Safaris privados o por tu cuenta en Sudáfrica.
Hay personas que cuando piensan en un safari por África se imaginan caminando por la selva con un salacot en la cabeza, rodeados de guías armados y porteadores cargados de pertrechos y vituallas. La realidad es que en el Siglo XXI hay muchos tipos de safaris.
Entre ellos se encuentran los clásicos (y carísimos) con caminata y acampada al raso, guías armados y hogueras en la noche en la que no hay que preocuparse por nada. Pero también existen los safaris que uno puede hacer por su cuenta en su vehículo en parques y reservas de carácter nacional, o el safari que se hace en reservas privadas de lujo donde todo se hace y se prepara a gusto del que se lo puede permitir. Y que conste que cuando hablo de safaris me refiero sólo a aquellos en los que se cazan momentos inolvidables e imágenes irrepetibles con cámaras fotográficas.
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En este artículo os voy a llevar a dos reservas naturales en Sudáfrica con conceptos de visita y estancia bien diferenciados, aunque su objetivo es el mismo: la preservación de la fauna local en su hábitat natural. Y pos supuesto que el visitante descubra la riqueza y valor intrínseco que supone la preservación de los tesoros naturales del país. El Parque Nacional de Pilanesberg es una reserva de carácter público donde la aventura la puede buscar cada uno por libre. O también dejarse llevar por los guías del parque si no te gusta el riesgo.
Aquí podrás recorrer el parque a tu aire o con servicio de guías, dormir en una tienda de campaña desde 35€ la noche, o pagar una pequeña fortuna alquilando una pequeña villa por casi 2.000€ la noche en un lodge de lujo. Por otro lado la reserva de Entabeni es un ejemplo de gestión privada donde el visitante es atendido en exclusivos resort y los recorridos por el parque se hacen exclusivamente con rangers. Aquí encontraréis precios que oscilan entre 50 y 100€ por persona y noche.
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Parque Nacional de Pilanesberg
Situado en un cráter volcánico extinguido a unas 3 horas de carretera desde Johannesburgo, Pilanesberg es uno de los parques más interesantes de Sudáfrica. Debido a su tamaño -el 4º más extenso de Sudáfrica- ofrece la posibilidad de observar a los cinco grandes sin tener que pasar días y días buscando entre árboles, pastos y matorrales para que surja el milagro. Aquí me ha pasado que en un solo día he visto más rinocerontes que en varios viajes a distintos parques africanos.
La emoción sube hasta niveles desconocidos cuando te encuentras a estos animales que están sufriendo una masacre sin fin por culpa de los supuestos valores milagrosos de su cuerno. Culpables, muchos, pero sobre todo los compradores finales en Asia. Cuando los ves mordisquear apaciblemente la hierba a un par de metros parecen grandes vacas abocadas a la extinción. Y todo por culpa de la estupidez de los que consideran que unos gramos de queratina de un cuerno de rinoceronte pueden arreglar sus problemas. Ver estos animales en libertad es todo un privilegio de valor incalculable.
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Y eso por no hablar de los elefantes que se encuentran fácilmente a cada paso, aunque aquí son bastante peligrosos. Un par de ellos se lanzaron a la carrera detrás del vehículo que conducía barritando y levantando nubes de polvo mientras agitaban sus cabezas con sus enormes colmillos y sus orejas totalmente desplegadas. El susto fue de los que no se olvidan, os lo aseguro.
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Kudus, hipopótamos, leones, elefantes, cebras, facoceros, springbox, cocodrilos… y una gran variedad de pájaros habitan estas tierras agrestes que en verano se cubren de un alto pasto amarillento que impide ver a muchos de los animales del parque. Pero para eso existen diversos puestos de observación protegidos y ubicados en puntos clave como bebederos y lagunas que son de visita y parada obligatoria. Eso sí, la paciencia y el silencio son fundamentales si no queremos abandonar Sudáfrica sin haber visto ni un mísero macaco.
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Esta riqueza faunística se complementa con una variada oferta hotelera que nos permitirá descansar en lujosas instalaciones como las del Kwa Maritane Lodge o el Shepherd’s Tree Game Lodge. Pero también en tiendas de campaña fijas y con unas comodidades básicas según permita nuestro presupuesto. Otra opción es pasar unos días en Sun City, una especie de opulento parque temático del ocio y copia de Las Vegas en Sudáfrica con mucha decoración kitsch, hoteles de lujo, casinos, campos de golf, restaurantes, piscinas y demás. Personalmente recomiendo la estancia en algún hotel del parque donde os atenderán estupendamente, os organizarán excursiones si no contáis con vehículo propio y tendréis todo tipo de comodidades a vuestra disposición.
Pilanesberg se puede recorrer en vehículo propio bajo nuestra propia responsabilidad. Es decir que si haciendo el idiota nos bajamos del coche y nos asalta una leona hambrienta es nuestro problema. Que a tu coche lo vuelca un elefante tras una embestida por sorpresa, habla con tu seguro. Amig@s, estamos en África y esto no en un zoológico aunque los animales hagan su vida en un gigantesco recinto cerrado.
Hace poco me comentaban unos amigos como vieron a varios leones devorando los restos de un elefante que acababa de morir. En la red hay colgados vídeos de turistas imprudentes que bajan de su 4×4 para hacer una foto del león que a continuación se lo come. Aquí las medidas de seguridad que debemos de tomar son básicas, pero no debemos transigir en su incumplimiento y esto es aplicable a todos los parques del Continente. Si no queremos riesgos podremos contratar la visita en alguno de los camiones que recorren el lugar. Están conducidos por expertos guías que además se van comunicando por radio para facilitar la localización de los animales. Si vas en tu coche ya puedes tener suerte o correr detrás de alguno de estos camiones para poder ver algo.
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Pero lo más curioso de Pilanesberg es que su origen está en el proyecto de recuperación faunística de esta zona iniciado en 1979 para la reintroducción de animales que habían desaparecido del área. El éxito ha sido tal que hoy el parque cuenta con más de 35 especies de mamíferos y de 300 especies de aves. Los distintos ecosistemas del parque permiten la coexistencia de esta gran variedad de vida animal que ocupan praderas, bosques, colinas, humedales y lagunas a diferentes alturas y con una variada vegetación.
Sin duda Pilanesberg es una magnífica opción si no tenemos mucho tiempo de hacer un safari de varios días como los que se estilan en el Parque Nacional Kruger, buque insignia de las reservas sudafricanas. Un par de días en Pilanesberg son suficientes para observar una rica variedad de fauna y de paisajes que os permitirán regresar a vuestras casas con una amplia colección de “presas” capturadas por el objetivo de nuestra cámara de fotos para envidia de vuestras amistades.
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La reserva privada de Entabeni
Esta reserva privada se encuentra en la provincia de Limpopo a unas 4 horas de Johannesburgo por la N-1, la autopista que lleva a Zimbabwe. Sus más de 13.000 hectáreas ocupan las cercanías de la cadena montañosa de Waterberg. Esta reserva es una más de las muchas que se encuentran repartidas por el país y que tienen en la fauna salvaje su principal foco de atracción para el turista. En Entabeni el objetivo es la observación de la fauna africana disfrutando de una experiencia relajante, es decir, el safari fotográfico complementado con varios lodges o resorts.
En ellos podrás descansar tras recorrer el parque en vehículos todo terreno conducidos por guías especializados. Todo está preparado y organizado para el placer del visitante: habitaciones decoradas con gusto étnico, comida tradicional con bailes y música local, bares de copas con chimenea donde relajarse y hablar de las experiencias vividas… Aquí todo está más controlado que en Pilanesberg o en el Kruger y acaba resultando, para mi gusto, demasiado apacible.
El paisaje de Entabeni está marcado por un promontorio rocoso a cuyo pie se encuentra un pequeño lago. Esta montaña es el punto de referencia del parque y casi nunca la perderemos de vista a lo largo de nuestro recorrido. Cebras, elefantes, rinocerontes, ñus, jirafas, facoceros, algún que otro león y una amplia variedad de animales herbívoros deambulan por las praderas y se ocultan entre las acacias y las plantas arbustivas que abundan por aquí. Me ha pasado no ver los elefantes hasta estar a unos pocos metros de su trompa. Es sorprendente ver como animales tan grandes se camuflan tan perfectamente en su entorno natural.
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Como en muchos otros parques los recorridos se hacen en vehículos sin techo, es decir, que si al león de turno se le da por saltar al interior del vehículo la masacre está asegurada. La verdad es que de esta forma te da la sensación de estar en plena naturaleza con sus ventajas e inconvenientes: si hace sol te achicharras y si llueve te empapas. Por supuesto el conductor-guía va armado y con el rifle cargado por lo que pueda pasar. Además los leones ven a los vehículos y sus ocupantes como un todo que no se puede comer y pasan olímpicamente de los vehículos.
Cuando el ranger os proponga un paseíto a pie para dar un poco de emoción al tema no lo dudéis. El siempre irá delante y con el rifle preparado. Es recomendable no separarse mucho por lo que pueda pasar porque los animales se mimetizan en la naturaleza de forma asombrosa. En los parques privados no se la juegan con sus clientes. Los rangers cargan sus armas antes de salir de los lujosos lodges y es que te puedes encontrar con animales a muy pocos metros.
De regreso al hotel os espera un chocolate caliente o un refrescante cóctel según esté el tiempo y una acogedora habitación con vistas donde apenas si habrá tiempo de descansar. Porque antes del amanecer hay que estar en pie listos para un nuevo recorrido por el parque. Una estancia en Entabeni es ideal para pasar un fin de semana con pareja o con un grupo de amigos, y algo que los sudafricanos hacen de forma habitual en este tipo de parques privados.
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Información práctica sobre Pilanesberg
– Se puede visitar Pilanesberg todo el año aunque personalmente me gusta mucho la primavera cuando nacen las crías y el bush se viste de hierba de un intenso color verde. En verano el calor puede ser bastante fuerte pero ese es el momento ideal para acercarse a los bebederos a primera y última hora del día para poder observar a los animales. La temporada seca, invierno, va de abril a septiembre y la de lluvias de octubre a marzo que aquí es el verano.
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– Para llegar desde Johannesburgo o Pretoria hay que tomar la N-1 hacia el norte dirección Polokwane. Después tomar la N4 hacia Rustenburg y seguir las señales que te llevarán hacia Pilanesberg tomando la ruta 91 a tu izquierda. Con GPS no hay pérdida. Y con mapa tampoco. Una vez dentro encontrarás más de 200 km de carreteras y pistas para recorrer libremente o con visitas guiadas. La entrada al parque cuesta 65 Rands por adulto, 20 por niño y 20 por vehículo. Los horarios cambian a lo largo del año: de noviembre a febrero de 5h30 a 19h00, en marzo y abril de 6h00 a 18h30, de mayo a septiembre de 6h30 a 18h00 y en septiembre y octubre de 6h00 a 18h30.
– En Pilanesberg podrás encontrarte con los Big Five a poco más de dos horas de Johannesburgo y Pretoria. Además en sus 580km. cuadrados podrás encontrar una gran variedad de mamíferos, aves y plantas propias del sur del continente africano. Están contabilizados más de 7.000 animales en total.
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– Respecto a lugares donde hospedaros en Pilanesberg, podéis disfrutar de una estancia de lujo en el Bakubung Bush Lodge, en el Shepherd’s Tree Game Lodge o en el Ivory Tree Game Lodge que tienen 5 estrellas. Los precios se corresponden con las cinco estrellas que ostentan en la entrada y oscilan entre los 3.000 Rand -unos 170€- de la habitación más sencilla por persona y noche, y los 33.000 Rand de una villa privada.
