Europa, Islas Lofoten, Noruega

Ruta imprescindible de una semana por las islas Lofoten

Viajando a las islas Lofoten en invierno.

Recorrer las Islas Lofoten en invierno durante una semana es una experiencia inolvidable, plagada de paisajes espectaculares, actividades invernales y la posibilidad de ver las auroras boreales. Aquí te dejo la ruta que hice intentando aprovechar el tiempo al máximo y disfrutando de las bellezas naturales de esta región del norte de Noruega.

Viajando a las Lofoten

Como ya he contado en el primer artículo dedicado a las islas Lofoten, este es un lugar muy especial. Sobre todo en invierno, cuando te puedes encontrar con unos paisajes y de una luz que superan todo lo soñado. Sobre todo si tienes la suerte de poder disfrutar del espectáculo de las auroras boreales. A diferencia de ese primer artículo, aquí os voy a dejar información práctica de cómo viajar a y por las Lofoten. La ruta que seguí es simplemente indicativa, ya que puede variar en función de la disponibilidad de alojamientos, la climatología y los intereses y gustos personales de cada uno.

La forma más práctica de llegar a las Lofoten es por vía aérea desde Oslo a alguno de los aeropuertos de las islas. Los más cercanos son los de Leknes y Svolvær. Pero también son los que tienen las tarifas más caras. La opción que escogí fue volar al aeropuerto de Harstad/Narvik-Evenes que, aunque territorialmente pertenece a la región de Ofoten, es uno de los aeropuertos más cercanos a las Islas Lofoten, a unas tres horas de viaje en coche. Allí alquilé un coche para dirigirme a Svolvær, primera base de operaciones. Mi objetivo final era llegar hasta «Å«, el pueblo más al sur de las Lofoten. Y también el pueblo con el nombre más corto del mundo.

Sí, moverse en vehículo propio te va a dar una libertad total de movimientos. Tengo que deciros que las carreteras suelen estar libres de nieve, incluso en invierno. Además, durante este período, todos los vehículos de alquiler llevan neumáticos especiales de invierno. Aún así, cuidado con el hielo de la carretera a primeras horas de la mañana.

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Días 1-2.- Llegada a Svolvær

Svolvær es una de las ciudades más importantes de las Lofoten y cuenta con numerosas opciones de alojamiento. Además, hasta su puerto llegan los ferries que vienen desde Bodo (otra de las opciones para llegar a las Lofoten). Te aconsejo darte una vuelta por el puerto y luego acercarte hasta los secaderos de bacalao. Para comer hay un restaurante en el puerto llamado ¨Bacalao¨ donde no se come nada mal y donde la especialidad, como no, es el bacalao.

Del puerto salen las excursiones para ver águilas marinas en el cercano Trollfjord. Esta es una de las actividades que te aconsejo hacer en las Lofoten. Es muy fácil de contratar en cualquiera de las empresas que realizan esta actividad. Ponerte uno de esos pesados trajes impermeables y recorrer en lancha rápida el fiordo casi congelado a la busca de estas águilas es algo que no olvidarás.

Días 2-3.- De Svolvær a Henningsvær

Tras disfrutar durante la mañana del vuelo de las águilas pescadoras en el Trollfjord, me dirijo por la tarde a la cercana población de Henningsvær, un popular pueblo pesquero a unos 30 minutos de Svolvær que durante el invierno bulle de actividad. Y porque cuenta con uno campo de futbol con una ubicación única en el mundo. Si hace mal tiempo y te gusta el arte contemporáneo, puedes refugiarte en la Galería Kaviar Factory. Y si te entra el apetito, puedes comer o cenar en el Fiskekrogen.

Aparte de esto, es uno de los mejores sitios de las Lofoten para fotografiar auroras boreales. Y vaya si lo es. Aquí disfruté de una de las noches más alucinantes de mi vida mientras las auroras bailaban sobre el cielo llenado todo de su mágica luz.

Aquí te dejo algunos trucos y consejos para fotografiar las auroras boreales con una cámara reflex:

1. Busca un buen lugar y planifica

Busca un lugar alejado de la contaminación lumínica. La oscuridad es esencial para que las auroras se destaquen en la imagen.
Verificar la actividad solar. Utiliza aplicaciones (Aurora Forecast, por ejemplo) que te indicarán las probabilidades de ver auroras según tu ubicación geográfica.
Consulta el pronóstico del tiempo. Tener cielos despejados es clave para ver y fotografiar las auroras.

2. Equipo básico

Cámara réflex: siempre es mejor una cámara con buen rendimiento en ISO alto.
Objetivo gran angular: Un lente gran angular de 14-24mm con apertura amplia (f/2.8 o menor) necesaria para capturar un campo de visión amplio.
Trípode: Imprescindible para mantener la cámara estable durante largas exposiciones.
Disparador remoto o temporizador: Evitará cualquier movimiento o vibración al presionar el botón de disparo.

3. Configuración de la cámara

Formato RAW: Fotografiar en modo RAW. Lo agradecerás a la hora de editar y recuperar detalles en las sombras o en las altas luces.
Apertura: Usa la apertura más amplia de tu lente (f/2.8 o menos) para captar la mayor cantidad de luz posible.
ISO: En mi cámara Sony comienzo usando un ISO de 800-1200. Dependiendo de las condiciones de luz e intensidad de la aurora, voy ajustando el ISO intentando evitar valores muy altos que darán un exceso de ruido.
Enfoque manual: Enfoca manualmente al infinito haciendo zoom con el LiveView a una estrella brillante. Ajusta el enfoque hasta que la estrella aparezca nítida.
Velocidad de obturación: Dependiendo de la intensidad de la aurora y la velocidad a la que se mueva, ajusta el tiempo de exposición entre 5 y 25 segundos. Hay que ir probando diferentes exposiciones para evitar que las auroras salgan desenfocadas o demasiado brillantes.
Desactiva el estabilizador de tu lente (si lo tiene) y el de tu cámara. No los necesitas usando un trípode y un disparador remoto.

4. Composición

Incluir elementos como montañas, árboles, rocas o lagos darán más contexto y profundidad a tus imágenes.
Horizonte bajo: Mantén el horizonte bajo para maximizar el cielo en tu encuadre y capturar la mayor cantidad de aurora posible.

5. Edición

Durante la edición, ajusta la exposición, el contraste y la luminosidad para resaltar los detalles de la aurora.
Reducción de ruido: Utiliza la reducción de ruido que haya podido aparecer debido a la utilización de un ISO muy alto.

6. Utiliza una lámpara frontal, ropa de abrigo y protege tus baterías

Las baterías se agotan rápidamente en temperaturas bajas. Lleva baterías adicionales y mantenlas calientes en un bolsillo interior. Y no te olvides de abrigarte bien ya que puedes pasar horas a temperaturas bajo cero.

Días 3-4.-Henningsvær-Leknes-Hamnoy

Siguiendo la carretera E-10 hacia el sur, me dirijo hacia el Loftr viking museum, el Museo Vikingo. Es una enorme estructura de madera en forma de casco de barco invertido en cuyo interior se ha intentado recrear el mundo vikingo. Es una parada interesante si quieres conocer algo de la forma de vida de este pueblo sobre el que tanto se ha escrito.

Antes de llegar a Leknes, te puedes desviar para conocer las playas de Vik y Uttakleiv. Son de las mejores playas para fotografiar auroras (cuando aparecen) ya que están orientadas al norte.

Leknes es una pequeña ciudad moderna donde puedes encontrar todo tipo de servicios, incluido el aeropuerto mejor situado de las Lofoten. Aunque es un buen centro de operaciones para moverte por las islas, no cuenta con ningún atractivo especial. Por eso decido continuar hacia Reine. Por el camino aprovecho para fotografiar una de las iglesias de madera más bonitas de las Lofoten, la de Buksnes. Y también, un poco más adelante, las playas de Storsandness y Skagsanden. El cielo está cubierto y no creo que pueda fotografiar auroras en estas playas ideales para ello.

