Sigo recorriendo las Highlands.
El viento helado de las Highlands me zarandea con tal fuerza que casi me impide caminar. La nieve todavía ocupa la cumbre de la que es la montaña más alta del Reino Unido, el Ben Nevis, de tan sólo 1.345 m. Y ahí estoy yo, caminando por sus laderas en esta mañana primaveral con una temperatura de unos 0º C.