Ya de 4 estrellas podréis elegir entre el Tshukudu Bush Lodge y el Kwa Maritane Bush Lodge cuyos precios oscilan entre 3.000 y 5.000 Rand dependiendo de la temporada. Tanto el Black Rhino Game Lodge como el Morokolo Game Lodge ya son más económicos y cuestan entre 2.000 y 3.000 Rand
Si no os podéis permitir gastaros tanto dinero la opción más económica pasa por dormir en una de las tiendas super preparadas del Manyane Resort por unos 600R -unos 35€-. Son sencillas, pero tienen calefacción, electricidad y camas individuales bastante cómodas. En la web del parque podéis consultar precios, disponibilidad, comparar servicios y reservar vuestro alojamiento preferido.
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– En los restaurantes de los lodges y en las distintas zonas de descanso repartidas por la reserva es posible comer y tomar algo. Veréis que a la entrada de estas zonas de descanso hay un mapa del parque con pequeños imanes de diferentes colores que corresponden a diferentes animales y que marcan las zonas de los avistamientos más recientes. Esta es una práctica extendida en los parques sudafricanos para permitir a la gente que va por libre poder localizar las zonas por donde se mueven los animales. Por desgracia también los utilizaban los «poachers«, cazadores furtivos, para localizar a sus presas. Esto ha obligado a eliminar del mapa de ubicación de especies a animales tan amenazados como los rinocerontes, animales muy fáciles de ver en Pilanesberg.
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Información práctica sobre Entabeni
– Entabeni es una reserva privada ubicada a unas 4 horas de Johannesburgo tomando la N-1 hacia la frontera con Zimbabue. Al ser una reserva privada has de dejar tu vehículo en el estacionamiento que encontrarás a la entrada del parque. Allí te recogerá un ranger del lodge donde hayas reservado tu estancia. A partir de aquí sólo hay que dejarse llevar y disfrutar.
– La oferta hotelera en Entabeni es de un alto nivel sin llegar al lujo excesivo. Puedes encontrar alojamiento en el Entabeni Safari Conservancy a partir de 1.500 Rand, unos 90€. A su nivel está el Entabeni Lakeside Lodge ubicado en un entorno ideal para la observación de pájaros y demás vida salvaje. El Kingfisher Lodge es un poco más lujoso y caro y cuenta con una cuidad decoración de estilo africano. Está construido en la orilla de un lago artificial donde se suelen acercar los hipopótamos a darse un baño. Desde aquí las vistas a la omnipresente montaña de Entabeni son magníficas, pero has de pagar casi 3.000 rand, casi 175€ por persona y noche, para disfrutar de ellas.
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– La dinámica es la habitual en todos los lodge de este tipo de reservas: madrugón antes de amanecer para hacer una primera incursión mañanera en 4×4. Tras tomar un café aromatizado con un chorro de Amarula para entonar el cuerpo se regresa al lodge para deleitarse en el buffet del desayuno.
Después relax, spa, piscina o subirse de nuevo al todo terreno para intentar ver ese animalito que persigues hace tiempo y que no se deja ver. Vuelta a almorzar, descanso, siesta, spa, piscina o masaje. Y de nuevo excursión al atardecer con parada en el bush para tomar algo de billtong acompañado de un vino sudafricano. Regreso al lodge, ducha, cena, copas y charla bajo las estrellas. O bajo la lluvia porque aquí cuando llueve lo hace de verdad. Tengo que deciros que hasta que no viví una tormenta africana no sabía lo que eran los truenos de verdad. Por cierto, la época de lluvias es la más desagradecida para ver animales y recorrer los parques. Los ríos se desbordan cortando puentes y carreteras y los caminos se convierten en lodazales.
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– No has de olvidar nunca que las imprudencias en cualquier reserva con animales salvajes se pagan con la vida. Utiliza tu sentido común, no cometas imprudencias, no enfades a los animales ni llames especialmente su atención. No te bajes de los vehículos si no es en un lugar especialmente preparado para ello o el ranger te lo indica.
– Recuerda que un buen Seguro de Viajes te puede ahorrar preocupaciones y resolver muchos problemas. Así que ni lo dudes. Desde aquí te recomiendo HEYONDO. Además contratando tu seguro desde esta página tienes un 5% de descuento.
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– Y por favor, viste normal con ropa deportiva, cómoda y alguna prenda de abrigo. Ir a un safari no significa tener que ir disfrazado de expedicionario de la época colonial.
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