Montreal, dos ciudades en una.

Hace un frío que pela en Montreal. La ciudad más poblada de Quebec está cubierta por un espeso manto de nieve y se respira un aire gélido que por las noches alcanza los -25ºC. Pero Montreal está preparada para inviernos como este. Porque bajo la nieve y los rascacielos la vida se hace bajo tierra.

Los dassanech y sus difíciles circunstancias.

El sol calienta de forma implacable la llanura reseca en la que los dassanech han decidido levantar sus poblados. Todavía no son las 10 de la mañana y el calor crea reverberaciones sobre los matorrales. No hay ni árbol, ni una sombra bajo la que esconderse. ¿Por qué los dassanech han decidido instalarse en este entorno tan hostil?

Los karo en la encrucijada.

Apenas quedan 1500 miembros de la etnia de los karo o kara, la más pequeña de todas las que hay en el sur de Etiopía. Por eso poder visitar uno de los tres poblados donde viven a orillas del río Omo se convierte en algo muy especial. Los karo se definen a sí mismos como «los comedores de pescado«, porque en su lengua kara significa pescado .

Hacia territorio mursi.

Sabes que entras en territorio mursi cuando te encuentras con sus rebaños de vacas de característicos cuernos. Los mursi los van doblando hacia arriba hasta casi juntar sus puntas para evitar que los malos espíritus les hagan daño. Al menos eso dicen. Aquí el ganado es el símbolo de la riqueza y del estatus social de una familia.

En busca de los bodi.

Una anciana mujer bodi se acerca caminando descalza, tapada apenas con una manta roída y una piel de cabra. Su rostro es un muestrario de arrugas que reflejan la dureza de su vida en un entorno hostil. La sabana africana cubierta de arbustos en la llanura aluvial del río Omo se extiende hasta donde alcanza la vista.

En teritorio arbore.

El centro del valle del Omo se presenta como una inmensa planicie donde predomina el típico paisaje de la sabana africana. Con un sol que cae a plomo y la temperatura rozando los 40ºC veo por primera vez un poblado de los arbore con sus chozas de madera y paja. El 4×4 avanza sobre el duro suelo reseco levantando nubes de polvo.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies