Wadi Rum y sus paisajes inolvidables.
Atardece en el Wadi Rum. Subido a lo más alto de una de sus moles rocosas de arenisca, el desierto rojo de Jordania se extiende hasta donde alcanza la vista. Sin duda este es uno de los paisajes más fantásticos que he visto en mi vida. Wadi Rum. Pocas veces dos palabras despiertan de tal forma los sueños y la imaginación del viajero. Este desierto caracterizado por sus montañas de rocas y arena rojiza del suroeste de Jordania se ha convertido en uno de los destinos turísticos por excelencia del país. Y no hay que olvidar que aquí vivieron y dejaron su huella los nabateos que construyeron Petra. Un lugar que es Patrimonio de la Humanidad y que, por supuesto, ocupa un lugar de preferencia en esta ruta de entre 7-10 días por Jordania.
Durante siglos el Wadi Rum fue lugar de paso para las caravanas de comerciantes y los beduinos del desierto. Y ya en el S. XX, durante la I GM, Lawrence de Arabia (antes de venir os consejo ver la película «Lawrence de Arabia» del año 1962) atravesó este desierto para atacar las vías de suministro de las tropas turcas acuarteladas en Aqaba.
Ahora los pocos beduinos que quedan mantienen sus rebaños y su forma de vida tradicional de forma testimonial. La mayoría se han reconvertido para gestionar los campamentos establecidos en Wadi Rum, además de mostrar las maravillas del desierto conduciendo sus 4×4. A pesar de que el Wadi Rum empieza a sufrir los efectos de la invasión turística, todavía se pueden experimentar momentos memorables que te retrotraen a otros tiempos. Como cuando ves a estos hombres bebiendo té, riendo despreocupados y fumando sus narguiles mientras se cuentan las historias y anécdotas del día. O cuando te llevan a lugares sólo conocidos por ellos donde disfrutar de los inmensos paisajes del Wadi Rum casi en soledad.
La inevitable comparación con los paisajes marcianos
Una vez aquí comprendes porque la espectacular grandeza de sus paisajes rojizos ha servido de escenario para rodar películas como Transformers: Revenge of the Fallen (2009), Prometheus (2012), The Martian (2015) protagonizada por Matt Damon, o Rogue One: A Star Wars Story ( 2016). Con sus imponentes elevaciones rocosas desgastadas por la erosión elevándose sobre una inmensidad de arena rojiza, es inevitable establecer comparaciones con los paisajes de Marte. Aquí verás extrañas formaciones geológicas como puentes de roca, grandes dunas de arena y profundos desfiladeros de paredes verticales por donde corre el agua cuando raramente llueve.
Todo esto diferencia al Wadi Rum de otros desiertos como el de Merzouga, en el Sahara al sur de Marruecos, caracterizado por sus extensiones de dunas de arena. Lo que los hace semejantes es que apenas verás animales, a excepción de los socorridos camellos. También te encontrarás con las huellas dejadas por lagartos, zorros, erizos y otros pequeños animales. Hace algunos años se reintrodujeron los rarísimos íbices del desierto, pero se encuentran en una zona no visitable para evitar problemas con los turistas ya que son muy territoriales y agresivos.
¿Cómo llegar al Wadi Rum?
El mayor desierto del Oriente Medio ocupa una gran extensión del sur de Jordania. Y es fácilmente accesible en coche, sin duda la manera más cómoda de viajar por el país a tu aire. Desde Amman tendrás unas 4 horas de carretera, desde Petra una hora y media y desde Aqaba, poco más de una hora. En trasporte público el viaje se complica ya que no hay autobuses directos. Y si no quieres conducir, siempre puedes recurrir a los viajes y excursiones organizadas en 4×4 o de trekking por sus montañas.
Para tu tranquilidad, no lo dudes y viaja a Jordania con el respaldo del mejor seguro de viajes. Con el seguro de HEYMONDO tendrás las más amplias coberturas y la más completa asistencia para todo tipo de viajes, aventuras y contingencias viajeras. Además, contratando tu seguro desde aquí, obtendrás un 5% de descuento.