Finalmente llego a mi destino: Hamnoy. Si sólo puedes elegir un lugar para dormir en alguna de las famosas rorbuer, has de hacerlo aquí, en las Eliasen Rorbuer. El emplazamiento de estas rorbuer es espectacular. Es imposible no caer rendido ante la belleza de este lugar. Y además está situado muy cerca de Reine. Alojarse aquí es todo un lujo que merece la pena disfrutar.

Días 4-6.- Hamnoy-Reine-Å

Aunque es un pueblo-museo al que para acceder has de pagar, os recomiendo visitar Nusfjord, uno de los pueblos pesqueros más antiguos y mejor conservados de Lofoten. Aquí hay numerosas rorbuer asentadas en el mismo puerto, varios museos y una curiosa cafetería-almacén con la decoración original de hace décadas. Y si tenéis suerte, podréis observar la descarga del bacalao.

Estando por aquí, hay que acercarse a Reine, uno de los pueblos más emblemáticos de las Lofoten. y también uno de los más fotografiados de Noruega, y no me extraña. Su ubicación entre fiordos, con su puerto rodeado de altas montañas, es realmente escénica. Si no encontráis alojamiento en Hamnoy, aquí también encontraréis numerosas rorbuer con vistas al mar. Aquí os puedo aconsejar algunos restaurantes, como el Gammelbua o el Tapperiet Bistro si buscáis algo más sencillo.

reine

Otra visita imprescindible es la visita al pueblo de Å, el pueblo más al oeste de las Lofoten y donde termina la carretera E-10. Y también el pueblo con el nombre más corto que conozco. Este es otro de esos pueblos de pescadores enclavados en un entorno natural impresionante, que se ha reconvertido en destino turístico. Puedes quedarte a dormir en algunas de sus rorbuers, darte una vuelta por los senderos cercanos si el tiempo acompaña, o visitar el Museo de la Pesca Noruega.

Debido a su aislamiento hay una nula contaminación lumínica. Por eso es otro «spot» ideal para fotografiar auroras boreales, si por casualidad aparecen. Te aconsejo alejarte un poco del pueblo para tener una vista más amplia de los fiordos y de las montañas cercanas.

Día 7.- regresando desde Hamnoy hasta Svolvaer

En el camino de regreso aconsejo pararos en cualquiera de los numerosos puntos escénicos que os vais a encontrar: fiordos, lagos helados, puentes, playas, secaderos de bacalao o iglesias como la de Flakstad. La verdad es que en las Lofoten son un paraíso para los amantes de la fotografía de paisaje.

Día 8.- Visitando Narvik

La ciudad industrial de Narvik, ya fuera de las islas Lofoten, merece una visita por dos razones. La primera, para visitar el Narvik Krigsmuseum, el Museo de la Guerra de Narvik. Y la otra, subir hasta la estación de esquí de Narvikfjellet.

Durante la II Guerra Mundial Narvik y sus alrededores fueron el lugar de numerosas batallas navales y terrestres entre alemanes y británicos por el control de su puerto. Así como por la línea de ferrocarril que traía el metal de hierro (imprescindible para la guerra) desde las minas de Suecia. Para cualquiera interesando en este momento de la Historia, una visita al Museo resulta muy interesante.

Por otra parte, y ya en plan más natural y relajado, te recomiendo tomar el teleférico que sube hasta el restaurante de la estación de esquí de Narvikfjellet. Las montañas que rodean el fiordo y el puerto de Narvik son ideales para la práctica del esquí. Una forma estupenda de terminar este viaje haciendo algo de deporte al aire libre y, por supuesto, con unas vistas maravillosas que cortan la respiración.