar, Ipanema está delimitada por los impresionantes morros de Pedra da Gavea y Pedra Bonita pertenecientes al Parque Nacional de Tijuca. Para mí delimitan un marco de incomparable belleza, un lugar único. Nunca pierdo la oportunidad de recorrer Ipanema ya sea por la arena, a pié por el paseo o en bici por el carril especialmente delimitado. La bicicleta es especialmente recomendable cuando quieres recorrer las playas y además darte una vuelta por la Lagoa de Freitas.
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Ipanema se prolonga hasta el Puesto 10 y el Canal que une la Lagoa de Freitas con el mar. Aunque sigue siendo el mismo arenal, oficialmente entramos en la playa de Leblón, la parte más cercana al Jardín Botánico y a las favelas de Rocinha y Sao Conrado que retrepan por los morros de manera casi milagrosa. Una vez aquí os aconsejo daros una vuelta por la Lagoa y por supuesto visitar el magnífico Jardín Botánico, un auténtico remanso de paz y selva en plena ciudad.
Al final de la playa la Avenida Niemeyer bordea las laderas del morro Dos Irmâos dejando atrás la capital carioca continuando hasta la playa Sâo Conrado y ya unos Km. más adelante la inacabable playa de Barra de Tijuca. Pero estas playas son ya otra historia, al igual que las del próximo artículo: Copacabana, Praia Vermelha y Urca.
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Información práctica:
– Si tienes la intención de permanecer algún tiempo en Río de Janeiro, desde aquí puedes organizar y reservar todas las actividades que te pueden interesar en la capital carioca y alrededores.
– La seguridad. Con ocasión de los mundiales de fútbol del 2014 y de los Juegos Olímpicos del 2016 las autoridades han hecho un notable trabajo de mejora de en las playas de Río. Esto incluye, además de su limpieza y adecuación urbanística, un aumento de la presencia policial y un notable incremento de la seguridad para los turistas. Aún así yo no saldría a la calle con nada de valor a la vista y menos a la playa. Una toalla, un bañador y algo de dinero son suficientes.
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– Todas las playas cuentan con servicios de restauración, bares, etc. Además tanto Copacabana como Ipanema cuentan con los llamados «Postos» numerados donde encontrarás baños limpios, duchas y cambiadores previo pago de unos pocos reales.
– En las playas de Río el baño no es aconsejable a no ser que el mar esté muy tranquilo. Aquí las olas y las fuertes corrientes son muy traicioneras con el incauto bañista que cree que está en el Caribe o el Mediterráneo. Estad atentos a las banderas rojas indicando el estado de peligrosidad del mar. La zona más tranquila para el baño es la que se encuentra al principio de Ipanema.
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– Si os gusta hacer ejercicio o tenéis poco tiempo y queréis conocer lo esencial de Copacabana e Ipanema, os aconsejo vivamente alquilar una bicicleta. Podrás recorrer las dos playas de punta a punta por su ciclovía parando donde te apetezca. Y si tienes tiempo da la vuelta completa a la Lagoa de Freitas y visita el Jardín Botánico, uno de los más exuberantes que conozco.
– Y no os perdáis detalle de lo que acontece a vuestro alrededor. Porque aquí, en las playas de Río, se encuentra una parte muy importante de la esencia y de la manera de entender la vida de los habitantes de Río.
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Recorriendo Ipanema sin perder detalle
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