Si viajas por tu cuenta, sólo tienes que poner Wadi Rum Village en el navegador. Tras salir de la autopista, tomarás la Wadi Rum road que te llevará hasta el Centro de Visitantes. Antes pasarás por una estación de tren donde permanecen inmóviles una vieja locomotora de vapor y algunos vagones de tren utilizados por los turcos durante la I GM para el trasporte de tropas. Sí, los mismos que asaltaba Lawrence de Arabia al mando de las tropas beduinas. O eso dicen. En determinadas épocas se venden entradas para presenciar la recreación de la revuelta árabe y el asalto a estos trenes. Pero que no te engañen, la locomotora es japonesa y del año 1959.
En el Centro de Visitantes deberás pagar unos dinares por el acceso, o presentar tu Jordan Pass si lo has comprado con antelación. Si vas a recorrer Jordania y visitar Petra, Jerash, la Ciudadela de Amman, el castillo de Karak, etc. te recomiendo vivamente comprar el Jordan Pass ya que te ahorrarás tiempo y dinero. Su precio dependerá de cuántos días quieras pasar en Petra, la joya de Jordania.
Unos kilómetros más adelante llegarás a Wadi Rum Village. Si has reservado quedarte en uno de los campamentos del interior del desierto, deberás dejar estacionado aquí tu vehículo. Antes te habrán dado un teléfono al que llamar o enviar un WhatsApp para indicarles la hora de tu llegada. Entonces vendrán a buscarte en un todo terreno para trasladarte al campamento con todo tu equipaje.
¿Dónde dormir en el Wadi Rum?
Esta es una de las claves de la visita al Wadi Rum. Encontrarás algunos lugares donde quedarte en el Village, un pequeño pueblo que está creciendo de forma alocada a la entrada de la zona protegida. Pero si quieres sentir de verdad que estás en el desierto, te aconsejo pasar al menos una noche (yo recomiendo dos) en alguno de los campamentos del interior.
Los hay para todos los gustos y presupuestos. Desde los más básicos que cuentan con tiendas y unos camastros, hasta los más lujosos y caros en forma de burbuja trasparente para que puedas observar las estrellas tumbado en la cama. Sea como sea, hay muchas opciones, y lo más recomendable es reservarlos con mucha antelación.
Te sorprenderás con las comodidades que ofrecen algunos de ellos: aire acondicionado (imprescindible en verano), calefacción (imprescindible en verano), WiFi, habitaciones amplias con baños privados con agua caliente y fría, excursiones y tours a demanda, además de un buen servicio gastronómico para disfrutar de la comida típica jordana.
El Wadi Rum se ha convertido en uno de los destinos preferidos de los turistas asiáticos. Por eso en determinadas épocas resulta muy complicado encontrar un lugar donde quedarse. Los campamentos suelen incluir en el precio el desayuno y la cena típica bereber (con cordero, pollo y verduras), cocinada durante horas en un horno enterrado en el suelo.
Tampoco faltan los bailes típicos alrededor de una hoguera por las noches si hace buen tiempo. Porque en invierno hace frío, mucho frío, y no es raro levantarse por la mañana y encontrar la arena del desierto cubierto de una fina capa de escarcha helada.
Por eso también es importante elegir bien las fechas de tu viaje. En verano el sol puede ser abrasador y no vas a poder salir de tu tienda entre las 11h y las 16h. En invierno los días son más cortos y hace mucho frío. Así que ya sabes, la primavera y el otoño son las mejores épocas para venir al Wadi Rum. Aunque en mi caso he estado 2 veces aquí, precisamente la última en enero. Y tengo que decir que, a pesar del frío nocturno, pude disfrutar muchísimo de mi visita. De día la temperatura es muy agradable, los precios de los campamentos son más bajos y además hay poco turismo.
Desde los campamentos te organizarán las excursiones en 4×4 (imprescindible) o un tour de observación de estrellas desde una zona donde hay telescopios. También te ofrecerán darte una vuelta en camello por el desierto, pero es algo que no recomiendo. Personalmente, no estoy en contra del uso tradicional de animales para diversas labores cuando no queda otro remedio. Pero estoy en contra del uso de animales para satisfacer a los turistas.
Cada uno que tome su decisión y piense qué significa practicar un turismo responsable. Sé que este es un debate abierto y hay mucha controversia al respecto. Sobre todo en algunos lugares donde suponen la principal fuente de ingresos para muchas familias, como es el caso de los elefantes usados para llevar a los turistas al Fuerte Amber de Jaipur en la India.
¿Puedo visitar el Wadi Rum por mi cuenta?
Una vez en tu campamento, podrás recorrer a pie con total libertad los lugares que te apetezcan. Pero has de tener en cuenta que este es un desierto enorme. Además, durante la mayor parte del año hace mucho calor. Sobre todo durante las horas centrales del día cuando el sol es implacable. Sí, yo hice unas cuantas caminatas por la mañana a primera hora, y al atardecer. Hay mucha arena, rocas y acantilados por donde perderte, y puedes pasar horas y horas explorando y vagando por el desierto.
Pero pronto me di cuenta de que a los mejores sitios del Wadi Rum sólo se llega si vas acompañado de un guía local y a lomos de un 4×4. Eso no quita que busques un lugar cercano al campamento para ver el atardecer, y mejor mirando hacia el oeste para disfrutar de la luz crepuscular.
De todas formas, verás que contar con un buen guía aquí es casi imprescindible. Y no sólo para que te lleve en la típica excursión en todo terreno a los lugares más conocidos. También lo necesitarás si quieres hacer rutas a pie para adentrarte entre algunos de sus acantilados, o para acceder a lo más alto de sus formaciones rocosas. Y ya no te digo nada si se hace de noche y estás lejos de tu campamento. O llevas un buen GPS, o prepárate para pasar una noche en el desierto.
Y si voy con mi propio vehículo 4×4 ¿puedo visitar a mi aire el Wadi Rum? La respuesta es sí. Pero antes deberás pagar una tarifa extra para entrar en el área protegida, e ir bien provisto de GPS, agua y víveres si quieres dormir ¨into the wild¨. Seguramente te perderás muchos lugares interesantes que sólo conocerás si vas con un guía beduino. Y por otra parte, si no eres un conductor experimentado en conducir por el desierto, te puedes quedar atascado en la arena o tener una avería. Pero por poder ir, sí que se puede.
La excursión en 4×4 por el Wadi Rum
Sin duda esta es la mejor forma de hacerte una idea de los maravillosos lugares que atesora este desierto. Os recomiendo contratar la excursión exclusivamente para vosotros. Así tendréis más flexibilidad a la hora de realizar las visitas con el guía, programar paradas, o prolongar la excursión si os apetece. En mi caso las 4 horas contratadas se convirtieron en siete, perfectas para poder disfrutar y fotografiar el desierto con tranquilidad.
Estas horas se convirtieron en la ocasión perfecta para conocer algo de la cultura y forma de vida de los antiguos beduinos. Y también de cómo afrontan los cambios las generaciones más jóvenes. Abdullah, mi guía, me enseñó a hacer jabón con hojas de arbustos, me mostró las represas de agua nabateas, me enseñó el significado de antiquísimos grabados en el interior de algunos cañones. Y me llevó al lugar desde donde disfruté de uno de los mejores atardeceres de mi vida.
Además, me habló de sus aspiraciones, de la educación de los jóvenes y de los cambios que está provocando el turismo en el Wadi Rum. O de como ante la ausencia de turistas durante la pandemia de Covid, se volvió a cuidar cabras y camellos junto a su familia en el interior del desierto. Además, me confirmó que apenas quedan una veintena de familias que todavía viven de forma tradicional, ya que la mayoría de los beduinos se han asentado y trabajan por y para el turismo.
Lo normal es que los 4×4 sean formato “ranchera” y que los turistas vayamos sentados atrás disfrutando de las vistas del desierto en 360º y al aire libre. Os aseguro que lo vais a disfrutar, pero llevar algo de abrigo porque al atardecer suele refrescar bastante. También gafas de sol y protector solar. Y lo mejor, llevar un hatta, el típico pañuelo jordano que te protegerá del sol y de la arena.
No se suele comentar en foros o blogs, pero no esperes un desierto “desierto”. Es decir, sin gente. El Wadi Rum es un lugar humanizado y verás que está salpicado de campamentos, de vehículos todo terreno y de turistas. Y desgraciadamente, también de basura. Sobre todo, de botellas de plástico, una de las grandes plagas ecológicas de nuestro tiempo. Algo que se hace más evidente cuando decides hacer caminatas a pie por tu cuenta. Por favor, lleva tu botella o cantimplora metálica, rellénala de agua antes de salir de tu campamento y guárdala en el interior de tu mochila. Evitarás que el agua se caliente y que tu botella se caiga ensuciando el desierto.
Paisajes y atardeceres muy especiales
En la excursión en 4×4 hay una serie de rutas y lugares que se visitan sí o sí. La gran duna de arena que permite acceder a lo alto de un promontorio con vistas del desierto; o el profundo cañón donde se conservan inscripciones grabadas en la roca en nabateo y árabe, así como petroglifos en forma de pies, personas o animales. Los arcos de roca para hacer la típica foto instagrameable; los lugares de filmación de algunas películas como The Martian; o el lugar donde se dice que pasó unos días Lawrence de Arabia en su avance hacia Aqaba.
Pero lo que más disfruté fue sentarme con Ibrahim mientras preparaba el té en una hoguera improvisada a la espera del atardecer en uno de esos lugares secretos que sólo conocen los beduinos del desierto. ¡Y vaya si fue un inolvidable atardecer, de los más hermosos de mi vida! Asomado al borde de uno de los más altos promontorios que se levantan sobre el desierto, disfruté como pocas veces del momento mágico en el que el sol empieza a caer en el horizonte.
La luz tamizada del ocaso provocó que las formaciones rocosas se incendiaran con un intenso color rojizo. Y durante unos momentos fue fácil creer que estaba en Marte. Como Matt Damon, en absoluta soledad, rodeado de un profundo silencio y de una inmensidad mineral de color rojo.
Las noches estrelladas del Wadi Rum
¡Vaya espectáculo! Basta asomarse al exterior de tu tienda por la noche para descubrir un firmamento plagado de estrellas. Un cielo nocturno en el que en una noche sin luna, pude distinguir la Vía Láctea a simple vista. Uno de esos cielos que los urbanitas olvidamos que existe por culpa de la contaminación lumínica.
No soy un gran conocedor de los cielos nocturnos, pero además de Venus o Marte, pude ver claramente las costelaciones de Casiopea, Osa Menor y Osa Mayor. Por algo a esta zona se la llama el Valle de la Luna. Uno de los mejores lugares del mundo para disfrutar de la inmensidad de los cielos estrellados. Y si te gusta este tema, puedes contratar un tour para disfrutar de estos cielos a través de los telescopios de Rum Sky, la empresa que los organiza.
Si quieres ver el amanecer en el desierto, ponte el despertador. Yo soy más de atardeceres que de amaneceres. Además, en el Wadi Rum no tuve unos amaneceres destacables. Pero a esas horas me encontré con unos cuantos camellos en estado de semi-libertad a los que seguí un buen rato hasta que el sol empezó a calentar.
Una experiencia inolvidable
Si todavía estás dudando sobre si visitar o no el Wadi Rum, no lo dudes. La combinación de aislamiento del mundo unida a la belleza de los paisajes, los momentos vividos con los beduinos, las noches estrelladas, la excursión en 4×4 y los paseos a pie, da como resultado una experiencia inolvidable.
Y tampoco es necesario hacer mucho más. A veces es suficiente con sentarse frente al desierto con un café o un té en la mano mientras ves pasear a unos camellos o esperas el atardecer. O tan simple como dar un paseo y subirte a un promontorio de rocas mientras cambian los colores del Wadi Rum y las sombras se mueven a medida que el sol se hunde en el horizonte.
Tan sencillo como dejar que la vida y el tiempo fluyan sin más, disfrutando del privilegio de poder estar en un lugar así.
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